N ° 11/2005 - Año 6º
Buenos Aires, agosto 04 de 2005.-
Los terroristas islámicos intentan disimular sus atentados con lo que ellos llaman la ocupación de Irak por USA, Gran Bretaña, Italia, Polonia, etc. Pero esta afirmación solo puede ser atendida con mala fe o ingenuidad no excusable.
Es una larga lista de hechos la que permite sostener que la liberación de Irak no tiene relación con los atentados terroristas. Y la primera y más importante es el propio Irak. Porque la liberación de Irak ha permitido a la mayoría sunnita practicar con libertad su culto, algo que antes era dificultado por el régimen genocida de Saddam Hüssein, en otras palabras en términos meramente relacionados con la práctica del Islam la liberación de Irak ha sido beneficioso para los musulmanes. En segundo lugar la mayor parte de los atentados en el mismo Irak se dirigen a matar iraquíes, en especial ciudadanos comunes y quienes forman parte del gobierno nacional. Es como si quisieran impedir la consolidación de las instituciones locales para retener los ejércitos libertadores de USA, Gran Bretaña, Italia, Australia, Polonia y demás países que integran la coalición.
La liberación de Irak se realizo en el año 2004, es decir casi tres años más tarde que el atentado del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono.
Y aun antes de ese atentado, y que los soldados de la coalición abandonaran el colegio e inclusive algunos ni hubieran nacido, ya los terroristas islámicos habían concretado el ataque a las instalaciones de la fuerza de paz de los EEUU en Beirut (1982), un atentado contra el World Trade Center en 1993, la destrucción de dos embajadas de los EEUU en 1998 (Kenya y Tanzania), y el atentado contra el destructor Cole surto en un puerto civil.
De donde resulta claro que los terroristas islámicos no fueron motivados, ni encuentran su causa en la invasión de Irak, simplemente buscan apelar al pacifismo de muchos cobardes y a la complicidad del anti norteamericanismo que la izquierda exacerba en el mundo libre. Pero los actos de esos mismos terroristas demuestran que sus atentados nada tienen que ver con la liberación de Irak y la permanencia de las tropas libertadoras allí, sino con su intención de imponernos un régimen religioso y autocrático donde la vida entera debe sujetarse al ejercicio del Islam.
Lo que los terroristas islámicos buscan no es liberar Irak, donde por cierto los musulmanes llegaron mucho después que los cristianos, como a todo Medio Oriente, sino destruir la civilización occidental y en especial su vertiente atlántica. La que separa el ejercicio de la religión del gobierno político, la del respeto del derecho de propiedad, de la libertad individual y los restantes derechos individuales de los dictados de una autoridad religioso-política absoluta.
Suponer que la liberación de Irak de la dictadura de Saddam Hüssein justifica los atentados del fundamentalismo islámico sería como sostener que las víctimas de aquel genocida debían aguantárselo para evitarnos algunas bombas sobre nuestras ciudades. O puesto en los años del nazismo, sería como acusar de los bombardeos de Londres, Coventry, etc. a la política exterior de W. Churchill y F.D. Rooselvet, total los judíos deberían haberse aguantado el holocausto.
Esas bombas fueron el costo de defender la libertad y la vida. Las de hoy en Londres, como en Irak también. Y ninguna de esas muertes es culpa de quienes encabezan la lucha contra el mal.
Menos mal que los británicos y norteamericanos no se acobardan, ni se dejan confundir. El nazismo y el comunismo han sido derrotados por esa voluntad de defender la libertad y ampliarla, también el fundamentalismo islámico puede ser derrotado sino nos tragamos sus mentiras terroristas.
Desde Argentina la voz del olvidable ministro de Relaciones Exteriores hizo alarde de la inmoralidad del gobierno que integra al expresar “no hay que olvidarse de que (en Londres) murieron dos medios días de Irak”. No está demás señalar que el gobierno argentino jamás expreso una condolencia por las víctimas del terrorismo en Irak. Ni una, así es que no deben conmoverlo mucho. O tal vez como Kirchner se opuso a la liberación de Irak las decenas de miles de víctimas que cada año asesinaba Saddam Hüssein, pero claro que sin prensa, no merecían ser liberadas, ni salvadas.
Cabría esperar que al menos el canciller candidato Rafael Bielsa cuando expresa sus condolencias a Gran bretaña estudie algo los hechos para entender que la causa de los atentados no es la política exterior de esa nación al apoyar la norteamericana. Porque eso es hacer culpables a los EEUU y Gran Bretaña de defenderse de la agresión fundamentalista, que lleva más tiempo que los gobiernos de George W. Bush y Tony Blair, de Sharon y aun de la existencia del Estado de Israel. Claro que eso sería esperar que Bielsa sea lo que su propaganda vende, un intelectual, cuando es un simple lame botas de Castro, lame mocasines del dictador Kirchner.
Winston Churchill, Primer Ministro de Gran Bretaña ante la Cámara de los Comunes el día 02 de agosto de 1944 ya había advertido cual es el sentimiento de los pueblos democráticos cuando sus amigos actúan con cobardía y se suman al bando del mal. Es bueno recordar ese discurso para no extrañarnos de cómo nos ven los líderes del mundo libre.
“Como amigos de la Argentina sentimos tristeza y también ansiedad, cuando en estos días de prueba para las naciones ella no ha creído justo tomar parte sin reservas, ni condiciones junto a la causa de la libertad, buscando contactos con el mal y no solo con el mal sino con el partido que pierde. Creo que mis observaciones serán escuchadas porque esta es una guerra muy seria, no es como esas pequeñas guerras del pasado que todos podemos olvidar y perdonar. Las naciones serán juzgadas por el rol que jueguen. No solo los beligerantes, sino los neutrales encontrarán que su posición en el mundo no quedará ilesa por la parte que escogieron jugar en la crisis de esta guerra………..”
Nuestro dictador Néstor Kirchner y su gabinete, sus lame mocasines repiten el grave error que el nacionalismo pseudo fascista cometió en la Segunda Guerra Mundial. Pero al menos no todos los argentinos queremos ser juzgados junto a esa banda.