Artículo de "Argentina Days" - Propietario y Director: Santiago Manuel Lozano

  Volver atrás

N ° 01/2005 - Año 6º

Buenos Aires, 20 de enero de 2005.-

TODO BAJO CONTROL

Por Carlos Rodríguez en Sin Mordaza el 13 de diciembre de 2004

Se puede

¿Se puede llegar a la Casa Rosada perdiendo la elección, y lograr “buena imagen” sin equipos, planes, proyectos ni realizaciones? En la Argentina de hoy, se puede.

¿Se puede hablar de “renovación política”, ocupando cargos desde hace 17 años y nombrando funcionarios que pasaron por todos los gobiernos? Se puede.

¿Es posible declamar “transparencia”, con una Corte adicta, un Congreso virtual, decretos de necesidad y urgencia, superpoderes, y 500 millones de dólares del erario público sacados del país desde 1994? Todo se puede.

¿Se puede fingir dureza ante el FMI mientras se le paga con reservas, se diseña un presupuesto según sus dictados, y aún así seguir como país quebrado en default? Se puede.

¿Se puede fracasar en política exterior (con EEUU, con Brasil, con Chile, con Europa) alinearse con Castro - Chávez, y terminar dependiendo de China Comunista? También se puede.

¿Se puede, en suma, atacar desde el gobierno a la Iglesia, las Fuerzas Armadas, las Fuerzas de Seguridad y la Policía, y poner estas instituciones a merced de los dictados de “comisarios políticos” de corte estalinista? Claro que se puede.

Tras un año y medio de gestión, Néstor Kirchner ha demostrado que todo esto, y mucho más, se puede hacer en esta republiqueta bananera de ladrones que alguna vez fue la República Argentina. La misma que lideraba en Latinoamérica.

Lo de “republiqueta bananera”, pertenece al Presidente de Brasil, “Lula” Da Silva. Lo de “país de ladrones”, al ex Presidente de Uruguay, Batlle.

“Somos felices...”

Hace 30 años, durante el régimen comunista, circulaba en Bulgaria este chiste. Le preguntaban a un búlgaro si era feliz, y respondía “Todos los búlgaros somos felices”. Seguidamente, se le hacían otras preguntas. “¿Gana un buen sueldo?”. NO. “¿Tiene casa propia, automóvil, sale de vacaciones?”.NO. “¿Sus hijos tienen un buen futuro?”. NO. “¿Tiene televisor?”. Por supuesto, todos los búlgaros tenemos televisor. Si no ¿cómo sabríamos que somos felices?

Los millones de pesos que el gobierno de Kirchner invierte en publicidad oficial, logran una prensa complaciente que instala en la población la sensación de que “se están haciendo bien las cosas”, mientras distrae la atención con temas intrascendentes. Las encuestas pagas fabrican y difunden la “imagen positiva”. La censura, hace el resto de la tarea. Entre los casos más sonados, puede mencionarse que fueron censurados los periodistas Jorge Lanata, Julio Nudler, Walter Saavedra y Liliana López Foressi.

Según los últimos informes de organismos internacionales, la Argentina está ubicada entre los países con mayor corrupción en el mundo, y con menos libertad de prensa.

La realidad política, la verdadera y grave situación del país, la mediocridad e incapacidad del gobierno, están ausentes en los medios de comunicación. Por eso, las noticias se limitan a secuestros, asaltos, choques, violaciones, travestis, matrimonios homosexuales y cámaras ocultas.

El suicidio de la ex mujer de“Pipo” Cipollati, la caída del balcón de la Pradón, la internación de Maradona, y la cámara oculta al marido de Beatriz Salomón hablando con un travesti, ocuparon la mayor parte del espacio que usó la prensa para mantener “informada” a la población.

Republiqueta bananera

Cuando cayó la convertibilidad, y el dólar pasó de uno a tres pesos, los genios de la importación advirtieron que resultaba caro seguir ingresando al país productos importados. Lentamente, comenzaron a desempolvarse viejas máquinas ociosas, se volvieron a fabricar en el país algunas cocinas, una que otra heladera, y hasta las camisetas dejaron de llegar de Brasil.

Se habló de la “recuperación de la industria nacional”, de la reapertura de fábricas, y de la creación de nuevos puestos de trabajo. No todo era cierto, ni era tan así, pero, al menos se había cortado la avalancha de una importación indiscriminada que nos había costado muy cara en términos económicos y sociales. Y hasta había una tenue esperanza de retomar el sendero de la industrialización, única solución a nuestros males.

Pero llegó la izquierda al gobierno, con Kirchner y su gente, con su discurso setentista de la “patria socialista”, y la economía del país giró, exclusivamente, sobre las retenciones a las exportaciones de soja.

Y esto, en buen romance, significa dos cosas: modelo de país agro exportador, con gran concentración de la riqueza en pocas manos. Y eso es, precisamente, lo que se denomina mundialmente “republiqueta bananera”.

Claro está que faltaba el ingrediente de “la dependencia con un país industrializado”, según enseñan los manuales. Para ello, firmamos los tratados con China Comunista. País industrializado de cuarta, a la bartola. Pero, dependencia al fin.

Y si en esto de las republiquetas bananeras se establecieran jerarquías, también quedaríamos mal parados. Porque una dependiente de EEUU, Francia o Alemania, por ejemplo, sería “republiqueta bananera de primera”. Siempre republiqueta, y siempre bananera. Pero con nivel.

Republiqueta bananera de ladrones

Una republiqueta bananera que se precie de tal, debe ser corrupta. Es decir, de ladrones. Pero, para consolidarse, también necesita una prensa domesticada, una Corte amiga, un Congreso pintado.

Por eso, nadie sabe dónde fueron a parar tantas cosas. El listado es enorme. Basta con recordar algunos hechos:

La investigación sobre CONARPESA y el asesinato de un empresario competidor, que llevaba a cabo Graciela Ocaña antes que la designaran en el PAMI; las denuncias penales por el escándalo de los fondos de Santa Cruz, que faltan del país hace 10 largos años; las pruebas sobre lavado de dinero, paraísos fiscales y narcodólares reunidas por Elisa Carrió, en tiempos en que la Comisión del Senado era presidida por Cristina Fernández; el cheque de un millón de dólares depositado a nombre de Rudy Ulloa, el chofer de Kirchner; la declaración jurada de bienes del matrimonio gobernante ante la AFIP, que pasó de 2 millones a 6 millones entre el año 2002 y el momento de asumir el gobierno; la participación de Aldo Ducler en el manejo de los fondos de Santa Cruz en bancos extranjeros y paraísos fiscales; la compra de tres bancos provinciales (Santa Cruz, San Juan, y Santa Fe) realizada por el amigo del Presidente, Enrique Eskenazi; los bingos, casinos y salas de juego de Cristóbal López; la llamada “ley Techint”; los superpoderes del Jefe de gabinete para manejar el suculento y superavitario presupuesto; la designación de Claudio Moroni (ex INDER junto a Alberto Fernández) y Alessandra Minnicelli (mujer de Julio De Vido) en la SIGEN (Sindicatura General de la Nación), relatado en el censurado artículo de Julio Nudler en Página 12.

Si algo faltaba, la nueva legislación permite al gobierno intervenir conversaciones telefónicas, comunicaciones de radio, y correos electrónicos por Internet. Como en los países comunistas. Posiblemente, este artículo que escribo llegue antes a otras manos que a mi editor.¡Feliz Año 2005...!

 

  Volver atrás