N ° 17/2003
Buenos Aires, diciembre 10 de 2003.-
A fuerza de repetir la idea de la mayoría automática y asociarla a un supuesto alineamiento político con el ex presidente Carlos Menem los grupos de izquierda están logrando imponer una nueva Korte que asegure la impunidad ya no solo personal sino la gubernamental como sistema de opresión.
La nueva Korte que nos habremos ganado con la ayuda de muchos incautos, y de muchos “funcionales” de la izquierda se compondrá de los miembros de la “minoría automática”, o mejor aún de aquella mayoría alfonsinista que en los años 80 convalido todos los atropellos a la libertad, al derecho de propiedad, a la división de poderes, a las garantías procesales que Alfonsín tuvo por antojo y el grupo que designen los representantes del golpe de estado de diciembre del año 2001. Es decir Duhalde y Kirchner quienes tendrán el privilegio de tener una Korte controlada junto a sus socios del radicalismo bonaerense con solo el 16% de los votantes empadronados.
La nueva Korte será “políticamente correcta” y nace con el pecado original de ser integrada por quienes al aceptar sus designaciones han aceptado el atropello político del Congreso y los dos dictadores de juicios políticos viciados de nulidad absoluta, de inmoralidad y abuso de autoridad. Porque las vacantes que ocupan se producen por remociones y renuncias obtenidas bajo presiones destinadas a aniquilar la división de poderes y las demás garantías constitucionales de derechos de propiedad y debido proceso.
Remover jueces por el contenido de sus sentencias es aniquilar la división republicana de poderes, ya que el Congreso se convierte en juez de jueces al establecer que solo permanezcan en sus cargos aquellos funcionarios (desde ahora llamarlos jueces es una fantasía o algo del pasado). ¿Qué juez podrá tener la osadía de dictar una sentencia que declare la inconstitucionalidad de una ley o un decreto? ¿Qué juez se animará a investigar actos de corrupción del grupo Diktador? ¿Qué juez resistirá la presión de encarcelar a los chivos políticos del Diktador?
Se han cargado la independencia del poder judicial y de sus jueces ante el silencio de casi toda la sociedad, y de los mismos jueces que deberían estar ellos castigando el abuso de autoridad y los actos “revolucionarios” contra la constitución de los legisladores que se han convertido en siervos del Duce.
El Congreso se ha permitido la barbaridad de anular leyes, algo que no solo es ajeno a sus funciones y por lo tanto nulo de nulidad absoluta, sino que también ha aniquilado la división de poderes, ha sancionado un presupuesto que tiene menos valor que un rollo de papel higiénico y da poderes extra constitucionales al Jefe de Gabinete.
Y como frutilla del postre probatoria del crimen algunos jueces supremos de la coalición izquierdista en la Korte no serán investigados por las mismas causas que otros son removidos en las farsas dirigidas por el diputeado Falu y la senadora Kristina Kirchner.
La nueva Korte será una medalla de lealtad al Duce para Falu, entre cuyos logros políticos fue utilizar el avión de la provincia de Tucumán para llevar a su familia de descanso a Santa Cruz de la Sierra en Bolivia hace algunos años, evitándose además el engorro de hacer “aduana” y controles justo al regreso de una tierra plagada de narcotraficantes.
La nueva Korte tiene como presidente a Enrique Petracchi de quien nadie recuerda a sus “padrinos políticos”, que fueron los dirigentes justicialistas Jorge Antonio y Vicente Leónidas Saadi, con este último trabo y desarrollo amistad como veedor del proceso de normalización del Justicialismo en 1982 7 1983.
¡Ahora sí, tenemos Kongreso y Korte y vamos camino de convertirnos en un país en serio!