Artículo de "Argentina Days" - Propietario y Director: Santiago Manuel Lozano

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N ° 01/2005 - Año 6º

Buenos Aires, 20 de enero de 2005.-

LA DICTADURA BONAERENSE

La provincia de Buenos Aires se ha transformado hace a muchos años en un feudo que comparten el peronismo duhaldista y el radicalismo alfonsinista (gerenciado por Leopoldo Moreau y Federico Storani), los acuerdos de reparto de la riqueza ajena y de impunidad se han hecho desde su legislatura sin pudor alguno. Solo esta complicidad mutua explica que el duhaldismo haya quebrado a la provincia, se haya gastado más de U$ 600 millones anuales durante ya una década (fondo de reparación histórica del conurbano), hayan vaciado el Banco de la Provincia y su grupo de pseudo empresas para terminar asaltando el poder nacional como forma de encubrir una de las dos infamias de la década de lo noventa. Y que hayan parido como gobierno nacional al autor de la otra infamia de esa década que es la desaparición de los más de U$ 1.000 millones de la provincia de Santa Cruz.

No bien arribado al poder Kirchner se dispuso a repetir su conducta de tantos años, traicionar a quienes lo ayudaron a tomar el poder y de esa forma crear su “gobernabilidad”, léase su autoritarismo sin limitaciones republicanas. Encontró K que en la provincia de Buenos Aires su promotor Eduardo Duhalde había dejado a otro de los políticos más coherentes de la Argentina. Felipe Solá, quien al igual que Kirchner disfrutó de ser un buen menemista en los años 90, y siempre terminó traicionando a quienes lo ayudaron a llegar al gobierno.

Dicen quienes lo conocieron hace ya muchos años que Felipe Solá hacia fines de los 80 era u muchachito carilindo, un rostro que daba bien con la audiencia de Bernardo Neustadt y que tenía en su favor el enorme empuje de su esposa Teresa González de Solá. Por entonces no tenía fortuna, ni era funcionario de Agricultura y Pesca del gobierno de Carlos Menem al que también llego por pedido de su esposa al ex presidente.

Felipe Solá según algunos de esos que lo conocían como solo un “baby face” más de Neustadt, también cuentan esas voces, habría mejorado mucho su vida depredando la pesca, repartiendo la cuota Milton. Y también un cuñado que vive en Abril.

La coherencia de Felipe Solá es innegable, siempre ha sido un gran traidor. Traicionó a su esposa, a Neustadt, a Carlos Menem, a Carlos Ruckauf, al peronismo bonaerense y a Eduardo Duhalde. Estos últimos al menos no deberían haber sido sorprendidos, porque el traiciona una vez, dos, no debería merecer confianza.

Mientras nos distraemos con la disputa por el presupuesto bonaerense don Felipe Solá ha logrado asegurarse que un juez en Mar del Plata lo haya sobreseído de una acusación de enriquecimiento ilícito. Aunque en la noticia oscuramente se informa que el juicio está vinculado a una denuncia por los permisos pesqueros (entonces los delitos ha investigar debieron ser otros) y por eso tramitaba en Mar del Plata, lo cierto es que Felipe Solá tiene domicilio en Carlos Pellegrini entre Arenales y Juncal y si la denuncia fue realizada por su gestión como Secretario de Agricultura y Pesca de la Nación en la década del noventa el juicio debió tramitar en Capital Federal. Claro que ahí el sobreseimiento para un ex funcionario de Carlos Menem hubiera resultado más difícil.

Ahora Felipe Solá empezó su camino de traición al sistema bonaerense, del que ha sido parte y todo lo que dice de él es verdad, como también que el mismo Felipe Solá se ha servido de ese aparato de clientelismo político y corrupción para llegar a ser gobernador. Por lo tanto en lugar de pelarse por la caja, o mejor dicho porque quiere continuar con los vicios administrativos con los que Eduardo Duhalde creo el “aparato bonaerense” pero manejando esa caja él mismo, si al menos la pelea fuera sincera en un cambio para bien de Solá lo que deberíamos ver es una investigación sobre el vaciamiento de a provincia durante la gestión duhaldista y la cogestión radical.

Claro que semejante investigación lo alcanzaría al mismo Solá.

Los reclamos de Solá tienen un contrasentido, porque denuncia al sistema “duhaldista” pero lo que de verdad reclama del congreso provincial es que le den esos mismos poderes con los cuales Duhalde “alambró” la provincia.

Sin considerar la vergonzosa partida aumentada de gastos de la Legislatura, que según Solá es una caja para hacer la campaña electoral y sea para eso o para los bolsillos personales de los legisladores es inaceptable e inmoral que se haga eso mientras no se paga la deuda que muchos de esos mismos legisladores crearon, lo cierto es que el resto de las medias que Solá objeta son razonables.

Lo irrazonable es que esos poderes antirrepublicanos que hoy reclama Solá se le hayan dado a Duhalde, a Ruckauf, al mismo Solá hasta el año 2004 y en el orden nacional a Kirchner. Lo que está mal son esos superpoderes, las cajas de reparto como las ayuda a los municipios, que las obras públicas a realizar las decida un ministro o el gobernador.

No es cierto que Solá debería enviar unas dos mil leyes al año para ejecutar el presupuesto, lo que debería hacer es cumplirlo, sino lo que reclama es poder gobernar por decreto sin que el presupuesto sea lo que es, una autorización limitada para gastar dinero público.

No está bien que los legisladores deban decidir como se hace y ejecuta una obra pública, pero es correcto que decidan cuales serán las que se hagan y cual el presupuesto para cada una de ellas. Lo que es incorrecto es que eso los haga Solá y sus ministros, o Kirchner con Alberto Fernández y Julio de Vido.

Se bastardea la ley y  las instituciones no cuando se mandan leyes para modificar un presupuesto sino cuando los gobiernos como fue con Duhalde, es con Sola y con Kirchner la usan como papel higiénico y gobiernan a su antojo y por decreto. Y eso les aseguro no es una payasada, sino algo bien serio. Sino veamos a donde nos trajo el sistema bonaerense de gobernar por decreto, de no respetar el presupuesto y de delegación de poderes.

Se bastardea la ley cuando el gobernador Solá pretende que al vetar el presupuesto para el año 2005 en forma automática con el presupuesto del año 2004 se renuevan las delegaciones de poderes, las “autorizaciones e instrumentos”. Porque lo único que se renueva es el presupuesto, no esas ilegales y anticonstitucionales autorizaciones y superpoderes.

Nos ha preguntado Solá “¿porqué el pueblo de la provincia de Buenos Aires tiene que tener un gobernador con las manos atadas? “

Le voy a explicar porque y para que, aunque si aun no lo sabe debería renunciar a su cargo: porque en un gobierno republicano y democrático quien tiene las manos atadas es el gobierno o sus ciudadanos, porque el gobierno de la constitución es el gobierno de la ley, no el de los hombres y su “bondad” que pagamos los demás, y además para que no se repita el vaciamiento que se hizo en Buenos Aires con la dictadura duhaldo-alfonsinista y en Santa Cruz con Kirchner.

En definitiva porque no queremos que nos sigan robando, sino que simplemente administren la cosa pública.

Y porque no solo queremos un gobernador con las manos atadas, también a los legisladores queremos atarles las manos.

La pelea del presupuesto en la provincia de Buenos Aires, no importan los innobles motivos de los legisladores que lo votaron, expone la pelea por la “caja”. La caja que pagamos todos los demás y ellos gastan como si fueran los Romanov (última familia zarista de Rusia). Pero en esta pelea como no se hizo en el orden nacional lo que Solá busca es sencillamente reemplazar la autocracia de Eduardo Duhalde por la suya, porque lo que reclama y pretende no es cambiar el sistema de la vieja política (de la cual ha vivido y con la que se habría enriquecido durante 20 años) sino que le den la caja y el poder para manejarlo él mismo.

 

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