N ° 17/2004 - Año 5º
Buenos Aires, noviembre 11 de 2004.-
El domingo anterior a las elecciones presidenciales en los EEUU el suplemento Enfoques del diario La Nación publicó un reportaje de 3 preguntas formuladas a políticos y empresarios sobre a quien votarían ellos en esas elecciones. Como siempre la izquierda consecuente con su prédica en forma unánime se pronunció por Kerry, mientras quienes podríamos calificar como derechistas para quedar bien con la ola progre o votaban por Kerry o “no sabían/no contestaban”.
A lo largo de estos meses de campañas electorales en otros países muchas veces se han hecho estos ejercicios de preguntas y siempre el resultado ha sido el mismo. Tanto quienes se pretenden liberales o peronistas se inclinan por candidatos de izquierda para evitarse una discusión, un ataque de los medios “progres”.
Pero cuando llego la elección del martes 2 de noviembre en los EE.UU. donde la enorme mayoría de los medios también se jugo por el iluminismo, contra los valores religiosos, se alineo con el internacionalismo izquierdista y belicista el pueblo de esa nación fue a votar en contra de esos antivalores.
El Partido Republicano de los EE.UU. y sus candidatos George W. Bush, y D. Cheney, como sus representantes y senadores no solo no rehuyeron el debate sobre los valores, sobre la moral y el patriotismo sino que por el contrario levantaron esas banderas frente a los iluministas internacionalistas de las grandes ciudades, los que con su soberbia creen que los trabajadores y empresarios son buenos para pagar impuestos pero no pueden decidir la educación y valores de sus hijos y de su patria.
Los republicanos derrotaron a las minorías vocingleras que aspiran a imponer a las mayorías sus vicios, sus gustos desviados. Que tienen el derecho de tener y practicar, pero no el de imponerlos a los demás, ni a creerse superiores que ellos.
Contrariamente a lo denunciado por los medios los más ricos de los EE.UU. apoyaron a Kerry, como si con eso debieran lavar el pecado de ganar dinero y así quedar bien con los ilustrados doctores universitarios, los periodistas. Esos profesores de escuela y universidad que se sienten con el derecho y la superioridad de señalar como una verdad dogmática izquierdistas como si los padres que pagan los estudios de sus hijos fueran unos trogloditas inhumanos.
Lo que sucedió en los EE.UU. el pasado 2 de noviembre fue que el pueblo común y profundo de los EE.UU. le dijo basta al partido de los medios y artistas progresistas, a los profesores internacionalistas y voto por sus valores, por sus creencias en Dios (cualquiera que sea para cada uno), voto por la derecha.
Voto por la derecha, por los republicanos porque estos no solo no tuvieron miedo de enfrentarse a los medios y la ola izquierdista, sino que lo hicieron sin vacilaciones.
Ganó George W. Bush porque tiene una agenda de valores positivos y profundos de la que la mayoría de los norteamericanos se siente parte. Porque no se achico y quiso quedar bien con quienes odian esos valores, aunque adoran la riqueza y los dólares que ellos producen.
Mientras tanto quienes en Argentina de alguna forma dejan entender que adhieren a esos valores de la vida y libertad, el respeto por los derechos individuales, el derecho de propiedad se esconden y disimulan en opiniones cobardes y “centristas”, no toman, ni asumen compromisos con esos valores y principios.
Por eso en los EE.UU. George W. Bush y los republicanos triunfan, y sus ideas y valores crecen aun entre los demócratas mientras en nuestro país una izquierda resentida y retrógrada, autoritaria y codiciosa se impone mediante un terrorismo mediático y social.
Se impone la izquierda porque los peronistas de verdad, López Murphy, Macri, Patricia Bullrich, etc. en su miedo prefieren decir que votarían por Kerry. Y encontrarán montones de razones que la izquierda ha establecido para votar contra el cowboy tejano, como hace 20 años esgrimían contra Ronald Reagan. Esos políticos que se han enamorado de la mentira tecnocrática, de los chantas como Horacio Rodríguez Larreta (h) capaces de servir por igual a un gobierno de Menem o de de la Rua, de Duhalde, y de Kirchner. Esos que tienen pánico a hablar de valores y defenderlos, que disimulan su cobardía en “gerenciar” mejor el estado.
Esos políticos quienes también son responsables que Kirchner haya llegado al poder con solo el 16% de los votos y haya establecido una dictadura.
Si alguna vez quieren de verdad construir una nación de hombres libres, con dignidad y posibilidades de progreso deberían mirar y empezar a recorrer el camino de los republicanos de los EE.UU., deberían asumirse como gente de derecha y levantar con orgullo las banderas y valores de esas ideas. Mientras funjan de perritos falderos de la izquierda, de las mentiras y eslóganes de estos comunistas disfrazados de progresistas la vida, la libertad, la propiedad en Argentina seguirán en peligro.
Deberían saber que no es un problema de “mejor gerenciamiento” del Estado, sino que:
¡Son los valores cobardes!