N ° 05/2005 - Año 6º
Buenos Aires, abril 22 de 2005.-
Así llamaban en los EE.UU. al maníaco que enviaba bombas de retardo a distintos lugares y muchas veces cuando escucho al Presidente Kirchner referirse a las empresas de servicios públicos, a los acreedores del Estado Nacional, etc. me viene la asociación mental con aquel desequilibrado. Es que Kirchner se ha convertido en otro Humberto Illia cuyos irresponsables actos de gobierno al rescindir sin causa los contratos petroleros firmados durante la administración del Presidente Arturo Frondizi costaron más tarde miles de millones de dólares que fueron pagados bajo otros gobiernos por el resto de los argentinos.
Como los decretos de emergencia del irresponsable de Raúl Ricardo Alfonsín, entre los cuales se destacaron los de “emergencia previsional” y de congelamiento administrativa, que luego dieron lugar a los juicios que el Estado Nacional perdió y pago con los bocones. Esos atropellos confiscatorios de Alfonsín significaron alrededor de U$ 30.000 millones de la deuda que Argentina debió reconocer y tomar en la década del 90. Para muchos es la deuda que injustamente habría tomado la administración de Carlos Menem, cuando el culpable de ella fue Alfonsín.
Dicho de otra forma el ilusionismo de no pagar de Alfonsín explotó al gobierno de Carlos Menem y los argentinos. Él de Kirchner también nos explotará a nosotros también.
Es que los atropellos a los derechos garantizados por la Constitución Nacional, como el derecho de propiedad y los contratos más tarde o más temprano terminan siendo pagados junto a enormes sumas de gastos judiciales.
Así es fácil hacerse el duro, el malo, total sus bombas de tiempo serán pagadas por todos nosotros, los demás argentinos.
Nuestra Constitución Nacional, esa que el diktador juro cumplir y hacer cumplir, expresamente “prohíbe a los gobernantes confiscar la confiscación de la propiedad de los ciudadanos” y los acreedores del Estado Nacional, es decir los hold outs o bonistas que no entraron al canje son propietarios y por lo tanto toda negación o rechazo de sus derechos es una confiscación y como tal les está prohibida a todos nuestros gobernantes. Y no existe emergencia alguna que la justifique porque ya en 1853 se prohibió la confiscación aun para “un cuerpo armado” en tiempos de guerra.
En otras palabras las confiscaciones que el servil Kongreso y el diktador creen haber dispuesto por la ley que niega reabrir el canje y da por caducos los derechos de los acreedores es ilegal e inconstitucional. Y al igual que los demás atropellos al derecho de propiedad y violación de contratos algún día terminan siendo pagados por algún juicio que perderá el Estado cuando la república sea reestablecida.
Y sucederá igual con los contratos de concesiones y privatizaciones violados por el Estado.
Esos juicios son como bombas de tiempo, todos ignoramos el retardo pero sabemos que algún día habrá de perderse cada juicio que se haga contra el Estado Nacional y entonces será el tiempo de pagar el patoterismo K, claro que habremos de pagarlo todos los demás argentinos y afectará las cuentas de otro gobierno.
El culpable de esas deudas futuras y aumentadas por su arbitrariedad es Kirchner y sus serviles funcionarios, sean ministros, o kongresistas, quienes como Alfonsín o el unabomber han dejado el país lleno de bombas de retardo.
Claro que la bomba que está dejando Kirchner es aún más peligrosa y dañina que todas las anteriores.
Coincidencia curiosa de la historia también Adolf Hitler al tomar el poder decidió desconocer y dejar sin pagar los bonos emitidos en los EE.UU. en 1920.