N ° 10/2005 - Año 6º
Buenos Aires, julio 15 de 2005.-
En un teatro estatal con sus elegantes butacas de pana bordeaux un conglomerado de funcionarios con sus trajes y corbatas, forzadamente asistieron y aplaudieron al lanzamiento de la candidatura de Kristina Kirchner a Senadora por la Provincia de Buenos Aires. Un marco que recuerda los actos del politburó soviético en épocas de Stalin, Kruschev o Brezhnev, o de la Cuba de Fidel castro.
Un teatro estatal lleno de burócratas y políticos obligados mediante muchas formas de presión, algunas económicas y otras de persecuciones judiciales, mediáticas, etc. se reunieron para aplaudir a la zarina a quien acompaña hoy quien era el secretario y confesor del “padrino”, y algunos otros de los capos que respondían a él.
Si solo se tratara de películas no sería tan grave la referencia de la ahijada Kristina a su padrino Eduardo Duhalde. ¿O llegaron los Kirchner a la presidencia de otra forma que no haya sido apadrinados por los Duhalde y el Justicialismo bonaerense? En fin pero volviendo al tema fílmico, el Padrino era menos peligroso que él de La Caída, que con los actos de autoritarismo, sus gritos y caprichos me suena mucho más cercano a Néstor Kirchner y Kristina que los de la Marlon Brando.
Porque el Frente por la Victoria, los Kirchner, como el nazismo llego al poder siendo una minoría y usando como banderas el nacionalismo y formas socialistoides y ahora se mantiene en el poder gracias a la propaganda y la fuerza par amedrentar a quien se oponga o intente ser independiente.
La “nueva política”, la del dictador no es casual que tenga mucho olor a vieja. No solo porque aparece rodeado de quienes hasta ayer eran parte de la supuestamente más vieja política, es decir esos intendentes del conurbano bonaerense y tantos otros gobernadores, legisladores, piketeros que solo han sabido hacerse ricos a costa del pueblo. Muchos de ellos procesados por malversación de caudales públicos y que solo han cambiad de bando mediante el alquiler se sus “estructuras” de clientelismo mediante el apriete público y jactancioso del propio Presidente de la Nación y su gabinete.
Al menos antes tenían la discreción de discutir y apretarse en privado, de no andar exponiendo que todo es una cuestión de cómo se reparten el botín de nuestros impuestos. Digamos que tenían pudor mientras con la nueva política, la del dictador en serio sale en las principales noticias, tapas de diarios que Kirchner presiona a los gobernadores, diputados, senadores, intendentes, concejales, etc. con el dinero del Tesoro público para que se pasen a su aparato político personal.
Definitivamente Kirchner y Kristina, son bastante peores que su padrino, o hacen parecer un pobrecito que de haber transado hoy sería pintado como un “estadista”, un hombre que ayudo a establecer los saqueadores de Santa Cruz como saqueadores mayoristas, es decir nacionales.
Entonces Kirchner puede acusar de haber administrado mal el Fondo de Reparación Histórica del Conurbano a Eduardo Duhalde, y llevar como candidatos a quienes fueron sus cómplices en tal desmanejo.
Eso sí, jamás nos dirá Kirchner como no uso, o despilfarro durante 12 años los fondos de la Ley 23.681. Esa ley es la que nos obliga a pagar desde 1988 el 0,6% de nuestro consumo eléctrico a todos los demás argentinos para que Santa Cruz sea interconectada al sistema eléctrico nacional. Según algunos santacruceños esos fondos durante los 12 años de gobierno de Kirchner sumaron más de U$ 600.000.000 y nada se hizo. Santa Cruz aún no tiene su interconexión.
Los medos de prensa nacionales ocultan prolijamente los cortes de energía eléctrica en la provincia de Santa Cruz, la “restricción” del alumbrado público que son la evidencia de la defraudación de esos dineros que hemos pagado todos los argentinos.
También las aguas corrientes de Río Gallegos aún son turbias, es decir no potables, y eso mientras Kirchner sigue manteniendo los fondos provinciales en el exterior para mejorar la vida de los suizos.
Tanto el agua corriente como la electricidad en Santa Cruz son administradas por empresas estatales. Kirchner las dirigió por doce años y ahí están los pésimos resultados.
La nueva política es volvernos al pasado en el orden nacional, llevarnos a pagar servicios que el estado no dará.
Y hay más, porque desde mayo del año 2003 Kirchner y su gobierno han estado ayudando a la provincia de Santa Cruz con fondos para hacer las obras que debieron haberse hecho antes con los fondos que recibió en sus 12 años como gobernador y mientras siguen desaparecidos los fondos provinciales de muchos cientos de millones de dólares en paraísos fiscales.
La fundamentación de esa ayuda ha sido la “emergencia financiera o económica” de Santa Cruz. ¿Si Kirchner fue tan bueno como gobernador como puede existir semejante crisis, semejante necesidad de nuevas obras? ¿Cómo se puede sostener que existe una crisis financiera y económica en una provincia que reconoce mantener más de U$ 500.000.000 depositados en el exterior a una tasa de interés muy baja cuando además en el festival de bonos K podría obtener el 17% anual?
Y también vayamos al reclamo de Kirchner sobre la educación técnica supuestamente destruida en la década del 90. En esa década se sanciono la Ley Federal de Educación que transfirió esas escuelas a las provincias, por lo tanto si fue destruida sería bueno que Kirchner explique porque lo hizo en Santa Cruz, o mejor aún si creo alguna en su provincia ya que tenía tantos fondos que puede enriquecer a los suizos y luxemburgueses con centenares de millones de dólares.
En el Teatro Argentino no se lanzo ninguna nueva política, sino el asalto a la provincia de la Buenos Aires para consolidar la dictadura nacional. El método fue el de siempre, la banelko y las presiones, solo que ahora se hace a la luz del día y con el alquilado aplauso de la prensa adikta.