N ° 06/2004
Buenos Aires, abril 02 de 2004.-
El informe técnico sobre el cual se basa esta nota está a disposición de quien lo solicite, pero en tal caso será enviado luego de semana Santa, porque estaré ausente hasta entonces.
Durante la campaña electoral del año 2003, Daniel Cámeron, el técnico a cargo del sector energía del entonces candidato Néstor Kirchner, y hoy Secretario de Energía mantuvo una reunión reservada con los empresarios del sector mencionado. En aquellos tiempos ya el FMI y naciones del primer mundo estaban instando una actualización de tarifas públicos para mantener le rentabilidad empresaria luego de la devaluación y así evitar un colapso en los servicios públicos.
Eduardo Alberto Duhalde, usurpador a cargo de la presidencia por entonces, para ayudar a su candidato Kirchner se negó a aumentar las tarifas. Desde entonces en forma pública tanto Kirchner como su chirolita Alberto Fernández denunciaron las supuestas presiones de las empresas para aumentar las tarifas públicas. Montaron su campana de los defensores de los intereses del pueblo argentino, amenazantes avanzaron como si se pudiera evitar la consecuencia de no invertir.
Sucede que nadie invierte para perder plata y los precios de los servicios públicos argentinos pesificados por Duhalde violando los contratos firmados impiden tener rentabilidad positiva.
Lo relevante de la cuestión es que Daniel Cámeron y Kirchner sabían perfectamente que de no permitirse el aumento tarifario en el invierno del año 2004, es decir este, se produciría un colapso energético. Esto consta en el documento de campaña presentado a las empresas. El retraso para el gas se consideraba de un 56,32% por debajo de lo “razonable” y en electricidad de un 58,01% menos de los “razonable”.
Dicho de otra forma para el equipo del candidato Kirchner el aumento tarifario en electricidad debía ser de alrededor del 138% para tener un “precio razonable”y del 128,94% en gas.
A esa situación se llego porque en el momento de la devaluación y pesificación la caída de actividad económica fue tan grande que las compañías no tuvieron fuerza para hacer ver con esos precios el sistema iba a un colapso seguro. El gobierno se aprovecho de ello demagógicamente pero Kirchner debió haber solucionado eso de inmediato, pero como solo tenía el 16% de los votos del padrón se dedico a otra cosa, y encima a prepear a los empresarios.
Textualmente el informe Cámeron dice “La producción de gas presentaba un desarrollo razonable, a partir de la pesificación de los contratos nos tiene capacidad para: reponer reservas… desarrollar reservas con lo cual de no revertirse la situación actual se encuentra comprometido el abastecimiento del invierno 2003 o en su defecto él del 2004” (sic). La recesión evitó el colapso en el invierno 2003 pero el rebote de actividad nos trajo a los que Kirchner ya sabía iba a suceder en forma inevitable con el cuadro anterior.
También señala Cámeron que en materia de petróleo con las retenciones actuales solo se podría mantener si el precio WTI del mismo se mantiene encima del los U$ 21. Es decir que si aumentan las retenciones se puede estar cerca de un precio que paralice las exploraciones y apertura de nuevos pozos. Mientras tanto se continúa en ello gracias a la guerra de Irak y la demanda china, pero nada por la política del gobierno actual.
En electricidad Cámeron reconocía que si el rebote de la recesión traía un crecimiento del 6 al 9% anual la crisis sucedería en el segundo o tercer año como muy tarde.
La “Propuesta” que Cámeron transmitió en nombre de Kirchner Presidente, fue “fijar coordinadamente con el sector productor de gas y el sector generador de energía eléctrica un sendero de precios que en le término de 12 a 18 meses permita una rentabilidad razonable….”
Pero Kirchner es macho latinoamericano y no hizo nada. Julio De Vido se permitió decirle a un ministro francés que si quería hablar de tarifas ni viniera a la Argentina. Al Vicepresidente Daniel Scioli le montaron una operación de prensa para rebajarlo cuando dijo que había que renegociar las tarifas.
Y hoy estamos en “emergencia” de producción de gas, y generación de electricidad.
Pero es claro que tanto Kirchner como De Vido y Alberto Fernández sabían que esto sucedería en forma inevitable con su conducta política.
Lo cual no es un tema menor, porque entonces estamos en una emergencia “provocada” por el gobierno nacional. El gobierno K.
Las soluciones ante la emergencia han sido varias. La más irresponsable de todas que extrañamente Greenpeace y demás ONGs ecologistas no denuncian es demorar la salida de servicio para mantenimiento de una central nuclear, me refiero a Embalse. ¿Quién se hará cargo si hay un accidente estilo Chernobyl.
Lo que se hace con la central nuclear Embalse es muy peligroso. El silencio cómplice de los ecologistas se explica por su izquierdismo tradicional.
Otra solución ha sido comprar electricidad a Brasil, que llega mediante una línea de transporte construida durante la gestión de Carlos Saúl Menem para “exportar” electricidad desde Argentina a Brasil. Hay algo que parece patas para arriba en esto, ¿o no?
Extraño destino que con Menem se invirtió para generar, transportar y exportar electricidad y con los “nacionalistas productivistas” tengamos que usar esas líneas para importar electricidad.
También se cortaron las exportaciones contratadas de electricidad y gas a Uruguay y se recortaron las exportaciones de gas contratadas con Chile. Lamentablemente a nuestros hermanos de ambos países debemos informarles que los últimos dos gobiernos argentinos han hecho virtud de violar contratos propios y ajenos, por lo tanto solo nos queda la vergüenza de ser representados por dirigentes de tal inmoralidad.
Las demás medidas han sido salir a comprar de “emergencia” y por lo tanto en forma directa gas a Bolivia, fuel oil y gas oil a Petróleos de Venezuela (Pedevesa) por varios miles de millones de dólares. Eso sí, pagando precios internacionales varias veces más altos que los autorizados internamente.
Es de hacer notar que el presidente de Pedevesa, un hombre de total confianza del presidente Hugo Chávez expresó que el “combustible ya embarcado y fletado….” Cuando recién se firmaba el contrato, si tales palabras son exactas alguien sabía que le iban a comprar el combustible antes de venir a firmar el contrato. Y ese alguien oculto eso a todo el pueblo argentino.
El combustible de Pedevesa será pagado con “alimentos” según se informó, pero como el Estado Argentino no produce alimentos supongamos que tienen también atado el negocio de “comprarlos”. La verdad estos chicos la hacen de ida y de vuelta, a la macana o lo que sea.
En otras palabras han fabricado la emergencia económica, nos han puesto en el riesgo que suceda un Chernobyl en Embalse, y de yapa se hacen compras directas por miles de millones de dólares.
Hace no mucho la revista Noticias sostuvo que De Vido es también un cajero de Kirchner.
¿Estas compras también tendrán kaja?
¡¡¡¡¡¡Dale Gas!!!!!!!!! Dicen los jóvenes, y De Vido le da gas con ganas, en especial si lo compra en directa a precios mucho más altos.
La mayoría de los argentinos mientras tanto fue entretenida con el aniversario del 24 de marzo y demás bravatas kirchneristas, lo cierto es mientras tanto De Vido estaba negociando multimillonarios contratos a pagar con dinero públicos, es decir nuestros.
Peor aún le hará pagar inclusive a quienes no usen gas o electricidad el tarifazo, ya que no se ve en los precios pero se paga con los impuestos.
Aún no haciendo caja estamos en una situación vergonzosa y de grave irresponsabilidad del Presidente, del jefe de Gabinete y el Ministro De Vido. Quienes supieron hace mucho, aun antes de asumir sus cargos la situación de colapso a breve plazo y empujaron en ese camino, sin resolver los problemas, peor aun agravandolos.
La Oficina Anticorrupción ante estas contrataciones directas mucho menores que las que ha denunciado de dirigentes de la administración Menem permanece en silencio encubriendo este fenomenal negocio que a primera vista parece violar todo el régimen legal de contrataciones públicas.
Los K le dan gas, mientras tanto los argentinos recemos para que no haya un Chernobyl en Embalse y además pagamos impuestos para estas multimillonarias compras de lo que acá en las épocas infames de los noventa exportábamos.