N ° 08/2005 - Año 6º
Buenos Aires, junio 3 de 2005.-
Enkubrimiento perfecto: Blumberg se ha convertido en un agitador de la dictadura. Muchos argentinos lo apoyaron de buena fe en su primera marcha, porque de verdad estaban y están hartos del patoterismo setentista. ¿Cuántos fueron a aquella marcha como repudio al acto de los terroristas con los Kirchner en la Esma pocos días antes?
En aquella época el régimen de los Kirchner tembló, pero con el paso del tiempo decidió “comprarse” a Blumberg, prometiéndole dinero (nuestro) para su fundación, poniendo la foto del hijo en el escritorio presidencial. Y el ingeniero Blumberg se convirtió en el motor e inspirador de leyes totalitarias con las cuales el gobierno nos puede vigilar y controlar la vida privada en “forma legal”.
Pero leyendo la lista de reclamos de la marcha de Blumberg para este 2 de junio encuentro no solo una serie de promoción de “odios funcionales a los Kirchner” sino una omisión que desnuda de cuerpo entero la militancia de Blumberg junto a Kirchner. Blumberg no ha puesto una palabra sobre el crimen del empresario Cacho Espinoza quien fue asesinado por encargo en la puerta de su casa frente a su esposa. Sus asesinos fueron detenidos y están libres desde que Kirchner alcanzó la presidencia. Conarpesa una empresa cuyos directivos según todas las fuentes serían quienes encargaron el crimen, era la sponsor oficial del equipo de básquet de Santa Cruz, Kristina madrina de sus barcos.
Blumberg puede mezclar la Biblia con el calefón, Fair Mostafá con María Marta García Belsunce, pero de Espinoza nada.
Blumberg puede meterse con María Julia Alsogaray porque sabe que ha sido convertida en emblemática por la izquierda y varios rabanitos (rojos solo por afuera), y repudiar su libertad cuando si leyera el fallo sabría que el problema se llama Canicoba Corral, el juez que la metió presa por las dudas. Pero es parte de su lógica autoritaria, neonazi, por eso de Cacho Espinoza y sus asesinos no dice nada. Tampoco reclama por la “no investigación” del tráfico de drogas en Ezeiza a través de la aerolínea que volaba con ella gracias al dinero de nuestros impuestos.
Y Blumberg tampoco reclama por el súper veloz sobreseimiento a Néstor Kirchner y Kristina Fernández de Kirchner que el juez Erkolini dictó a poco de ser nombrado. Ni por el también veloz sobreseimiento de Felipe Sola por un juez marplatense. A ver si Kirchner se enoja y se termina el apoyo.
Y aunque Blumberg diga que a él no lo opera nadie sus silencios demuestran que sí lo operan. Porque también se calla ante la impunidad de Luis D”Elía y su banda de piketeros oficialistas que asaltaron una comisaría y no han siquiera sido indagados.
O cuando omite uno de los más graves casos de impunidad y persecución arbitraria como es perseguir a oficiales de las FFAA por supuestamente haber robado bebes de terroristas mientras al juez Marquevich por investigar y detener por igual causa a Ernestina Herrera de Noble lo expulsaron de su cargo. ¿O esa presión de Clarín no es impunidad y un peligro para nuestra república?
Blumberg repudia y se hace eco de perseguir a los designados “emblemáticos” y calla ante los casos claros de impunidad del régimen actual. Sí, a Ud señor Blumberg lo operan, y cree que no lo que lo hace aún más peligroso para nuestras libertades. Su soberbia hace de alfombra a la legalización de la normas de represión y control de la dictadura de Kirchner.
Blumberg opera como el encubridor perfecto. Kirchner lo “cooptó” como había hecho con Graciela Ocaña. Y mientras tanto el asesinato de Cacho Espinoza sigue impune y recordándonos a todos cuan peligroso es meterse con el régimen
Y por cierto si Blumberg quiere “exigir que el cumplimiento y respeto de las normas establecidas por la Constitución Nacional” debería anular casi todos los repudios en los cuales fundamenta esa exigencia. Porque sus repudios son la negación de las garantías constitucionales, sus propuestas son la violación de todas y cada una de nuestras libertades individuales y de nuestra privacidad garantizada por la Constitución Nacional.
La ignorancia de Blumberg lleva a una mezcla muy peligrosa hasta en la operatividad de su petitorio porque mientras reclama por el cumplimiento de la Constitución Nacional reclama terminar con la estabilidad de los cargos judiciales que son una forma de garantizar su independencia del poder político.
Blumberg perdió el rumbo y hoy es funcional al régimen, hace el enkubrimiento de todo lo que pueda alcanzar a Kirchner. Es la parcialidad de sus repudios la que lo pone en evidencia que lo operan, es el dinero prometido por Kirchner a su Fundación y no el impúdico apoyo del Ministro del Interior en la campaña por avasallar la justicia lo que revela su funcionalidad al gobierno.
Los frutos del odio, carta de lectores en La Nueva Provincia el 30/05/2005: Restituir la paz interior. El 13 de julio de 2004, a las 21, mi padre, el general (R) Juan Pablo Saá, fue "capturado" por orden del juez Urso en un operativo mediático injustificable, sin medir que el "reo" contaba con 77 años y su mujer con 72. Como consecuencia de este abuso de autoridad, una hora después del procedimiento (que contó con la presencia de numerosos fotógrafos), mamá falleció.
Ella fue víctima de esta campaña de odio y venganza orquestada desde el gobierno, que ha decidido, violando la Constitución, procesar a la totalidad de los hombres de las Fuerzas Armadas, quienes, con honor y patriotismo, combatieron, en una guerra sin precedentes, a los ejércitos revolucionarios que, de manera despiadada, asolaban a nuestra Patria. Ganar esta cruenta guerra hizo posible la paz, la libertad y el estado de derecho del que hasta hoy gozábamos.
El tema militar no es jurídico sino político.
Si fuera jurídico, mi padre, como tantos otros compatriotas, no estaría injustamente preso ni hubiéramos perdido a nuestra madre. Exhorto a los argentinos de buena voluntad que han vivido esos dolorosos años; que saben que hubo una guerra despiadada comenzada mucho antes de marzo del 76; que saben que la dirigencia política se declaró incapaz de resolver el conflicto; que saben que las Fuerzas Armadas, cumpliendo órdenes emanadas de un gobierno constitucional, entraron en guerra para ganar la paz, los exhorto, insisto, a que expresen públicamente su solidaridad con estos hombres que se jugaron la vida en cumplimiento de su deber (muchos la perdieron) para restituir la paz interior y salvaguardar las instituciones de la República. Ruego a Dios para que nos ilumine y se haga justicia.
Cristina Saá de Giri Mendoza
Más indicadores del éxito K: Durante las jornadas del Seminario Monetario y Bancario del Banco Central se conocieron nuevos indicadores de los éxitos del “país en serio” que vamos a compartir “hoy, el financiamiento al sector privado representa apenas el 9% del PBI contra el 23% de los años 90” (El Cronista 1/6/2005) y “el saldo promedio de transacciones activas es menos de la mitad que antes de la crisis” según Guillermo Cerviño vicepresidente de Adeba.
Y también en materia social los índices revela que en el año 2004 el 56,4% de los menores de 14 años son pobres, hay 16.000.000 de personas bajo la línea de pobreza (el grupo familiar gana menos de $ 750 mensuales). Aumento el alcoholismo y adicción a drogas peligrosas en los menores 12 años.
El índice de competitividad mundial que mide a 108 naciones también encuentra a Argentina estancada en los años 2003 y 2004 en el puesto 78. A no desesperar que la admirada Venezuela del dictador Hugo Chávez nos supera y a pesar del boom de precios del petróleo ya ha descendido al puesto 82. ¿Lindos socios se busca Kirchner para Argentina, no?
Pero la cosa no queda ahí. El gobierno, a través de su Ministro de Justicia, cuestiona los fallos del CIADI (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones) en los siguientes términos: “La posición argentina es una sola: recuperar la jurisdicción nacional y rechazar el intento de que la política económica de un país sea analizada por tribunales arbitrales internacionales”. Lo curioso es que el mismo funcionario justifica luego que un juez extranjero analice –y juzgue- todo un período histórico del país. En efecto, Rosatti dice: “Nuestro país acepta la legalidad internacional y respeta los tratados. Este gobierno constituye un ejemplo de esto, sobre todo en materia de derechos humanos”. Pues está equivocado el señor Rosatti, ya que ningún tratado obliga a la Argentina a reconocer la jurisdicción de un tribunal extranjero sobre hechos ocurridos en nuestro país. En cambio, cabe aclarar que la Argentina sí firmó tratados bilaterales de protección de inversiones por los cuales acepta la jurisdicción del CIADI; a la inversa, jamás firmó nada que la obligue a reconocer la jurisdicción de Garzón en material penal. Nunca renunció Argentina a su soberanía jurídica, excepto por la defección de este gobierno, por cuyo accionar, el nuestro es el único país del mundo que ha declinado su jurisdicción sin que medie una derrota militar o una ocupación extranjera. Eso no le impide a Rosatti, decir: “No hay tratado que me pueda obligar a violar la Constitución y sus principios”.