N ° 01/2004
Buenos Aires, 23 de enero de 2004.-
La eterna hipocresía de nuestra dirigencia y una forma de cipayismo vergonzosa de nuestro periodismo quedo expuesta cuando el gobierno intento darse por ofendido ante las declaraciones de Roger Noriega.
Así respondieron quienes pocos días se congratularon de ser parte de un gobierno que recibe el apoyo del gobierno norteamericano para negociar con el FMI o le suplicaron un Plan Marshall, Alberto Fernández, el jefe del Gabinete, calificó la frase del embajador Noriega de "francamente impertinente", el vice Canciller argentino, Jorge Taiana, las tildó de "agraviantes, sesgadas e inoportunas".El Ministro del Interior, Aníbal Fernández, en una total falta de respeto, llevó su crítica a la ofensa personal y catalogó al diplomático norteamericano de "funcionario atrevido que se fue de la lengua". El radicalismo, la mayor fuerza de la oposición pronunció "discursos y conferencias" sobre la frase del embajador Noriega y la catalogó de "un deleznable ejemplo de prácticas despóticas y colonialistas y violatorias del derecho público internacional".
Roger Noriega, refiriéndose al gobierno del diktador y su acercamiento hacia Cuba dijo, textualmente, "motivo de preocupación y decepción"; eso fue todo
¿Qué ofensa o agravio hay en ella?
Agravio es que el Diktador nuestro se abrace con el genocida más sanguinario de la historia de América, con Fidel Castro, quien lleva nada menos que 45 años sometiendo a su pueblo a una sangrienta y cruel dictadura. Que nuestro canciller Bielsa se haya permitido expresar públicamente que “no podía, que no se atrevía a decir que en Cuba se violaban los Derechos Humanos". Que Bielsa le haya escrito y dedicado un poema leyéndoselo como a una amante que se desea con desesperación mientras se hacía caca en los pantalones antes que reunirse con los parientes de los presos políticos del genocida Fidel Castro.
Agravio es que en Argentina se juzgue a los miembros de la Fuerzas Armadas que se les dio órdenes de aniquilar el terrorismo que patrocinaban Fidel Castro y el comunismo, mientras se abrazan al sanguinario genocida de La Habana, que quieran robarse el 92% de la deuda compulsiva que el Estado le encajo a los trabajadores argentinos en sus afjp, a sus acreedores con sentencia judicial y quieran perdonarle el 75 de la deuda a Fidel Castro.
Podemos llamar a las cosas por su nombre, ni Roger Noriega, ni el gobierno de los EEUU nos ofendieron a los argentinos, solo han expresado una verdad que muchos se empeñan en tapar.
Nuestro gobierno y su korte de propagandistas (aunque se pretendan periodistas solo trabajan para Göebells) se lanzaron con la misma furia a alentar el sentimiento antinorteamericano, basado en la envidia y la frustración sueños imperialistas del pasado nuestro y de la dosis de izquierdismo frustrado también ante el fracaso mundial del genocidio comunista, del hombre nuevo y sus revoluciones. Con el mismo entusiasmo pocos días más tarde presentaron el éxito de la amistad y apoyo del para ellos “conservador, reaccionario, troglodita de George W. Bush”, claro que en este caso esperan que los ayude a estafar a millones de ahorristas que confiaron en prestarle a nuestra dirigencia política para que se hicieran ricos muchos de ellos, incluyendo al Diktador, y crearan un aparato socialista de control social que les permite retener el poder y aparentar una demokracia.
En un ejercicio de vergonzosa diplomacia Roger Noriega ahora ha expresado que “creemos que tenemos un socio en Kirchner”. Ante semejante ejercicio de doble discurso del funcionario norteamericano es hora que aquellos argentinos, en especial liberales y republicanos terminen de una vez por todas de esperar que los EE.UU. hagan por nuestra patria lo que nosotros no hacemos. Los EE.UU., y sus gobiernos con respecto a nosotros tanto sean demócratas como republicanos no tienen, ni espero de mi parte, ninguna política como no sea quitarse de encima cualquier problema y dejar contento a cada gobierno. A ninguna administración norteamericana la votan para salvarnos de nuestra propia kleptocracia, y ellos solo quieren que no seamos un problema más.
Cuando vivo estos cambios de las administraciones norteamericanas, cuando veo a sus gobiernos preferir a los comunistas disfrazados de progres y olvidar que hace solo 15 años atrás eran el “Imperio del Mal” que debía ser derrotado a cualquier precio, que abandonan a sus ex aliados en la lucha contra ese imperio genocida (los militares de América Latina) siento el mismo asco que tuve cuando abandonaron tantos pueblos al comunismo. Pero a la vez siento que los más equivocados son quienes siempre pretenden que sea el gobierno de los EE.UU. quien ponga en su lugar a nuestros kleptócratas, esa es tarea nuestra. No es de extrañar que cada tanto cometan yerros tan graves en su política exterior si resultan capaces de tener funcionarios como Noriega, cuyas declaraciones tienen el mismo sentido de la moral estalinista de poder cambiar 180 grados sin sonrojarse de lo que dijeron pocos días antes.
Lo alentador de este doble discurso de Noriega es que la izquierda debe estar más desencantada que muchos otros, aun cuando ellos querrán decir que su Kamarada Diktador le ganó por knock out a George W. Bush. En su fuero íntimo tienen que tragarse todas las estupideces antinorteamericanas con las cuales llenaron radios y diarios.
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REACCION DEL GOBIERNO DE EE.UU A LA ABSTENCION DEL GOBIERNO ARGENTINO SOBRE LA INVESTIGACÓN DE LAS VIOLACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS EN CUBA del 15 de abril de 2003
“Estados Unidos se siente decepcionado por el hecho de que la Argentina, a menudo una de las naciones líderes en el hemisferio en lo referido a la defensa de los derechos humanos en foros internacionales, ha cambiado su posición -- luego de más de una década en la cual apoyó los derechos humanos en Cuba - justamente en el año en el cual el gobierno cubano ha pisoteado, en forma impiadosa, los esfuerzos pacíficos tendientes a mejorar la libertad de expresión y conseguir derechos políticos y laborales.
Laura Demoy Public Affairs Section American Embassy Buenos Aires-Argentina.”
Parece que Roger Noriega tiene mala memoria y un pésimo archivo, pero para quienes quieren saber que piensa de verdad el gobierno norteamericano hacia nuestro gobierno, está claro que la primera declaración de Noriega parece más auténtica. Por cierto hasta Collin Powell debe preguntarse porque respaldo las declaraciones iniciales de Noriega.