N ° 06/2004
Buenos Aires, abril 02 de 2004.-
El diktador se ha empeñado en querer establecer una memoria selectiva, desde la cual instalar una historia falseada que le permita perseguir a quienes cumpliendo órdenes de autoridades constitucionales –de su propio partido además- enfrentaron un intento terrorista y revolucionario armada militarmente.
Para ilustrarnos sobre los objetivos de aquellos jóvenes idealistas ha vuelto hablar Hebe de Bonafini de quien Kirchner se ha considerado hijo según su discurso ante las Naciones Unidas del año 2003. Les transcribo los segmentos de un reportaje donde Hebe de Bonafini reclama poner los Fal (fusiles automático ligero) con los cuales combatieron sus hijos.
“Ya vi otros museos de los organismos, y ahí no van a estar los FAL (fusiles) que usaban nuestros hijos, ni las estrategias que usaban cuando ellos quisieron hacer la revolución. Siempre pensé en mis hijos como guerrilleros y revolucionarios, con un gran orgullo. Si en un museo no va a estar cómo fue la organización, las luchas que hubo, los hechos que realizaron, no sirve.
-Pero la mayoría de los desaparecidos eran militantes que no usaban FAL.
-No usarían FAL, pero trabajaban para la revolución, apoyaban la revolución armada.
-¿No cree que haya habido militantes y revolucionarios que no creían en la lucha armada?
-No, porque la revolución es siempre armada.”
Luego de leer semejantes palabras uno tiene claro porque no se les puede reclamar autocrítica a estas basuras humanas, porque ellos siguen haciendo apología de sus delitos con todo orgullo ya que cuentan con la complicidad del gobierno del kamarada Kirchner. No solo no han de hacer autocrítica, sino que aspiran a que aceptemos como buena su revolución genocida.
Una vez más este presente deshonra la falsa y perversa autocrítica del general Balza, del almirante Godoy, y del brigadier Rhode, sino que expone claramente que quienes callan ante la maniobra de rescribir la historia, de olvidar selectivamente o tolerar ese olvido desde el gobierno, son cómplices de la persecución de quienes debieron combatir una guerra defensiva de nuestra patria y de nuestra libertad.
Esos oficiales han contribuido a desarmar a la sociedad argentina frente a un enemigo que no solo no se arrepiente de sus actos, sino que los reivindica.
Porque ciertamente se cometieron excesos, delitos y debieron ser juzgados en su momento, y muchos lo fueron durante el mismo gobierno del Proceso por tribunales militares, pero lo que está claro es que esos que hoy se nos quieren vender como jóvenes idealistas era terroristas de armas llevar y genocidios hacer. Y si alguien tiene dudas que ve a la historia de donde el comunismo gobernó, o simplemente vea la Cuba de Fidel Castro.