Artículo de "Argentina Days" - Propietario y Director: Santiago Manuel Lozano

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N ° 17/2005 - Año 6º

Buenos Aires, diciembre 22 de 2005.-

EL AÑO QUE PERDIMOS LA REPÚBLICA

Entre las pruebas más claras que este año los argentinos hemos perdido la república y somos gobernados por un régimen autoritario que se sirve de la pobreza para atar el voto de la gente ha venido a destaparse el negociado del gobernador Solá y el grupo Clarín. Me refiero a la contratación mediante una licitación bien arregladita de antes para que el estado bonaerense imprima nada menos 3.600.000 libros con los cuales han de “adoctrinar” a los alumnos de 5º a 7º grado.

Bajo las falsas doctrinas de proveer educación a todos, de asegurar el acceso a los libros el Gobernador Solá ha establecido el precedente necesario y eficaz para el adoctrinamiento de los niños argentinos. Ya no serán los padres quienes eduquen a sus hijos, sino el Estado quien editará los libros y los entregará.

Los libros que se usan actualmente son por lo general una basura, llenas de mentiras y prejuicios ideológicos –obviamente de izquierda y anticapitalistas- y en ese sentido las editoriales han cumplido desde Alfonsín la idea de Lenin, fabricaron la soga con la cual serían ahorcados. Los dueños de las editoriales mientras les autorizaran ser textos escolares no dieron importancia a los contenidos socialistas, estatistas y autoritarios que enseñaban.

Ahora eso es llevado un escalón más allá. Pronto es de temer que la chupada de medias que ya se reparte en Santa Cruz, me refiero a la bazofia de libro llamado El Pingüino Ne-Ki, podría llegar a las escuelas de todo el país y ser de lectura obligatoria.

Y no quiero empezar por los abusos de los decretos de necesidad y urgencia, el desprecio total de Kirchner y su banda por las instituciones, la división de poderes y los derechos de los ciudadano, ni por las extorsiones que suele realizar el dictador en forma personal desde cuanta tribuna encuentra, sino por este avance en la educación donde estamos llegando al punto que los padres podremos ver a nuestros hijos en convertidos en delatores de quienes expresemos ideas distintas del gobierno.

Como aquellos niños de las juventudes hitlerianas o comunistas (komsomoles en la URSS, Pioneros en Cuba).

Esta es la cuestión más peligros de todas cuantas se están ejecutando por parte de quienes quieren establecer en nuestra Argentina un régimen espejo del castrista o del chavista.

Los periodistas cobardes o avivados que hoy cobran suculentos sobres en negro, publicidades injustificables del estado también serán víctimas del kirchnerismo. Y sino que vean a Cuba donde existe un único diario, el Granma cuyas pocas páginas son censuradas y solo dan la información propagandística de la tiranía. ¿Dónde creen que irán a trabajar y haciendo qué?

Como demostración del autoritarismo reinante el propio Kirchner se dedica a “apretar” empresarios. Lo hace como si quisiera ayudar al pueblo, a los que menos tienen, pero la verdad es que los precios cuando suben en forma generalizada, eso es el efecto inflacionario es por los derroches y fracasos del gobierno. Para Kirchner no importa remediar las causas de la inflación sino poder echar la culpa a alguien. Y eso es una forma extorsiva y abusiva del poder que solo tiene un dictador.

Su hipocresía e inmoralidad es tan grande que al día siguiente de cada apriete recibe a sus “víctimas” y les hace firmar acuerdos entre sonrisas forzadas por la circunstancia.

Los últimos atropellos que solo encuentran sustento en la arbitraria intolerancia y abusivo ejercicio del poder han sido impedir que el diputado nacional Raúl Patti, votado por el doble del total de ciudadanos de Santa Cruz por ejemplo no asuma su banca y el manoteo del dinero del Banco Central, hoy justificado para precancelar deuda del FMI mañana para comprar votantes, punteros, intendentes, periodistas, o lo que le venga en gana.

Los cobardes legisladores y jueces que teniendo en sus manos la Constitución permiten esto serán juzgados por traición a la patria, por haber dejado la vida, honor, libertad y propiedad de todos los argentinos en manos de un matrimonio de tipo zarista, Néstor y Kristina Kirchner.

 

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