N ° 07/2004
Buenos Aires, mayo 05 de 2004.-
La Sala I de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Salta condenó a Canal 13, de Buenos Aires, a pagar $ 250.000 en concepto de daño moral y material a los propietarios de la empresa de turismo TEA, de nuestra ciudad, afectados por su programa "Telenoche investiga".
En noviembre de 1996, bajo el título "Con los niños No", y conducido por los periodistas María Laura Santillán y Juan Miceli, pusieron al aire una supuesta "investigación" que denunciaba la existencia en Salta de una vasta red delictiva que promovía la explotación sexual de menores de edad, con la complicidad y cobertura de la nombrada agencia de turismo.
Planteada la querella por parte de los afectados, Juan Martín Barrantes, Teresa Molina de Barrantes y Antonio Pastrana, la investigación judicial determinó, ocho años después, que aquella filmación que vieron millones de espectadores "fue armada", es decir inventada.
Los testimonios recogidos demostraron la inexistencia del hecho que pretendió hacer aparecer como auténtico el canal porteño.
El director del programa, Juan Miceli, admitió en su declaración en la causa que no existía ninguna filmación en la que aparecieran menores de edad. Miceli, que junto a Santillán aún se desempeña en Canal 13, confesó también que tampoco existía una filmación en las fincas salteñas que supuestamente se alquilaban para realizar "fiestas" con niñas.
La sentencia puntualiza que los periodistas "investigadores" filmaron a una mujer disfrazada como si fuera una nena pero que, en realidad, ésta tenía entonces 19 años. Entre otros conceptos lapidarios, considera que "los periodistas trataron de mostrar lo que habían predeterminado como noticia, con total menosprecio por la honra y los sentimientos de las personas que involucraban, distorsionando la realidad e inventando la existencia de una explotación organizada de turismo sexual".
El Tribuno, en aquellos días, realizó su propia investigación, que fue publicada el 19 de noviembre de 1996 y llegó a idénticas conclusiones que la Justicia: todo había sido un inmenso fraude, una estafa con formato periodístico.
"La arrogancia, la falta de ética, el espíritu sensacionalista, la ausencia de profesionalismo, el afán de conquistar audiencia a toda costa y la irresponsabilidad como norma de trabajo se dieron la mano, entonces, para enlodar, agraviar y mortificar de la manera más perversa e injusta, apelando a los recursos más sórdidos, el buen nombre, honor y trayectoria de una empresa salteña y sus propietarios; en definitiva, a toda nuestra comunidad"
¿Dedicarán idéntico espacio los editores de "Telenoche Investiga" para admitir su responsabilidad en el fraude? ¿Tomarán alguna medida contra los responsables de aquella "investigación", que aún conducen importantes espacios en ese canal?
Capítulo aparte en esa trama malvada merece la actuación de los jueces de primera instancia que actuaron en este proceso judicial - concretamente, las instancias previas a la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial-Sala I, cuyo fallo comentamos - que demoraron como se dijo, casi ocho años en dar forma a la causa. "Justicia tardía no es justicia", afirma con razón el dicho popular.
Pese a todo, una sentencia, ejemplar por sus fundamentos y consistencia jurídica, puso las cosas en su lugar y vino a demostrar que no todo está perdido en un ámbito que, como lo exigieron los miles de asistentes a la segunda convocatoria de Juan Carlos Blumberg, en Buenos Aires, requiere una reforma de fondo en sus procedimientos y formas de trabajar.
N. de la R. Canal 13 no solo no ha de tomar ninguna medida contra esos empleados de Telenoche, ni el Grupo Clarín lo hará. Es su estilo, los integrantes de “Telenoche No Investiga sino que Difama” son una pieza menor de un aparato de difamación y manipulación informativa destinado a asegurar buenos negocios a sus directivos. En el Grupo Pravda hay obediencia debida e impunidad.