N ° 11/2005 - Año 6º
Buenos Aires, agosto 04 de 2005.-
Una vez más ante la suba del precio de la leche y sus derivados el gobierno K recurrió al contraproducente método de aplicar retenciones a las exportaciones. Cada vez que un precio sube el gobierno recurre a confiscar parte de la renta de sus exportaciones. Porque las retenciones a las exportaciones son confiscaciones, no son un impuesto.
Pero ya que bailamos con el más feo y sus camaradas es bueno al menos analizar las retenciones desde el punto de vista de su eficiencia económica, productiva y social.
La suba del precio de la leche que desato está locura del Dictador fue de unos 8 centavos por litro, mientras tanto la mayor parte de los intendentes-punteros que alquilo para esta elección cobran un inconstitucional “tasa de abastecimiento” de unos 10 centavos por litro. La tasa se cobra a todos los productos vendidos dentro de sus municipios que hayan sido producidos fuera de ellos. Es decir que no es tasa ya que sus intendencias no prestan servicio alguno por ellas entonces es un impuesto y como tal les está prohibido por la Constitución Nacional, y peor aún es una suerte de aduana interior también expresamente prohibida por la carta magna. Claro que como son parte del frente K el Dictador no ha de quejarse, ni reprocharles semejante abuso.
En primer lugar los países en serio no ponen impuestos a sus exportaciones, ni mucho menos confiscan parte de la renta de los exportadores (¿porque no creer que algún día pondrán retención a las ventas-precios internos?). Por el contrario como la reducción de precios se logra con mayor producción en los países en serio se estimulan y se protegen las inversiones para aumentar la oferta de los bienes. Algunos inclusive subsidian a sus sectores exportadores para asegurarse mercados.
Y no solo se afecta al campo con estas retenciones, sino prestemos atención a la información oficial de Repsol YPF que anunció que este año a pesar de los precios récord del petróleo producirá un 5% menos en Argentina y en el año 2006 la producción caerá un 6% adicional. La causa de esta caída en un mercado mundial que demanda petróleo y paga precios récord está en las retenciones a las exportaciones que han llegado al 45%.
El gobierno argentino sostiene que logra mantener el precio interno más bajo por esas retenciones, pero cuando la producción siga cayendo pasarán cosas bien distintas. Caerán las exportaciones, habrá un menor ingreso de divisas y, ¿porque no?, volveremos a necesitar importar combustibles, es decir que no solo no ingresarán divisas sino que saldrán. Entonces llegará el momento en que los combustibles serán pagados a precios mucho más caros, la producción perderá competitividad y hasta la famosa cosecha que año a año es récord como resultado de las inversiones noventistas y de los mercados extranjeros será imposible de alcanzar o no podrá pagar tampoco retenciones.
Cuando esas exportaciones bajen, o los precios internacionales bajen, el gobierno no podrá seguir confiscando la parte sustancial de las exportaciones, es decir deberá bajar o suprimir las retenciones si quiere que no se funda país entero. Pero cuando haya que hacer eso los ejércitos de piketeros, los planes “no trabajar”, etc. serán impagables.
Si se hubiera pesificado y congelado el precio de la soja estaríamos pasando hambre en lugar de invirtiendo, sembrando y exportando. Y es un ejemplo que no hace falta buscarlo en el recetario de los países serios.
Kirchner con su no modelo asegura la mayor corrupción y pobreza futura. También nuevos estallidos de violencia social.
Por si aún no lo sabe el Dictador también los precios son altos porque se pagan impuestos altísimos. Baje los impuestos y también podrán los precios. Claro que no podrá mantener su propaganda y ejército piketero.
Por otro lado las retenciones al desalentar las inversiones implican una menor oferta y que en el futuro el precio subirá, necesitará protección o subsidio.
Es un principio moral del capitalismo soportar las propias pérdidas como también disfrutar de la ganancia, cuando un gobierno confisca las ganancias, luego en las épocas de vacas flacas debe subsidiar y ayudar a esos sectores o dejarlos quebrar, el resultado es siempre el mismo, corrupción y pobreza para las mayorías, riqueza para pocos.
El modelo Kirchner cierra con 15 millones menos de habitantes