N ° 16/2005 - Año 6º
Buenos Aires, noviembre 17 de 2005.-
La propaganda de la dictadura y su banda de bien pagados periodistas se ha dedicado a decirnos que Néstor Kirchner obtuvo una gran victoria electoral, llegando algunos a decir que fue plebiscitado. Extraño plebiscito sería ya que solo obtuvo algo así como el 26% de los votos de todos los ciudadanos empadronados para votar.
Aunque como dijera Borges la “democracia es un abuso de las estadísticas”, lo que el 23 de octubre no sucedió es que Kirchner haya sido plebiscitado, ni mucho menos obtenido una abrumadora mayoría electoral.
Lo que ha quedado expuesto es que el partido kirchnerista no tiene una oposición capaz de reunir la voluntad de cambio que expresa el ausentismo record de casi un 30% de los ciudadanos habilitados para votar, el record de votos en blanco y anulados de otro largo 9% y que de los votos computables el gobierno a pesar de haber malversado miles de millones de pesos de dinero público ha obtenido un respaldo igual a un 30% de la “imagen positiva” que sus encuestadores a sueldo han promovido.
Néstor Kirchner pidió un plebiscito, el pueblo se lo ha negado a pesar del colosal despilfarro de medios estatales puestos al servicio de la dictadura. En términos de resultado electoral ha quedado a casi un 100% de diferencia de los votos que hubieran plebiscitado su gobierno.
Que la zarina Kristina haya derrotado al dr. Frankestein y su esposa, es decir al matrimonio Duhalde, utilizando para ello el dinero del estado, de la corrupción y a los propios sicarios que antes servían con Duhalde no hace más que confirmar el autoritarismo y la peligrosidad de Néstor Kirchner, un verdadero Frankestein.