N ° 05/2005 - Año 6º
Buenos Aires, abril 22 de 2005.-
La elección del cardenal Ratzinger como nuevo Papa ha expuesto el odio de la izquierda hacia Juan Pablo II y su obra. Hasta ahora estaban callados porque resulta claro que atacar a Juan Pablo II es muy impopular y desnudaría la militancia izquierdista y parcializada de muchos medios de comunicación. Pero en cuanto Ratzinger fue elegido Papa bajo el nombre de Benedicto XVI los progres del mundo se lanzaron a una feroz campaña de desprestigio, ellos no le dieron ni un día, ni una hora para ejercer su papado cuando lo atacaron con graves mentiras.
La primera fue acusarlo de haber sido un militante nazi, cuando todos saben que tanto en la Alemania nazi como en la Rusia comunista negarse a servir en organizaciones juveniles del régimen lleva al pelotón de fusilamiento o a un campo de concentración. Más aún cuando ambos regímenes estaban en una guerra total.
Los ataques a Ratzinger desnudan el odio que tenían por Juan Pablo II y su papado, en especial por haber desnudado en forma total la naturaleza genocida del comunismo que los “progres” niegan. Como no podían con éxito atacar a Juan Pablo II se limitaron a esperar a su sucesor y antes de escucharlo decir una palabra ya estaban calificándolo del “Papa nazi”, de reaccionario, de cavernícola, etc.
Hacen bien en temer a Benedicto XVI en cuanto él mismo cuando joven apoyó la falsa “teología de la liberación”. Ellos saben que Ratzinger conoce sus mentiras y falsedades desde adentro y por eso no teme exponerlas, para ellos eso es imperdonable.
Lo que también nos devuelve a la realidad que el comunismo nunca se rinde sino que se disimula mientras reúne fuerzas para retomar la guerra contra la libertad.
En Argentina el diario oficial de los Montoneros, Página 12 escribió un artículo en extraña repetición de su pasado comunista. El artículo llamado “El día que dividió a la Plaza de San Pedro” construye una mentira contando que la mitad de los católicos que estaban en la Plaza de San Pedro aguardando conocer quien sería en nuevo Papa se retiraron entristecidos al saberse que el Cardenal Ratzinger había sido elegido ya.
Todos quienes vimos noticiarios televisivos sabemos que eso es mentira, que la Plaza entera estallo en un aplauso. Pero en Página 12 actúan como hicieron en 1974 cuando el Presidente Juan Domingo Perón los reprendió públicamente, cuentan una historia distinta de la real. A ellos no les importa la mentira hoy, ni que nos riamos de ella. Ellos piensan y trabajan a largo plazo, como hicieron en Argentina desde 1974.
Algún día esperan que la verdad no sea la que vivimos los testigos sino la mentira que ellos han escrito. Y armados de esa falsedad esperan deslegitimar a Benedicto XVI, recrear la Teología del odio aquella que orwellianamente se llamo de la “liberación”.
Los que en los años setenta desataron una guerra civil sin reglas, se enfrentaron al líder del peronismo cansados de esperar que se “muera el viejo” para tomar el poder y cumplir su prometido baño de sangre, escribieron una falsa historia donde ellos eran héroes y reformistas, tenían sensibilidad social y se vieron enfrentados por un establishment reaccionario, ultraconsevrvador y así han construido la mentira de los 30.000 desaparecidos, con la cual se han enriquecido y han perseguido a quienes ellos habían elegido como blanco de sus bombas y balas.
Y no tienen límites, porque alentados por el éxito de estos años con su falsa historia ahora la adaptan para deslegitimar al nuevo Papa Benedicto XVI, el antes cardenal Ratzinger.
Leer los medios progresistas, izquierdistas, escucharlos estos días al hablar del nuevo Papa, sentir el odio por los valores cristianos que escupen sin pausa revuelve mi estómago, pero más aún el silencio de quienes saben y pueden entender que esta campaña es parte de la misma guerra para convertirnos en un gran campo de concentración donde nuestra libertad, nuestra amor familiar y personal terminen siendo minados por el miedo a la delación, a la cárcel o un paredón de fusilamiento en la cordillera de los Andes como gustaban anunciarnos hace solo 30 años.
31 años más tarde en otra plaza, la de San Pedro la izquierda comenzó a construir una nueva mentira. Solo el silencio de los buenos, de los hombres libres puede permitirles triunfar.
No vi una plaza de gente triste en San Pedro el martes 19, de gente que se iba ante el anuncio del nuevo Papa, claro que tal vez en Pagina 12 estaban viendo algún documental de 1974 cuando ellos se fueron de la Plaza de Mayo repudiados por el resto del pueblo.