N ° 12/2005 - Año 6º
Buenos Aires, agosto 24 de 2005.-
En Tucumán, Argentina, existe una severa crisis en su importante industria limonera por “sobre oferta.” Esta crisis afectaría más a los subproductos y no a los limones de exportación. Sin embargo, en Washington se pagan 2 dólares por tres limones de mala calidad lo que significa que hay una brecha muy grande de precios que actualmente no puede explotarse en beneficio del productor tucumano (los EE.UU. importan solo un pequeño porcentaje de su limón de mesa.)
Si los limones o sus subproductos que ahora “sobran” en Tucumán hubiesen sido cosechados en Chile, en estos momentos estarían siendo usados como insumos por industrias fuera de Chile ¿Qué tiene Chile que no tenga la Argentina? Chile tiene, como política de Estado, una estrategia exportadora. Hace más de 25 años, Chile comenzó un proceso de apertura comercial con reducción unilateral de tarifas al comercio internacional. Empezó con Pinochet pero luego se profundizó con los gobiernos de ideología opuesta como los demócrata-cristianos y socialistas. Precisamente el actual gobierno socialista de Lagos es el que mas profundizó la apertura firmando tratados de libre comercio con prácticamente todos los países del mundo. ¿Qué obtuvo Chile con esta política de estado?: Un crecimiento extraordinario de la producción de bienes y servicios, una reducción de la pobreza y mejoras significativas en todos los índices de bienestar social.
La Argentina, en cambio, no sólo ignora lo que tiene a la vista en su frontera occidental, sino que, por ejemplo, ahora mientras que los medios de comunicación de casi toda la región de América Latina hablan de la aprobación del CAFTA (Tratado de Libre Comercio entre EE.UU. y América Central y la República Dominicana) por parte del Congreso de los EE.UU. los medios argentinos, apenas si lo nombran y la población en general no tiene mucha idea de lo que es el CAFTA. En cuanto al ALCA (Iniciativa de Libre Comercia entre EE.UU. y América Latina) la mayoría de nuestro país o no le importa o cree que es una especie de confabulación yanqui para sacarnos nuestra riqueza (hay grupos que ya se movilizan contra la próxima llegada de Bush a Argentina.) Mientras nosotros estamos en ese aislamiento Colombia, Ecuador y Perú (los dos últimos también en manos de gobiernos “progresistas”) avanzan firmemente en las negociaciones para incorporar a sus países al NAFTA (Asociación de Libre Comercio de Norte América). Chile hizo la punta pero parece que nosotros los argentinos somos furgón de cola, todavía hablando de un Mercosur cuya sigla verdadera es QEPD.
El aislamiento comercial argentino no es nuevo. La tendencia comercial aislacionista se inicia hace muchas décadas. En 1910 las exportaciones representaban el 33 porciento de nuestro producto bruto, en 1920 el 23 porciento, en 1938 el 17 porciento, y desde 1980 estamos en alrededor del 10 porciento. Los países de gran crecimiento y que a la vez disminuyeron la pobreza como los del sudeste asiático siguieron el camino opuesto. Hoy vemos el crecimiento extraordinario de la China y la India pero nadie en Argentina dice que ese crecimiento tiene como sustento su apertura al comercio internacional, fundamentalmente con los EE.UU.
Nuestra Cancillería y el Ministerio de economía seguramente prometerán que se ocuparan del problema del limón y del mayor acceso a mercados internacionales, y probablemente realicen algunas gestiones. Pero todo esto en un marco ad-hoc. Hoy es el limón y mañana el algodón o cualquier otra bien o servicio, pero sin una estrategia que nos lleve a poner en marcha el motor de las exportaciones.
Los mismos exportadores son también culpables de esta situación porque, tal como lo observamos nuevamente en los discursos de La Rural, se conforman con pedir “un tipo de cambio alto” y la “eliminación de las retenciones” sin articular ninguna estrategia de largo plazo.
La industria del limón debe buscar y pedir, juntamente con el resto de los exportadores argentinos, una estrategia que lleve al país a una apertura con el NAFTA y con todos los bloques y países del mundo. Solo tienen que mirar a Chile como ejemplo.