N ° 13/2004 - Año 5º
Buenos Aires, septiembre 10 de 2004.-
Señor Director:
"El sábado 14 del actual, el señor Héctor Timerman, en la actualidad cónsul general argentino en Nueva York, ensayó a expensas de quien esto escribe una serie de infundíos y mentiras a designio, que no puedo ni quiero dejar pasar. Menos por quien me acusa -cuyos antecedentes me eximen de mayores comentarios- que por el hecho de haber sido publicada la carta en su prestigioso diario. Se agravia el cónsul porque la articulista del Wall Street Journal, Mary Anastasia O´Grady en un artículo acerca de la violencia en la Argentina hace mención a un libro sobre el tema que publiqué el año pasado. Timerman no entra en el fondo de la cuestión, sino que, prescindiendo de considerar si la cita de mi libro era correcta o no, me acusa de haber colaborado en publicaciones de carácter fascista y antisemita en la década del 70. Entre 1972 y 1976 formé parte del staff de algunas revistas del nacionalismo católico -si acaso a eso se refiere- cuya línea editorial no pasaba por la reivindicación del fascismo o del antisemitismo, sino por la defensa de las raíces fundacionales de la Argentina y la oposición a las bandas subversivas marxistas.
"No terminan ahí las falsedades. Me acusa, también, de ser vocero de la violencia. Ignoro a qué se refiere, pero es una manifiesta inexactitud. En eso de «mentid, mentid, que algo quedará», Timerman es un experto.
"No contento con lo anterior, dice, muy suelto de cuerpo, que fui echado del cargo de viceministro de Defensa, que ocupé en 1993, por hacer la apología de la tortura. No me despidieron, renuncié -como podrá constatar cualquiera que consulte los diarios de la época- y, excuso decir, que lo de la tortura es un invento más de la febril imaginación del cónsul. Al carecer de argumentos, inventar es el único recurso que le queda.
"Respecto de la cuestión de fondo, la columnista O´Grady escribió: «El comentarista político argentino Vicente Massot, en su libro “Matar y morir”, de 2003, cuenta que de mayo de 1973 a marzo de 1976 hubo 5079 ataques terroristas. Considera que hubo 400 muertos en ese período, incluidos casi 100 civiles». En realidad, si el señor Timerman se hubiese tomado el trabajo de leer no el libro completo -que no tiene por qué hacerlo-, sino el párrafo específico -que debiera conocer si pretende descalificarlo-, se habría dado cuenta de que esos índices de violencia, que yo sólo reproduje, fueron anunciados en una conferencia de prensa, el 20 de junio de 1975, por el entonces ministro del interior, Alberto Rocamora, del gobierno constitucional presidido por la señora de Perón. No me extraña su ignorancia. Me preocupa, eso sí, su superficialidad en virtud del cargo que ocupa.
"Por fin, Héctor Timerman parece dudar de mi condición de «analista político». Si no lo fuese, nada agregaría a mi nombre ni a mi honor, pero me dedico, entre otras cosas, al análisis político. Si lo hago bien o mal no me toca a mí decidirlo. Lo que nunca hice, eso sí, fue aprovechar la amistad presidencial para beneficiarme con un cargo público en el exterior."
Vicente Massot