N ° 11/2005 - Año 6º
Buenos Aires, agosto 04 de 2005.-
Ante la impugnación que realizo el ARI a la candidatura a senadora nacional de Kristina Kirchner por la provincia de Buenos Aires la primera reacción de Néstor Kirchner fue victimizarse a sí mismo expresando que la intención es proscribirlo. Reacción propia de quien cree que su voluntad es ley, y sino que la ley debe ajustarse a sus caprichos personales.
Pero es la Constitución Nacional la que en su artículo 54 establece que el Senado de la Nación se compone con tres senadores por cada provincia y dos bancas se adjudican al partido con mayor número de votos y la restante al partido que le siga en número de votos. Y doña Kristina es afiliada la Partido Justicialista, y también José Luis Pampuro, de donde las candidaturas del Frente para la Victoria son un fraude.
Fraude que se complementa con un decreto de necesidad y urgencia del esposo de Kristina, es decir de Néstor Kirchner quien “facilitó las presentaciones a elecciones de no partidos”, es decir de aquellos partidos que aún no han sido reconocidos como tales por la Justicia Electoral por no haber cumplido con la ley de partidos políticos.
No es un detalle menor que la Constitución Nacional también haya prohibido al Presidente de la Nación y a su gabinete la sanción de decretos de necesidad y urgencia en materia “electoral o régimen de partidos políticos”.
En otras palabras el decreto 540/2005 de Néstor Kirchner es nulo de nulidad absoluta y todos sus firmantes, es decir muchos de sus ministros-candidatos han violado la Constitución Nacional con el único y exclusivo objetivo de disimular la violación constitucional de las candidaturas al Senado de la Nación del “no partido” gubernista.
Nótese que la Constitución Nacional establece la taxativa prohibición de sancionar decretos de necesidad y urgencia como el que facilita la maniobra de Kristina y Pampuro en Buenos Aires, de Maza y Beder en La Rioja, etc. El “no partido, Frente para la Victoria” lleva como candidatos a afiliados de otro partido y la Constitución Nacional establece los senadores corresponden a los partidos mas votados, no a las listas.
No se trata de proscribir a Kirchner y a su banda, ni a la zarina, sino de obligarlos a ellos también a cumplir la Constitución y la ley que después de todo han jurado cumplir. Mal puede pretenderse que los ciudadanos paguemos impuestos y nos sometamos a las leyes del Congreso cuando a este se lo conforma en violación de la Constitución.
La verdad es que ya no tenemos un gobierno constitucional y por lo tanto republicano que se somete a las leyes y la Constitución. Tenemos una dictadura que gobierna por decreto y todo lo sujeta a su necesidad y voluntad política. Kirchner y su entorno de terroristas Montoneros han destruido el pacto de convivencia que es la Constitución Nacional. Son un gobierno revolucionario aunque no hayan recurrido a las armas –aún- para establecerlo.
No olvidemos que tanto Adolf Hitler como Salvador Allende accedieron al poder por vías legales, y algún respaldo electoral minoritario, pero desde ese poder mediante un gobierno por decreto establecieron sus dictaduras.
Su cobardía por la cual no se anima a ir a la Rural, o a un acto donde el público no sea debidamente controlado por una lista de funcionarios designados al efecto, es la que tiene para no presentarse en una elección a internas partidarias. Ni aun con el derroche del dinero público que hacen se animan a competir en una elección dentro de su partido.
No es menor el detalle de su ausencia de la inauguración de la Sociedad Rural Argentina si se considera que estuvieron presentes hasta ministros de agricultura de varios países extranjeros, aún aquellos que subsidian a sus productores, nos cierran parcialmente sus mercados, etc. se animan a estar allí. Pero Kirchner hasta teme al sector más productivo del país, al que genera más recaudación tributaria y exportaciones. No políticamente, ya que tiene su sistema de clientelismo político que lo supera electoralmente y puede expoliarlo. Les teme hasta por si lo llegan a silbar.
Volviendo a la bifurcación electoral en los emblemáticos casos de Buenos Aires y La Rioja tiene un claro y reconocido fundamento que es no cumplir con las elecciones internas abiertas obligatorias. Según establece la ley nacional. En otra demostración de hipocresía política y legal la dictadura solo cumple las leyes cuando le conviene, y sino a joderse los argentinos.
¿Es que aun no nos damos cuenta que en Argentina existe un doble estándar legal? El del dictador y su banda y él de los ciudadanos vasallos.
No se trata de proscripciones, se trata de impedir que se legitime una violación de la Constitución Nacional que consolide la revolución antirrepublicana y antidemocrática que Kirchner y los Montoneros llevan adelante.