N ° 01/2004
Buenos Aires, 23 de enero de 2004.-
En su avance autoritario Néstor Kirchner ha propuesto como Kandidata a integrar la Korte Suprema. Más allá de estar claro que Kirchner ya actuó así en Santa Cruz hasta asegurarse la impunidad que entre otras cosas le permitió no rendir cuentas jamás del uso del dinero público depositado en cuentas off shore, y ahora pretende asegurarse una Korte obediente para tener igual impunidad, pero también ara perseguir a quienes quiera, a sus opositores y evitar que los abusos legislativos y administrativos sean revertidos en base a los derechos y garantías constitucionales, la Dra. Carmen Argibay presenta algunas características que la hacen no idónea para el cargo propuesto.
Lo primero es que entre sus pergaminos está haber sido designada jueza ad litem (es decir para una suplencia) de la corte Tribunal Penal para Yugoslavia, mientras en ese mismo tribunal hay otra mujer argentina que es jueza permanente y de apelaciones, Inés Mónica Weinberg de Roca, es decir que de las dos se ha elegido a la de menor jerarquía profesional e internacional.
El Tribunal Penal para Yugoslavia ha ordenado sus sentencias siguiendo las necesidades políticas del Secretario General de la ONU, es decir políticamente violando garantías de los derechos humanos como es el debido proceso, y en especial es con los jueces ad litem como se violan esas garantías ya que los designa el Secretario General de la ONU una vez que se sabe a quien se juzga y este ha practicado su defensa. En oras palabras se designa jueces ad litem para asegurar las sentencias políticamente necesarias.
Otra curiosidad es que aun figure como “desaparecida” en el informe de la CONADEP, lo que en primer lugar resulta una verdadera falsedad ideológica del informe mismo, de cómo fue inflado para impactar poniendo los nombres hasta de los detenidos a disposición del PEN bajo un régimen de estado de sitio que había sido declarado por el gobierno constitucional peronista de 1973-1976.
No es lo mismo desaparecida que detenida a disposición del PEN.
Es cuando menos una grave hipocresía haberse dejado incluir en dicho anexo, sabiendo claramente la falsedad del contenido.
Más curioso resulta imaginar como han de convivir un juez del Proceso como Eugenio Zaffaroni con una jueza removida y detenida a disposición del PEN por ese mismo gobierno, mientras ambos querrán juzgar la ya antes aceptada constitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final. Ambos tienen opiniones emitidas previamente y enemistad manifiesta con los imputados.
Para mayor agravante en ese caso han abandonado todo su garantismo, demostrando que son más bien delincuentistas que garantistas. Es que pretenden reabrir causas ya cerradas, revisar situaciones cuyo final jurídico ya fue establecido. Es juzgar no dos sino cuantas veces se quiera hasta encontrar algún servil abogado que haga de juez a quien se desee.
Algo que no puede dejarse pasar sin más es la hipocresía de cualquiera que se diga defensor de los derechos humanos y del aborto, aunque con la inmoralidad de hacer virtud sus delitos los quieran llamar “derecho de la mujer sobre su propio cuerpo”.
Ya nadie pone en duda científicamente hablando que el feto o persona por nacer es una persona distinta de su madre. Dígase como se diga, el aborto es el homicidio de la persona más indefensa e inocente que se pueda imaginar. Alegar como hace la inmoral de Carmen Argibay que se defienden los derechos humanos y que una mujer pueda matar a su hijo solo porque aun va dentro de su cuerpo es inaceptable y demuestra su verdadero carácter
No resulta extraño que quienes tanto alegan esa mentira del derecho de la mujer sobre su hijo, desconozcan el derecho de trabajador a su salario sin recortes dispuestos por estado, ni por lo sindicatos en forma involuntaria, que desconozcan el derecho de propiedad, el derecho a ahorrar libremente para su jubilación, y tantos otros derechos que cada día el Estado nos priva, ya que ellos no creen en los derechos individuales, ni los humanos, simplemente son una muletilla para ganarse un reconocimiento social desde donde implementar su ingeniería socialista, y la kandidata parece cumplir esos requisitos.
Claramente entre la elusión tributaria de Zaffaroni y defender la impunidad de matar a un niño por nacer Carmen Argibay es mucho más peligrosa que aquel.