N ° 08/2005 - Año 6º
Buenos Aires, junio 3 de 2005.-
Si nuestra Argentina se mira por los medios de propaganda y las órdenes del gobierno es verdad que somos una tierra maravillosa, casi mejor que Suiza. Somos Wonderland, el país de las maravillas, donde el aumento de las escrituras en la ciudad de Buenos Aires se vende como un crecimiento de la economía, cuando en realidad es un crecimiento del delito y la violencia rural. Porque la gente del campo es asaltada y robada en forma violenta en sus campos, no pueden acopiar granos porque son asaltados igual que si tuvieran dinero en efectivo, si tienen vacas deben montar guardia con iguales riesgos.
Nadie los protege, nadie detiene el tránsito de camiones cargados con grano y ganado robados.
Si llevan el dinero al banco ya sabemos que antes o después el gobierno ha de robárselo.
Entonces compran departamentos en Buenos Aires, Rosario u otras ciudades importantes del interior. No pueden vivir más en sus casas del campo, no confían en los bancos y no reinvierten en su producción porque el Estado vuelve a robarlos al pasar por la aduana exportando, y en el BCRA al obligarlos a ingresar el dinero de sus ventas, solo porque son al exterior.
Inversiones productivas, reinversiones son palabras que se dejan de lado y todo lo que se gana se invierte en departamentos, nada que haga progresar a la economía en el futuro.
El gobierno nacional se gasta una fortuna llevando artistas Santiago del Estero, lanzando fuegos artificiales, y hasta se da el lujo de “agradecernos malgastar nuestro dinero mediante solicitadas”. ¿No sería mejor que nos paguen la deuda completa? ¿No sería mejor que nos rebajen impuestos en lugar de quemar nuestro dinero con artistas que no escuchamos, con fuegos artificiales que se olvidan en un minuto?
¡Que fácil es para el Estado quemar el dinero ajeno!
Somos el país de las maravillas porque el gobierno se ufana de habernos robado a todos el 75% de nuestros ahorros jubilatorios, cuando nos dice que el canje de la deuda ha sido un éxito. Claro que es un éxito si nos obligan a aportar a las AFJP, a ellas a comprar bonos del Estado y luego se roban el 75% de esos ahorros sin dejarnos ni protestar.
Y nos dicen que salimos del default aunque quedan nada menos que U$ 25.000 millones sin renegociar. Si podemos llamar renegociación a la imposición, o extorsión, que sufrieron las afjp, bancos y compañías de seguros para aceptar el “canje”. El gobierno ha logrado mantener más que el total de las reservas del BCRA como reclamo de deuda impaga y dice que ha salido del default, es como decir que no pago la deuda con mi tarjeta de crédito, mi hipoteca y ya no estoy en default porque mi secretaria y mi cadete, la librería y el barcito de la esquina tuvieron que aceptar que les pague el 25% de lo que les debía a 42 años.
Es más usan el dinero de nuestro no pago para decirnos mediante avisos y la compra de periodistas lo bien que debemos sentirnos por haber sido robados o ser cómplices de una estafa sin precedentes en la historia.
En un país en serio el Ministro del Interior, Aníbal Fernández opina de todo y de todos, reta a la oposición pero eso sí jamás explica como agentes de una fuerza policial que depende de él se roban, trafican cientos de kilos de cocaína.
Mucho menos algún periodista le pregunta por eso.
Si Aníbal Fernández ocupara menos tiempo en los micrófonos para justificar la violación de la legalidad de la Carta Orgánica de su propio partido político, de querer amedrentar a una diputada por su estatura tal vez podría encargarse de que la Policía Federal no siga el destino de la mejor policía del mundo, la bonaerense.
Por eso Aníbal Fernández también puede apoyar una marcha de Blumberg que es para presionar al Poder Judicial. Dicho de otra manera el Poder Ejecutivo Nacional que hace un año despreciaba a Blumberg ahora lo usa de mascarón de proa para someter a su voluntad al Poder Judicial.
Y Blumberg cual buen neonazi se ha convertido el idiota útil que distrae y conduce ciertos odios populares convenientes al gobierno que así distrae a la ciudadanía. Porque el camino de Blumberg es el camino del nazismo, se monta sobre un malestar popular y crea un culpable sobre el cual manipular y descargar el odio popular. Para combatirlo propone medidas que nos pongan un policía al lado a cada uno, que e Estado vigile, grabe y guarde nuestras conversaciones, mails y correspondencia. Le da al gobierno las armas de opresión bajo la excusa de protegernos.
Todo porque le han prometido muchos millones para su fundación y tienen la foto de su hijo en el escritorio del Presidente. ¡Terrible ingenuo que sirve al dictador!
Y en Wonderland las licencias de radio y televisión son prorrogadas por décadas con un anuncio festejado por los beneficiarios desde el mismo palacio de gobierno.
Carlos Menem y su repudiado gobierno vendieron por licitación las licencias. El Estado recibía algo a cambio y todos podíamos competir por ellas. Ahora no, ahora Kirchner hace lo que es verdaderamente el “capitalismo salvaje”, les da negocios a quienes quiere con licencia para ganar dinero sin competencia.
Pero algo bueno tiene la imprudencia y soberbia de Kirchner, las licencias de radio y televisión que prorrogo sin licitación, ni competencia alguna, es decir gratis a favor de unos pocos constituyen un acto de defraudación que no prescribirá hasta que venzan esas licencias y por lo tanto es de esperar que deba pagar con un juicio penal esta defraudación al Tesoro Nacional, y más aún con todos sus bienes indemnizarnos a los demás argentinos. Y no solo él sino los demás funcionarios que han facilitado y colaborado en esta defraudación. Kirchner perderá el poder y entonces no podrá evitar pagar estos delitos.
En Wonderland el Presidente y el funcional Fleitas Ortiz de Rozas, con la Oficina de Persecuciones y Encubrimientos, pueden querellar y pedir prisión de ex funcionarios menemistas porque compraron algo caro o lo vendieron barato, según su apreciación, pero no hacen nada cuando el Presidente y su gabinete regalan, sí regalan, licencias de radio y televisión que valen mucho dinero.
Y no es un tema de los beneficiarios sino del gobierno que les regalo algo que no podía. Es más ellos mismos corren el riesgo de perder esas licencias, ya que no tienen derechos adquiridos, ya que los derechos se pagan, lo que recibieron son “privilegios adquiridos” y eso no tiene garantía constitucional.
Si, somos un país maravilloso, lo único que me cuesta entender es porque si nos va tan bien y la gente lo quiere tanto el dictador vive enojado y buscando dividir a la sociedad…….