N ° 17/2003
Buenos Aires, diciembre 10 de 2003.-
Desde que comenzó la guerra de liberación de Irak la izquierda y los “nacionalistas”, es decir los antinorteamericanos se han empeñado en repetir que los EEUU enfrentan un nuevo Vietnam. Es bueno intentar una aproximación a esta situación.
Vietnam como país estaba cubierto por una densa jungla mientras Irak es prácticamente un extenso desierto con algunos valles a los largo de sus ríos, y una zona montañosa en el norte. Es decir que a primera vista en cuanto a un escenario bélico no existe comparación posible, ni parece que estemos en una guerra comparable. Los terroristas fundamentalistas o saddamistas no tienen una selva donde esconderse en forma segura y la posibilidad de éxito refugiándose entre la población urbana es mucho menor.
Para quienes se empeñan en sostener que los terroristas podrían gozar de un gran apoyo cabe pensar en si esto resulta posible cuando las fuerzas de liberación junto a la UNESCO han repartido bolsas con útiles escolares y frente a ello los terroristas lanzaron la amenaza “de matar a todo niño, madre o padre que los utilice”. Más bien suena a tácticas dictadas por la desesperación, de alimañas comiendo su propia cola. En todo caso si estos son los terroristas ante quienes algunos quieren ceder tan fácil está claro que deben ser aniquilados.
Luego viene la condición tecnológica del equipamiento norteamericano ya que en la actualidad sus satélites le permiten un control de todo movimiento en las planicies iraquíes, algo imposible en la densa jungla vietnamita, por lo tanto no existe la posibilidad ni aun nocturna de desplazar contingentes de terroristas importantes.
Pero en cualquier caso Vietnam del Norte era un santuario de los terroristas comunistas donde reponían armas, víveres, heridos bajo el amparo del poder atómico de la URSS y China Comunista.
No existiendo esa alternativa, y habiendo sido sometido Irak en menos de 2 meses de campaña cabe preguntarse si la dirigencia siria se arriesgaría a ser una base segura de los terroristas islámicos con el riesgo que ello implica para su propio pueblo y gobierno. La respuesta más “realista” es no.
Ya no existe un “ejército iraquí” que de cobertura y respaldo a los terroristas.
Los EE.UU. podrían fácilmente haber convertido todo Irak en un gran cráter sin embargo usando armas de nuevas tecnologías más bien han usado con precisión un bisturí sacando el tumor (el régimen genocida de Saddam Hüssein). Lo que ha convertido la campaña de Irak en la operación militar más precisa de toda la historia por lo cual ha resultado en un número de víctimas civiles muy bajos.
Los terroristas que en Irak lanzan atentados a su propia población y a las tropas de liberación aliadas no tienen ningún santuario donde refugiarse y recibir el apoyo de una potencia militar capaz de desafiar a la coalición libertadora encabezada por los EE.UU.
Aunque parezca no importarle mucho a todos estos críticos en Vietnam los EEUU se enfrentaron a Vietnam del Norte, China Comunista y la Unión Soviética. Aun así las guerrillas terroristas del comunismo fueron prácticamente aniquiladas entre 1967 y 1972, cuando se acordó el retiro de los EEUU para el año 1973. Es bueno recordar que Vietnam del Sur cayó ante la violación de los acuerdos de paz por el régimen comunista de Vietnam del Norte en 1975 cuando lanzó una invasión con su ejército regular. Los reales enemigos de EE.UU. en Vietnam fueron la URSS y la China comunista.
Dicho en otras palabras Vietnam del Sur no fue “liberado” por las guerrillas comunistas, sino conquistado por el Ejército Comunista de Vietnam del Norte. Y este realizo una masacre entre los intelectuales, empresarios, sindicalistas, estudiantes, etc.
Por otro lado aunque el periodismo izquierdista se empeñe en promover el desgaste de la moral combatiente de los EE.UU. mediante la difusión magnificada de cada soldado muerto por los terrositas lo cierto es que para convertirse en Vietnam en cuanto a números de muertos al ritmo de bajas sufridas desde el 19 de marzo hasta hace un mes pasarán más de 100 años antes de igualar el número de muertos en Vietnam.
Pude comprobar como en muchas universidades norteamericanas el patriotismo de los alumnos es muy elevado, al punto que cuando algunos profesores realizan alegatos antibélicos los alumnos y padres reclaman devolución de “matrículas” ya que ellos pagan para estudiar y no para ser aleccionados políticamente. Esta forma de rechazar a esos profesores es típica de quien paga por estudiar y no quiere malgastar su dinero, pero además los estudiantes acusan a sus profesores de ser unos nostálgicos derrotistas de los 60; “los mismos que traicionaron a sus soldados en Vietnam quieren que hoy los traicionemos en Irak y Afganistán”. Estas palabras son usuales en las universidades norteamericanas.
Para los EE.UU. y sus aliados está claro que Saddam Hüssein fue un genocida, que agredió a sus vecinos, amenazo con “destruir y aniquilar Israel”, estaba asociado a la red de Al Qaeda. Tal vez Saddam y Osama Bin Laden equivocadamente han creído que si la URSS perdió su espíritu de combate en Afganistán también los Aliados lo perderían en Afganistán primero y ahora en Irak. Si los EE.UU. se retiraran ante las primeras bajas causadas el terrorismo fundamentalista aquellos dos podrían tener razón y comenzar el derrumbe del poderío de los EE.UU. O tal vez pasaría un período de heridas abiertas que ante un próximo atentado en su territorio soltaría los frenos inhibitorios y alfombrarían los santuarios terroristas de bombas atómicas.
Pero ese tipo de derrota que sueñan Bin Laden, Saddam, nacionalistas equivocados y los izquierdistas de siempre no está en las manos de los terroristas sino en la debilidad ante el enemigo interno, los cobardes que ceden ante el terror, los que se empeñan en no querer ver al enemigo genocida a sus puertas.
Mientras tanto las analogías lanzadas que los opinadores de siempre, acerca de que Irak es un Vietnam del siglo XXI para los aliados, muestra que se mueven antes por sus odios viscerales, esos que desparramaron por el mundo los comunistas pero no de la realidad. Pero ellos sí saben que la única chance de derrotar a los EE.UU. es recrear desde la mentira un síndrome del nuevo Vietnam. Es de esperar por el bien de la libertad de los hombres, de la dignidad y los derechos a la vida que estos Quislings* no logren su cometido.
* Quisling: se llamo a si a los ciudadanos de países europeos que traicionando a su nación sirvieron de quinta columna a los invasores nazis, el término fue tomado del más notorio de todos ellos, el noruego Vidkun Quisling.