N ° 15/2003
Buenos Aires, octubre 23 de 2003.-
Un grupo de veinte mil norteamericanos “libertarios” ha seleccionado el estado New Hampshire para emigrar e intentar ganar las elecciones del mismo con el objetivo de restaurar un “estado constitucional” conforme a las ideas de los “padres fundadores”. Un estado con pocas leyes, normas que regulen la vida de los ciudadanos, un gobierno –administración- pequeño y la más amplia libertad individual para sus ciudadanos.
El lema originario de New Hampshire desde los días de la revolución de independencia es “vivir libre o morir”. La elección del mismo se baso en la existencia de una administración no muy grande, sus bajos impuestos en comparación con otros estados de los EE.UU. y la alta participación de los ciudadanos en su legislatura, todo lo cual también ha creado un fuerte y sano “mercado de trabajo”.
La otra consideración que llevo a elegir dicho estado es que en su constitución se garantiza el derecho de rebelión contra el gobierno “cuando este viola sus fines y pone en peligro la libertad individual de los ciudadanos, dando derecho en tal caso a los ciudadanos a eliminar ese régimen y establecer uno nuevo que garantice su libertad”.
Su objetivo es constituir un estado modelo de libertad, donde la caridad sea un acto personal y no de los gobernantes mediante la expoliación impositiva de los contribuyentes. Reestablecer un estado mínimo y no invasivo de las libertades como ha sucedido con el crecimiento de este desde inicios del Siglo XX.
El gobernador actual del estado pertenece al Partido Republicano, su nombre es Craig Benson y ha respaldado el proyecto de esta inmigración interna y la restauración de un Estado mínimo.
Frente a la hiperinflación regulatoria que hoy está conduciendo a los EEUU a una nueva forma antirrepublicana aún sus ciudadanos toman reacciones de resistencia a la opresión. Si el proyecto tuviera éxito político y electoral pronto podremos ver un modelo de Estado Liberal en competencia con los socializantes que todo quieren regular.
Queda para nosotros los argentinos una pregunta ¿existirán políticos capaces de poner a nuestros estados en competencia, de garantizarnos el derecho de rebelión ante el peligro de nuestra libertad, o deberemos resignarnos al avance sin pausa del autoritarismo disfrazado de solidarismo?