N ° 17/2005 - Año 6º
Buenos Aires, diciembre 22 de 2005.-
Hace algunas semanas, justo pocas horas más tarde de una visita de la visita del matrimonio zarista un joven de 17 años se suicido en la villa turística. Ninguna nota explicando su decisión, ningún amigo o pariente conoce que estuviera deprimido o con graves problemas.
El suicidio se habría realizado mediante un ahorcamiento en un saliente de una pared trasera de un hotel Kau Yatún, sobre el arroyo Calafate que da su nombre a la villa. Lo curioso del caso es que el suicida tenía sus pies atados con su propio cinturón, su cabeza tapada con su propia mochila y las manos atadas con cinta de empaque. El joven se “ahorco” con una soga en esas condiciones.
Debió ser casi un Houdini, un David Coperfield, para poder suicidarse luego de haberse atado todo poder ahorcarse así. ¿Y si estaba por suicidarse a que tanto atarse todo?
Para la justicia santacruceña el caso es claramente un suicidio. Según recuerdo en la revista Noticias hace dos meses se publico que la fiscal en lo penal en El Calafate es la hija de Alicia Kirchner.
Si esto hubiera pasado en la Catamarca de Saadi, en el Santiago del Estero de los Juárez nadie se tragaría la grotesca versión del suicidio de Alberto Sánchez a sus 17 años de edad. ¿Donde están los periodistas de Clur (telenoche, telenoche investiga, punto doc, TN), o mejor dicho de Magnetto?
¿Y el Cels tampoco dirá nada de este curioso trámite judicial? ¿Ninguna de las otras ONG dirá nada? Parece que si los suicidios suceden en la tierra del Pingüino Kirchner todo esta bien, y eso que existiendo una tasa récord de suicidios deberíamos preguntarnos ¿porque son tan infelices los santacruceños si tienen esa maravilla del dictadura kirchnerista hace tan solo 14 años?
Algún día la muerte de Alberto Sánchez será esclarecida, y también porque al poder kirchnerista le habría ocupado tanto suicidarlo de esa forma.