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N ° 04/2001

Buenos Aires, enero 29 de 2001.-

MULTIMEDIOS DE MATRIX

      Entre la batería de decretos con los que pretende mostrarse como un gran ejecutor don Fernando de la Ruina se encuentra uno que crea una empresa de multimedios del estado, llamado pomposamente Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP).

      Seguramente don Fernando y sus camaradas desconocen aquellas palabras de Thomas Jefferson que señalaban que “no existe mayor pecado que obligar a que una persona pague con su dinero ideas que le son ajenas o contrarias”. Por eso se aprestan a usar dinero ajeno para difundir ideas de ellos, hacer campaña, etc.

      Ciertamente usar los impuestos de los ciudadanos para actividades empresarias es una inmoralidad. No elegimos un gobierno para que sus miembros se den el gusto de hacer empresas con nuestro dinero.

      Usarlas en algo tan privado, personal y peligroso como es el manejo de información e ideas no solo es inmoral, sino totalitario.

      Entre Educ.Ar y este nuevo multimedio estatal una ominosa nube se cierne sobre la libertad, de ideas, de opinar, y hasta política.

      La demostración de dicho peligro es que Pepe Eliaschev en un diario de La Plata condena el proyecto no por su esencia, sino porque en el año 2003 cuando Ruckauf, de la Sota o cualquier peronista llegue al gobierno nacional el multimedio quedará en manos del justicialismo.

      Eliaschev, periodista de radio nacional hoy, de Canal reconoce que el multimedio es un instrumento de lavar cerebros, direccionar y manipular información e ideas. Y su temor es que lo manejen otros.

      El multimedio además no podrá incorporar capital privado, ni tener socios. Es decir una vez nos clavan con una deficitaria empresa estatal.

      Pero en términos de aquellos que se quejan por las legislaturas que al menos son elegidas, este multimedio tendrá un presupuesto de nuestros impuestos de $ 57 millones este año.

      Para las empresas de radio, televisión, agencias de noticias, etc. en particular este multimedio SNMP será un caso de competencia desleal, porque con el dinero de los impuestos que el estado les impone se dedica a competirle.

      El gobierno no tiene la potestad de establecer impuestos para usar el dinero en forma empresarial, pero mucho menos obligar a que los empresarios le paguen para hacerles competencia desleal.

      ¿Es justo, es legal, es legítimo obligar a una empresa a pagar para sostener a su competencia? ¡NO!

      ¿Dónde están los legisladores que deberían proteger los derechos de los ciudadanos y de las empresas? ¿Sirviendo al Ejecutivo? ¿Dónde esta Winograd y la Comisión de defensa de la Competencia? ¿A esto llaman seguridad jurídica? ¿Henoch Aguiar llamará a esto desregulación y apertura de mercado?

      Se llama autoritarismo, mentira, traición, inmoralidad, abuso y obviamente una prueba de la minusvalía que representa el salario pagamos a los políticos.

      También existe una cuestión de oportunidad, casi todos los medios de comunicación y periodistas alentaron este gobierno, atacaron sin descanso al gobierno justicialista de Carlos Menem. Hoy lo protegen, manipulan información y tratan de hacernos creer que estamos bien, que debemos recuperar el optimismo solo porque a último momento nos salvamos del default gracias a endeudarnos en otros U$ 40.000 millones. Por lo tanto con tantos medios a favor no necesitan gastar dinero en uno nuevo.

      La existencia de medios de comunicación propiedad del estado es absolutamente contrario a una democracia y a la libertad, o como diría Jefferson es pecaminoso por inmoral.

      Mientras nos distraen con acusaciones al gasto de los gobiernos provinciales, el gobierno de la Alianza demuestra una vez más su vocación por no reducir el gasto público y seguir creando armas de manipulación informativa e ideológica.

 

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