Artículo de "Argentina Days" - Propietario y Director: Santiago Manuel Lozano

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N ° 05/2005 - Año 6º

Buenos Aires, abril 22 de 2005.-

FELIPE SOLÁ, VIEJAS POLÍTICAS, FRACASOS DE SIEMPRE

Está claro que Felipe Solá es un trepador y como característica intrínseca de esa personalidad es un traidor político. Primero dejo a Antonio Cafiero para irse a trabajar durante casi una década con el Presidente Carlos Menem a quien hoy no vacila en descalificar de la peor forma. Lo de trabajar es una forma de decir porque lo único que recordaremos de su gestión en esos años será la depredación pesquera sistemática por la cual no debería haber vuelto a ocupar un cargo pagado por los argentinos.

Durante esos años también se arrastro (y no por el barro sino que arrastro lo que en otras  personas es su dignidad) alguna vez para mendigar ante Eduardo Duhalde una banca de diputado nacional y luego acompañar a Carlos Ruckauf como candidato a vicegobernador de la provincia. Siempre jurando lealtad a los Duhalde y al nuevo modelo de pobrismo logró ser apoyado para su reelección.

Desde entonces descubrió la “nueva política”, aquella que en él ha sido su marca, traiciono a los Duhalde para ver si puede ascender algún escalón de la mano del nuevo “jefe”, de Kirchner.

Y como muestra de su hipocresía hace menos de 8 meses, el 19 de septiembre de 2004 en La Nación el bufón Felipe Solá expresó: “Si yo fuera Kirchner no sería titular del justicialismo. ¿Por qué? Porque la gente quiere un presidente independiente. Necesitamos (los justicialistas) un tipo que esté, que de un debate y que cambie el PJ. ¿Quién? Duhalde.” y “en el duhaldismo hay más solidaridad que en el kirchnerismo”.

Lo mejor de esto es que solo hay que esperar para ver quien se traiciona primero entre Kirchner y Solá, porque si algo jamás podrán recibir estos dos es un premio a la lealtad.

Hasta acá la abreviada historia de Solá el trepador, sin comentarios acerca del ilegal sobreseimiento logrado hace poco en la investigación por enriquecimiento ilícito que tramitó ante un juez en………… Mar del Plata. Donde jamás vivió ni ha tenido asiento como funcionario, ya que en los años de Menem se compro un gran y lindo departamento en barrio norte, más precisamente en Carlos Pellegrini entre Arenales y Juncal, y luego mudo sus petates a la ciudad de La Plata como vicegobernador y gobernador. Pero Solá encontró alguna forma que un “oportuno” juez en Mar del Plata se declare competente y lo sobresea en forma muy veloz, aunque no tanto con los Kirchner.

Felipe Solá ahora se quiere presentar como un nuevo político, que hace las mismas viejas políticas que él denuncia como un fracaso. Entre ellas la de “lograr adhesiones”mediante la manipulación y apriete a intendentes y otros funcionarios con la “billetera nuestra”. Y esa billetera la llena con otras viejas políticas que son un fracaso.

Hoy quiero tocar la atroz estupidez de los “revalúos inmobiliarios”, además del ilegítimo y perverso fundamento que tienen, de su naturaleza anti desarrollo y anti empleo.

¿Cuántas veces los políticos se llenan la boca prometiendo alentar la construcción por su efector multiplicador del empleo y la economía? Pues bien los revalúos inmobiliarios son una de las buenas razones para no construir, porque cada vez que alguien construye un cuarto más para sus hijos, una casa el Estado le revalúa el inmueble y le aumenta los impuestos.

Y tengamos en cuenta que el costo de la construcción ya tiene un 50% de impuestos, es decir que si usted construye por 100 pesos en realidad la mitad 50 pesos eran impuestos no ladrillos, cemento, ventanas, puertas, tornillos o clavos.

Pero cuando termina de invertir esos 100 pesos el Estado viene y le quiere aumentar sus impuestos por esa inversión, así es que si solo tiene 100 pesos invertirá con suerte 90 porque algo mas deberá pagarle a Solá para que siga logrando “adhesiones políticas”.

Los revalúos inmobiliarios son una violación del derecho de propiedad porque nos hacen pagar impuestos sobre impuestos en el caso de la mitad del costo que ya venía con el IVA y otras cargas tributarias agregadas hasta la mitad del costo de lo construido) y porque el estado nada hizo para aumentar el valor de esa propiedad, sino que ha sido la inversión del dinero que cada argentino que construye se gano antes y pagando todos los impuestos que debía.

Esos revalúos son también un desaliento a la inversión en la construcción y por lo tanto un freno a una industria que tanto gusta a los políticos. Será que para ellos la “construcción” solo es multiplicadora de la economía cuando hacen obras públicas y pueden cobrarse alguna comisión que cuando se trata de construcciones privadas la castigan y desalientan.

Ni hablar de un empresario que deba construir nuevas facilidades o plantas industriales y deba considerar el mayor peso de los impuestos como castigo a sus inversiones. Así se hace difícil ser competitivo.

Solá no solo no solo es un viejo político, sino que además solo repite las viejas políticas que ya han fracasado.

Una nueva y buena política sería dejar de expoliar a los ciudadanos y empresarios con los revalúos inmobiliarios por construcción de mejoras, viviendas, galpones, fábricas, etc. Dar por el contrario una garantía de no revaluar esas propiedades por esa causa por 30 años. De esa forma tal vez muchos decidieran que vale la pena hacer mejoras, construir nuevas fábricas, casas, edificios y mejoras. Pero en nuestro país los empresarios para empezar prefieren ir a pedir un tipo de cambio alto para no competir que sacarse de encima la expoliación impositiva y ser competitivos.

Eso reduciría los costos de producir, de vivir alentando a la vez la inversión y creando nuevos empleos. Pero claro, eso requiere señalar la inmoralidad de expoliar a quienes invierten, a quienes tienen dinero. Algo que Felipe Solá y sus funcionarios están muy lejos de entender, ellos son la vieja política de la izquierda que fracaso en el mundo entero y solo sobreviven por la incapacidad de la derecha argentina de no querer administrar un estado de malestar y reestablecer un sistema republicano y liberal.

 

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