Artículo de "Argentina Days" - Propietario y Director: Santiago Manuel Lozano

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N ° 17/2005 - Año 6º

Buenos Aires, diciembre 22 de 2005.-

RATO POR KNOCK OUT

UN DESASTRE LLAMADO NÉSTOR KIRCHNER

En el año 2004 Néstor Kirchner quería prorrogar los vencimientos del FMI por lo menos hasta el año 2014. Aún este año pagaron dineros a un ex funcionario del FMI, Joseph Stiglitz para que promocionara la idea de hacer alguna quita a la deuda con el FMI. Lo cierto es que el FMI y su director general Rodrigo de Rato Figueredo sugirieron que si Argentina no deseaba aceptar algunas condiciones lo que tenía que hacer era cancelar el total de su deuda y en forma anticipada.

La semana pasada el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández y la ministra de economía Felisa Micelli viajaron justo los 3 días inmediatos anteriores a España para entrevistar empresarios españoles (reuniones que fracasaron) y a los consejeros económicos del “bobo solemne”, Rodríguez Zapatero.

Si el gobierno de Kirchner tenía la decisión de cancelar la deuda anticipadamente antes del viaje resulta más que extraño que justamente dos de los funcionarios más importantes vinculados a ello se hayan ido de viaje. O es que en realidad el viaje fue para sondear que sucedería en enero cuando se tenía que renegociar con el FMI. Y el resultado del viaje fue enterarse que el FMI volvería a insistir que deben “sincerarse las tarifas de los servicios públicos” para reestablecer la equidad contractual de las empresas prestadoras de ellos y que de la piolada castro chavista de la anti cumbre en Mar del Plata ya no podían esperar nuevamente el apoyo de los EE.UU.

Enterados que no se puede continuar bicicleteando los abusos de poder y que la inconducta setentista anti Bush, antinorteamericana tendría la sanción de no poder pedirle ayuda a quien siendo invitado le habían lanzado toda clase de agravios.

Si algo debemos reconocerle a Kirchner son sus reflejos políticos, porque de inmediato intento hacer de su derrota una victoria. Victoria bastante peligrosa para nuestras instituciones republicanas y la seguridad jurídica de todos los argentinos. Porque el decreto de necesidad y urgencia que firmó modificando la carta orgánica del banco central, terminan do su autonomía y apoderándose de más de 10.000 millones de dólares es un atropello que demuestra que Kirchner no es un presidente de la república sino lisa y llanamente un dictador capaz de robarse ese monto con el mismo descaro que jamás rindió cuentas de los más de U$ 1.000 millones de la provincia de Santa Cruz que fugo al exterior, donde siguen en misterioso destino. Los legisladores nacionales en prueba de su indignidad aprobaron de inmediato y casi sin debate el atropello del mismo Kirchner para en pocos minutos declarar nuevamente que estamos en “emergencia económica” y por lo tanto el dictador puede hacer lo que quiera y como quiera.

Tanto los decretos y leyes que aprueban el pago por adelantado al FMI de la deuda argentina, como la declaración de la emergencia económica son actos fraudulentos, y que configurarían el delito de traición a la patria del art. 29 de nuestra Constitución. Y el endeudamiento adicional que mediante bonos más caros causará un aumento de la deuda nacional del orden de los 500 a 900 millones de dólares anuales son actos de malversación consecuencia del anterior.

Si algo debemos aprender de la izquierda ah sido su campaña de “juicio y castigo”, por años y años repitieron sus mentiras y hace años han privado de su libertad mediante falsos procesamientos a muchos militares y miembros de fuerzas de seguridad. Ellos han logrado eso desde una mentira.

Nosotros, los que creemos en una república constitucional debemos empezar a repetir sin descanso que cada uno de los funcionarios y legisladores que han aprobado estas leyes, decretos y endeudamiento será sometidos al juicio y castigo, sus patrimonios será rematados para en alguna medida reparar el daño que han provocado. Y terminarán sus días picando piedras con traje naranja o a rayas. No van a salvarse del juicio y el castigo que se han ganado con su cobardía y su desprecio por la Constitución Nacional.

 

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