N ° 04/2002
Buenos Aires, mayo 28 de 2002.-
Un hecho más que significativo y trascendental hacia la Argentina del futuro, fue el viaje realizado por el Dr. Duhalde a España e Italia, nuestra cuna.
De allí surgieron dos frases de elocuencia contundente. La primera corresponde al Sr. Presidente de la Nación que con brutal sinceridad resalto que la Argentina era vista como “La oveja negra”. En esa misma sintonía el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto dijo que: “La Argentina está bloqueada”.
Este periplo por el lugar de nuestros ancestros, esos pocos días en la Europa de la Comunidad Económica y Cultural escuchando a los líderes más lúcidos del planeta han servido a la Argentina mucho más de lo que Argentina se imagina: ha sido una fenomenal puesta en escena de las diferentes posiciones entre el ayer y el mañana.
La globalización dejó de ser una utopía para buena parte de nuestra dirigencia política, allí en tierra de nuestros ancestros muchos descubrieron, que el mundo globalizado existe y tiene su lugar aquí y hoy.
Así que gracias a Dios por este viaje, parte de los que gobiernan la Argentina, y algunos que la quieren gobernar, han tomado debida nota del mundo global y sus reglas; las obligaciones y los beneficios que ello reporta.
No se pueda dudar de la buena y férrea voluntad de todos aquellos que proponen salidas para nuestro bendito país, aún las más disparatadas, pero es tiempo de poner en el baúl de los olvidos, a buena parte de esos hombres que con sus ideas han llevado a la Argentina a esta triste realidad del default económico, político e institucional. Aquí esta muchachos, esta es la respuesta de porque la Argentina esta bloqueada.
Debemos decir como sociedad: muchas gracias por todos los servicios prestados a los dirigentes que no comprendan este nuevo esquema, ya que ahora necesitamos construir un país con futuro de verdad, serio y respetuoso de sus instituciones y compromisos, un país con su propio lugar en este nuevo mundo.
Parece entonces primordial un profunda fe patriótica y un fuerte y adecuado liderazgo, para sacar a la Argentina a flote.
El proceso no es fácil ni poco doloroso, pero los ciudadanos de buena voluntad con sólidos valores (honestidad, idoneidad, ética y compromiso) deben asumir que hay futuro, que se trata de mirar más allá de lo obvio, que se puede salir adelante mirando al mundo, que las injusticias reinantes de hoy deben ser olvido mañana; que es posible construir una patria más justa y solidaria, a inicios del siglo veintiuno.
A esos que son concientes que hay mucha gente capaz para convocar, dentro y fuera de la patria, que pondrán su conocimiento y esfuerzo a la hora de integrar y conformar los nuevos equipos que estarán a cargo de refundar este refundido país.
Para que todo esto se haga realidad hace falta un gran sinceramiento de todos y cada uno de nuestro actuales dirigentes, y más allá de intereses personales, comprender que el país necesita a los mas capaces, a los honestos, a los inteligentes. Pero los necesita ya.
No hay tiempo que esperar, no se puede especular, no se puede mirar mas para atrás.
Manos a la obra, a buscar y a convocar a los mejores, luego a despedir y agradecer el valor demostrado en su momento por los que dejaran su puesto en breve, y entonces si podemos tener un verdadero Gobierno Nacional con mayúsculas, que pueda ser electo democráticamente y en todo su conjunto.
Mientras tanto a pensar mucho ya que es imperioso que cuanto antes empiecen, junto a la gente capacitada para tal responsabilidad, a planear el país futuro, el de una Argentina para sentirse orgulloso, la que tanto nosotros como nuestros padres e hijos, nos merecemos.
(*) Consultor argentino residente en Washington, DC