N ° 05/2005 - Año 6º
Buenos Aires, abril 22 de 2005.-
Cada año la comunidad democrática del mundo intenta condenar las violaciones de los derechos humanos de Fidel Castro. La Argentina por decisión de Kirchner se ha colocado junto al genocida cubano votando una indigna abstención. De esta forma Kirchner y su gabinete se hacen cómplices de las evidentes e innegables vejaciones que sufren los cubanos.
La falsa argumentación de no injerencia en cuestiones internas de otros países cede ante la permanente promoción de la Corte Penal Internacional de Justicia que supuestamente pretende universalizar la lucha contra los delitos de lesa humanidad, sin reconocer fronteras.
La verdad sea dicha el comunismo sigue creando sistemas de persecución contra quienes lo vencieron en las luchas contrarrevolucionarias, los que evitaron que el genocidio de más de 130 millones de personas aumentara.
Si se trata de los militares argentinos o chilenos por ejemplo, no hay frontera y los jueces extranjeros no solo pueden entrometerse en nuestros asuntos y leyes, sino que hasta son alentados por el gobierno y sus funcionarios. Pero si se trata de una “condena política” a las violaciones de los derechos humanos que comete el castrismo entonces descubrimos que el principio es la no injerencia.
Extraña declamación apelar a la “no injerencia” cuando el régimen castrista ha reconocido públicamente que ellos se han entrometido alentando, entrenando, financiando y dando todo tipo de apoyo a grupos terroristas que promovieran la revolución genocida en el resto de América latina.
Doble estándar moral inaceptable cuando la abstención de condenar a Fidel Castro y su régimen genocida nos iguala con quienes dan su voto negativo, porque todos quieren negar que la isla de Cuba desde que tuvo la desgracia de darle el poder a Fidel Castro y al Che Guevara es un enorme campo de concentración y represión de la libertad. Pero por otro lado si para nuestro presidente Kirchner y su régimen en Cuba no se violan los derechos humanos sepamos que cuando intensifiquen su dictadura no será algo que de alguna forma no nos hubieran advertido antes.