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N ° 03/2004

Buenos Aires, 29 de febrero de 2004.-

EL HIPÓCRITA DE BELIZ

Se paso años rezando, hablando de Dios y de su guía, presentándose como un católico ferviente y practicante, y al llegar a su actual cargo a mérito de traiciones y palabras rimbombantes aquel menemista fanático llamado Gustavo Beliz ha empezado a mostrar su verdadera naturaleza de oportunista e hipócrita consumado.

Ya no hace falta recordar cuando alquilo la voluntad del elector correntino para lograr una componenda política que eligiera un gobernador a satisfacción del gobierno nacional, ni su casamiento en los jardines de la quinta presidencial de Olivos, ni la autopromoción invitando “pensadores de la globalización con el dinero del INAP”.

Ahora podemos ver al que se dice católico ferviente y practicante impulsando con su gestión abortistas y ateas militantes para ocupar ilegítimas vacantes en la Korte Suprema de Justicia. Y no hay excusa para semejante hipocresía salvo lo que algunos no quieren ver en él.

Y quienes más deberían hacer por desnudar semejante hipocresía y acto de inmoralidad son quienes lo ayudaron desde la Iglesia católica en su carrera política. Porque a ellos los engaño sin rubor alguno, se sentó a sus mesas, compartió su pan y tal vez alguna oración mientras hoy su oportunismo le permite traicionar cuanto dijo ser y nada menos que aquellas convicciones más íntimas como son las religiosas.

Y no son cuestiones menores, no se trata de alguien que dice no creer en Dios como, sino de alguien que milita contra la religiosidad de los demás, lo que claramente hace de Carmen Argibay una intolerante, de una mujer que promueve que las madres puedan matar impunemente a sus hijos mientras los llevan en su seno materno para hacerles pagar con la vida un rato de placer físico.

Era cuestión de tiempo que el hipócrita quedara expuesto, tal vez lo próximo que sepamos de él sean alguna renuncia y denuncia cuando encuentre un nido de víboras patagónicas que compraron medios y establecieron una korte adikta (olvidando su participación necesaria en semejante crimen) y volverá con algún otro oportunista deseoso de utilizar sus servicios mercenarios para perseguir a Kirchner, Kristina Kirchner, Julio de Vido y Anisal Fernández.

Mientras tanto la Iglesia Católica que expresa su oposición a la candidatura de Carmen Argibay a ser miembro de la Korte Suprema debería empezar a expulsar de su seno de Gustavo Beliz, su impulsor. ¿O igualmente lo dejarán comulgar en paz?

 

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