N ° 07/2005 - Año 6º
Buenos Aires, mayo 26 de 2005.-
Bajo el impulso del diktador Néstor Kirchner hemos logrado sustituir la Corte Suprema de Justicia por una Korte Terrorista y Estalinista. Es la lectura que debemos hacer de la sentencia por la cual el Tribunal K rechazo la extradición del terrorista de la ETA Jesús María Lariz Iriondo.
Ahora sabemos que Maqueda, Highton de Nolazco, Lorenzetti, Petracchi, Fayt, Belluscio, Zaffaroni y Argibay son unos verdaderos hijos de Bonafini, la protectora del terrorista vasco. Anote estos nombres entre los que ladran en cosas que en verdad a Kirchner no le interesan como el caso de Kromagnon pero sirven fielmente para dar cobijo a terroristas y perseguir a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas Argentinas.
Y una vez más está claro que toda la teoría y política de internacionalización del derecho penal está dirigida a perseguir y encarcelar sin ley a quienes hayan combatido y detenido al totalitarismo comunista.
Si un agente secreto chileno puso una bomba para matar un dirigente izquierdista es un delito de lesa humanidad. Si un militar argentino cumplió las órdenes de los presidentes constitucionales Juan Domingo Perón e Isabel Perón, de exterminar y aniquilar al terrorismo castro comunista es autor de delitos de lesa humanidad.
Ellos –los comunistas- nunca hicieron nada malo, era solo “idealistas” y por lo tanto sus bombas, cárceles del pueblo, asesinatos, etc. son “delitos políticos”. Aún cuando los hayan cometido o cometan contra gobiernos constitucionales y democráticos. Para los izquierdistas ni siquiera para una condena en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, mucho menos someterse a un tribunal.
Porque los “jóvenes idealistas” no fueron perseguidos por ser judíos como hicieron los nazis, con la expresa y fundamental salvedad que los judíos no fueron terroristas ni aspiraban a imponer un régimen totalitario a los demás alemanes. De donde su terrorismo no fue un delito político sino un intento de expandir las fronteras del régimen totalitario más sanguinario que haya conocido la humanidad. Pero para el Tribunal K eso es delito político de jóvenes idealistas y por eso la impunidad.
Por eso que nadie se sorprenda cuando Bin Laden pida asilo político, residencia o ciudadanía argentina. Porque acá sus atentados del 9 de septiembre de 2001 serán considerados “delitos políticos”.
En Argentina hasta Bin Laden podrá gozar de la impunidad K.
¿O van a animarse a discriminarlo por ser musulmán, árabe?
Tal vez eso pudiera tener un lado positivo. Que vinieran los GI a liberarnos como tuvieron que hacer con Europa en 1944, Afganistán en 2001 e Irak en 2004. El lado triste es que no seamos los argentinos quienes tengamos las hormonas para condenar y expulsar a la dictadura.