N ° 12/2004 - Año 5º
Buenos Aires, agosto 27 de 2004.-
Luego de pagar su rescate y ser liberado una víctima del país seguro de K, relato como sus secuestradores se dan ánimo cantando la cumbia villera. El Presidente Kirchner recibe a la Tota Santillán y respalda la difusión de la cumbia villera, mientras deja plantada a la empresaria más importante del mundo (Carly Fiorina, Ceo de Hewllet Packard).
El Presidente Kirchner cuenta entre sus asesores y confidentes más íntimos, entre sus funcionarios de mayor confianza a quienes vivieron del secuestro extorsivo durante muchos años, como los casos de los terroristas montoneros cuya vida se financiaba mediante ese delito, Horacio Verbitsky, Miguel Bonasso, Eduardo Luis Duhalde, Calos Kunkel, Oscar Parrilla, Matarollo, etc.
Esos terroristas montoneros que además de financiarse mediante secuestros extorsivos mataban políticos, periodistas, sindicalistas, miembros de las Fuerzas Armadas argentinas y de las fuerzas de seguridad hoy revisan los legajos de ellos para aprobar ascensos, pero sobre todo para purgar a quienes no lograron matar en aquellos años.
La madre de un joven secuestrado (Nicolás Garnil) dirige una carta al Presidente y el gobierno organiza una campaña de prensa para descalificarla por sus ideas, por su dolor y a la sencilla pregunta que ella formulo le hacen un discurso lleno de lugares comunes y comentarios como si gobernara otro.
En la Korte Suprema adikta se violan los derechos humanos y las garantías constitucionales de quienes enfrentaron al terrorismo bajo órdenes de su gobierno, mientras se “garantiza” por esos mismos jueces hacer zafar a los delincuentes, mediante el vocero del bloke oficialista de la korte, Raúl Zaffaroni.
Se comprueba que en los últimos tres años se cuadruplicaron los secuestros extorsivos pero echan la culpa al gobierno de Carlos Menem, que dejo de gobernar hace ya cinco años.
El piketero oficial Luis D’Elía asalta una comisaría donde se roban un cuadro de Quinquela Martín, droga secuestrada en operativos policiales, destruyen equipos, etc. y es recibido y respaldado por el Presidente Kirchner y su Jefe de Gabinete. Se monta una operación de “lavado de cara” mediante una cámara oculta en la cual el extorsionador D’Elía aparece como un angelito (aunque por alguna razón de su relaciones alguien se animará a proponerle una coima, ya que ni usted, ni yo recibimos este tipo de ofertas………)
Este caso es emblemático de la impunidad kirchnerista, ya que en primer lugar sus fueros legislativos son provinciales y no lo protegen ante una orden de un juez federal, ni mucho menos si es sorprendido “in fraganti delito”, cuestión que está fuera de duda ya que el asalto y usurpación de la comisaría tuvieron amplia cobertura televisiva y radial con presencia de funcionarios del gobierno K.
Los fueros legislativos no protegen a un delincuente, pero bien podemos decir que la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires mientras no eche a Luis D’Elía es un verdadero aguantadero.
El piquetero opositor Raúl Castells asalta y extorsiona Mc Donalds, a Repsol YPF, entre otras empresas y ningún juez, fiscal o funcionario hace nada. Pero cuando se mete con un casino se lo procesa y se lo mete preso. ¿Será cierto entonces que el juego contribuye a las cajas políticas o es que sencillamente los jueces y fiscales porteños son además de incapaces maricones? ¿O será que el gobierno solo hace meter preso a quien le incomoda?
En otras palabras extorsionar y asaltar empresas privadas productivas pero que el gobierno considera emblemáticas del capitalismo está permitido. Se puede asaltarlas, extorsionarlas sin límite y hasta con el resguardo de la policía que recibe órdenes de no hacer nada ante esos delitos pero si uno es opositor y se le ocurre tocar un casino el gobierno logra que lo procesen y lo detengan en el acto.
¿Qué diferencia a Castells de D’Elía que motiva que a uno lo pongan preso y al otro lo protejan? ¿Qué es lo que hace que D’Elía y todos los patoteros kirchneristas sean impunes? ¿El casino donde Castells se metió también de es Kristóbal López? ¿Ese ha sido su error?
Lo que resulta claro es la versión K de la seguridad y la extorsión, de la impunidad y la persecución está solo motivada y asegurada en la medida de ser miembro o funcional al régimen.
El esfuerzo de hacer una justicia distinta en el país K es distinta por quienes quedan impunes, por quienes pierden sus derechos y garantías constitucionales. Los terroristas y demás integrantes de bandas del régimen gozan de impunidad y más aun pueden “condicionar” a los jueces sino persiguen a los enemigos del dictador, o a los enemigos de antaño, o a los chivos expiatorios de la pobreza causada por el modelo mercantilista (estos son los emblemáticos de los noventa).
Esa es la seguridad, la justicia y la impunidad que al gobierno preocupan. Si pudieran silenciar en la prensa la delincuencia, sino hubiera marchas contra la inseguridad ni se molestarían siquiera en ensayar un discurso, un gesto de preocupación.