N ° 04/2002
Buenos Aires, mayo 28 de 2002.-
Decidí no quedarme atrás. Nunca devalué mis deudas, ni emití sin respaldo, nunca cree un impuesto, nunca di protección a una banda que asaltara en nombre del bien común, no deformé a la juventud con falsa educación, no estafé con seguridades "sociales" ni bancos centrales, no amnistié a los montoneros ni a los terroristas de la Tablada, no me olvidé de que existieron, no fomenté la impunidad para el crimen ni lo justifiqué, no ataque a los que trabajan, no me convertí en un parásito de los empresarios, no subvertí el concepto de virtud, no me calle mientras la izquierda avanzaba, no esperé a que destruyera todo para abrir la boca, no convertí en pecado a la ganancia, no acepté que se la convirtiera, no falté a mi palabra ni traicioné la confianza de nadie. Si no hice todo eso y el Estado que si lo hizo emite moneda basada exclusivamente en la confianza que inspira, cuanto más razón tengo yo para tener mis propios billetes. Basta de patacones, lecops, bofes y de papeluchos emitidos por el municipio de Quitilipi*. Ya que está de moda, esta es mi propia moneda.
* municipio de la provincia de Chaco