N ° 09/2005 - Año 6º
Buenos Aires, junio 30 de 2005.-
George Orwell en su famoso libro 1984 describía un mundo donde los gobiernos eran modelos de las dictaduras nazi y comunista, en ellas un organismo burocrático llamado Ministerio de la Verdad re escribía la historia cuantas veces resultara necesario para justificar los abusos de turno.
Néstor Kirchner está siendo un emulo de Orwell con sus políticas de recuerdos parciales y selectivos. Porque por ejemplo el mismo 16 de junio de 1955 que quiso recordar por primera vez él ya había sido recordado por Carlos Menem en 1996 cuando se colocó una placa recordando el bombardeo de la Plaza de Mayo. Tanto Kirchner como Menem tuvieron otra infeliz coincidencia, olvidar la quema de iglesias católicas, del Jockey Club, de la sede nacional de la UCR.
Y si de aniversarios se trata, junio también nos recuerda la revolución pro fascista, pro Eje de 1943 cuyo hijo fue el partido Justicialista. ¿O la revolución de 1943 no fue un golpe de estado? De ese Kichner, Bendini y su banda se olvidan convenientemente.
Y tenemos otro aniversario más cercano que nos dejo el Peronismo en 1973, llamado la Masacre de Ezeiza, pero de ese tampoco Kirchner se acordó. Y es bueno recordarlo con la información de aquellos días, para que los voceros del terrorismo que andan por los canales de radio y televisión mintiendo impunemente sepan que no todos hemos olvidado que sí existió una guerra civil y que ellos estaban alzados contra la república, no contra los militares o un gobierno de facto.
¿O cuando la Masacre de Ezeiza gobernaban militares? No, gobernaba Héctor Cámpora, Presidente de la nación por el Justicialismo. Y la masacre se llevo a cabo para recibir al líder del partido, Juan Domingo Perón entonces ex presidente y pocos meses después nuevamente presidente.
Vayamos a los diarios de 1973 para entender porque Kirchner, Alberto Fernández y Pepe Albistur no recordaron a las víctimas de Ezeiza: “Enfrentamiento armado de Ezeiza. Luctuoso saldo de los disturbios. Un acuartelamiento parcial dispúsose. Incidentes graves cerca del palco. Los desórdenes vistos desde ese lugar. Una exhortación de Leonardo Favio: "Les pido a los integrantes de uno y otro bando que tengan compasión y una cuota de humanidad para con los prisioneros. Que tengan asistencia médica, creo que la vida humana tiene que ser respetada sin tener en cuenta las ideologías. Estos hechos podrían haberse evitado si no tuviéramos un inconsciente como ministro del interior." (La Nación 21/6/1973)
Decidióse no bajar en Ezeiza. Enfrentamientos entre grupos antagónicos. La repercusión en el exterior. La Vanguardia Española (Barcelona): "El panorama argentino es hoy una mezcla de esperanza y confusión. Grupos de representantes de tendencias opuestas del propio movimiento justicialista han desencadenado una oleada de ocupaciones de establecimientos públicos: los derechistas invocando la necesidad de proteger a las instituciones de los marxistas, y los izquierdistas exigiendo la sustitución de los responsables de esos establecimientos. La guerrilla ultraizquierdista no peronista se ha convertido ya en el juez más severo del nuevo gobierno. Los secuestros no cesan." (La Razón 20/6/1973)
Hubo muertos, heridos y confusión. Tiroteos aislados causan muchas víctimas. Cámpora dirigió un mensaje desde Morón: "...les pido disculpas por las molestias, pero debemos tener, en definitiva, una inmensa alegría: el general Perón ha puesto nuevamente sus pies en el suelo patrio, y ya en forma definitiva, para conducir a este país y hacer una Argentina Liberada." (La Prensa 21/6/1973)
Es decir que en 1973 no cabían dudas, ni en Argentina ni en España (esto para Baltasar Garzón) que el terrorismo era ultraizquierdista y que la guerra civil estaba desatada por ellos, aun dentro del mismo Justicialismo que se resistía a ser utilizado por los castro comunistas como hacen hoy con Kirchner a la cabeza.
En cuanto a su vocación por los derechos humanos basta leer el desesperado llamado de Leonardo Favio de “tengan compasión y una cuota de humanidad para con los prisioneros”. Y no era a los militares, ni a la Policía a quien se dirigía el locutor oficial sino a los terroristas montoneros y a los contraterroristas que luego fueron la Triple A. Y resalto que les pedía una “cuota de humanidad” con lo cual está todo dicho.
Y hace pocos días un acto de jura de la bandera por soldados argentinos el Teniente Coronel Roberto Augusto Vega, Jefe del Regimiento de Caballería Blindada General Güemes, Salta, en presencia del General Sarobe, del vicegobernador de Salta y otras autoridades constitucionales recordó entre las víctimas pertenecientes a esa unidad a quienes cayeron defendiendo un ataque terrorista en Manchalá.
¿Y que fue el combate de Manchalá, cuando fue?
Sucedió el 29 de Mayo de 1975 durante el gobierno constitucional de Isabel Perón. Esa madrugada, en Manchalá, departamento de Famaillá, Provincia del Tucumán, el Ejército Argentino fue atacado hacia las 2 a.m. por terroristas de la Compañía de Monte Ramón Rosas Jiménez, del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). El objetivo del ataque del ERP era asesinar al Comandante de la V Brigada, tomar rehenes, armamento y material técnico. (pero eso en democracia para la moda actual debe no ser considerado un delito de lesa humanidad, sino simple idealismo revolucionario juvenil).
Para el ataque terrorista el ERP reunió militantes de Córdoba y de San Miguel de Tucumán dividiendo sus fuerzas en cinco unidades como una fuerza militar irregular. Dirigieron ese ataque del ERP Hugo Irurzún, alias Capitán Santiago (reaparecerá años más tarde al servicio del régimen comunista y genocida del Frente Sandinista de Liberación de Nicaragua), Jorge Molina, alias Capitán Pablo, Manuel Negrín, alias Teniente Roberto, Julio Abad, alias Armando y Wilfredo Siles, alias Sargento Lin. Fue una batalla entre dos ejércitos. Ejércitos identificados, uniformados, con grados y tácticas militares claro que tampoco esto se acepta como tal por el gobierno, sus jueces y propagandistas porque algunos podríamos terminar por recordar aquella guerra civil y quienes la iniciaron.
Uno -el atacado- Ejército Argentino que defendía las instituciones argentinas y un gobierno constitucional. El otro ejército, uno terrorista que se llamaba a sí mismo Ejército Revolucionario del Pueblo en reconocimiento de su carácter agresor e irregular, que respondía y responde a intereses extranjeros financiados por Fidel Castro.
En otra infamia K, tanto el Teniente Coronel Vega como el General Sarobe fueron sancionados por el diktador y sus esbirros. Porque aniversarios a recordar, historia a escribir para ellos es exclusivamente la que les conviene a su aumento de poder y a la justificación de sus abusos. La otra, la historia de verdad, que es la única es la que ellos niegan.