N ° 08/2005 - Año 6º
Buenos Aires, junio 3 de 2005.-
Un joven obtuvo su permiso de conducir. Ese mismo día le preguntó a su padre (que era rabino), si podían acordar que él usara el auto de la familia.
El padre lo llevó a su estudio y le dijo:
Haré un trato contigo: trae aprobadas todas tus asignaturas, estudia un poco el Talmud, corta tu cabello y luego hablaremos del auto...
Luego de un mes, el muchacho regresó y de nuevo le pidió a su padre que le dejara utilizar el auto.
De nuevo el padre lo llevó a su estudio y esta vez le dijo:
- Hijo: estoy muy contento contigo: trajiste excelentes notas y cada día te observo mientras estudias un rato el Talmud, pero... ¿recuerdas la condición de cortarte el pelo? ¿Por qué no te lo has cortado aún?
A esto el muchacho respondió:
- Padre, he estado pensando sobre ello y vi que Sansón, Moisés, Noé e incluso Jesús llevaban el cabello largo... por qué tendría yo que cortármelo?, acaso no va contra el mensaje divino?
- Es cierto -dijo el rabino- pero te recuerdo que esos melenudos iban a todas partes caminando...