N ° 15/2004 - Año 5º
Buenos Aires, Octubre 08 de 2004.-
Está claro para que viajan muchos funcionarios y amigos con el presidente Kirchner. Por ejemplo su esposa, la primera ciudadana y senadora por Santa Cruz viaja a realizar compras de muy exclusivas y costosas colecciones de ropa que no puede pagar con su dieta de senadora. Los periodistas que acompañan la giras K van para hacer de propagandistas y bajar la línea deseada por el dictador y sus goebells, jamás para mostrarnos a doña Kristina Fernández K de compras, eso se reserva a Zulemita Menem. Los funcionarios y legisladores para ver si pueden conseguirse un ATN o que los demás los crean importantes ya que subieron al avión de todos nosotros.
Y Kirchner viaja para seguir alejándonos del mundo desarrollado y democrático, como se demostró con su último viaje a New York para hablar en la asamblea general de la Naciones Unidas. Porque mientras Kirchner se reunía con Rodríguez Zapatero para escuchar los reclamos del mismo sobre el proyecto de confiscar las empresas de servicios públicos, y con Lula para hablar de algunos temas menores, Lula se reunía con el Primer Ministro de China, el ministro de Relaciones Exteriores de Japón, el Primer Ministro de Alemania y el Presidente de Italia para formar
El vibrante discurso de Kirchner ante la Asamblea General que conmovió al mundo según el periodismo argentino fue seguido por unas 80 personas que representaban a 50 países, en una organización que nuclear 191 naciones.
Kirchner le habló además a un conjunto de naciones que son deudoras permanentes de los organismos multilaterales de crédito que viven a la vez mendigando por un lado a esos y criticándolos. Porque al igual que Kirchner su pobreza son resultado de sus modelos feudales donde unos pocos se enriquecen y se alternan en el poder mientras las mayorías se empobrecen y viven en la miseria, reciben la dádiva del estado –de los gobernantes de turno- que a su vez los llevan a votarles para asegurarles la continuidad de la dádiva.
Los planes sociales, la ayuda económica que esos países reclaman y la aun menor que reparten entre las víctimas del feudalismo político y económico son a la vez esclavizadas con esa misma dádiva que le presentan como liberación.
Seguramente esas escasas 80 personas que se permiten viajar en primera clase, disfrutar de cocktails y conferencias internacionales donde se hartan de comer y beber, para ir a dormir en un hotel de cinco estrellas en las lindas capitales del primer mundo aplaudieron a Kirchner. Total estaban escuchando a uno de su misma calaña.
La agenda de la ONU este año era especialmente el combate contra el terrorismo, no el FMI, y uno de buena fe podría pensar que Kirchner y su canciller Rafael Bielsa solo se equivocaron de chambones y poco serios que son y por eso leyeron un discurso equivocado.
En realidad sucede que mal podría hablar de terrorismo Néstor Kirchner cuando su canciller fue miembro de la organización terrorista Montoneros vinculada a la organización terrorista de la OLP. También lo es su Secretario de Izquierdos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, su diputado preferido, Miguel Bonasso, su Secretario General de la Presidencia Carlos Kunkel, su mentor e inspirador Horacio Verbitsky, y, estaba olvidándome, él mismo se presenta como un miembro de aquella organización terrorista declarada fuera de la ley por el gobierno peronista en los años 70.
O mejor dicho podrían dar clases de terrorismo, pero de cómo hacerlo, ya que es su historia, su vida y sus alianzas más profundas.
La alianza con la OLP y Fidel Castro es larga y profunda para los Montoneros. A esas asociaciones se puede entrar fácil, pero salir ya no lo es tanto. Quienes rompieron con esas organizaciones terroristas se convirtieron en enemigos de ellas, y se reconciliaron con quienes antaño eran sus victimas o enemigos.
Pero el dictador Kirchner sigue elogiando a Fidel Castro, ha condenado la guerra contra el terrorismo encabezada por los EE.UU., Gran Bretaña, Italia, Israel, Australia entre otras naciones. Y quienes resisten esa lucha son los socios permanentes de la OLP, por lo tanto no es de extrañar que Kirchner haya elegido hablar de reformar al FMI y no de la lucha contra el terrorismo, o contra los cómplices de él y de los más importantes colaboradores que tiene.