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N ° 15/2003

Buenos Aires, octubre 23 de 2003.-

EL MODELO DUHALDE-K, ANARCO SOCIALISMO

Cuesta mucho identificar a la anarquía económica creada por Duhalde y su “delfín”, como un modelo, porque los modelos se basan en reglas y acá si algo faltan son reglas. La economía de mercado o la soviética tienen reglas, más o menos eficientes según los resultados que podemos advertir con solo repasar la historia de los EEUU y la del imperio comunista leninista.

Ciertamente además las reglas de la economía de mercado son éticas, porque se basan en la responsabilidad individual, en la retribución en base al mérito personal y este resulta de ser útil a los demás sin posibilidad de imponerle a estos nuestros servicios o bienes. En otras palabras solo hay moral cuando hay libertad, porque solo quienes son libres pueden tomar las opciones entre lo bueno y lo malo. Y cuando somos libres no podemos imponernos a los demás, sino que debemos ser “aceptados, o no” por ellos, y sino nos aceptan en nuestras capacidades, ideas y trabajos no se ven obligados a pagar por ellos, ni nosotros a “tener que agradarlos” sino a serles útiles en nuestro intercambio mutuo y libre.

El debate acerca de la posibilidad de cortes de electricidad es bien ilustrativo del anarco socialismo en que hemos caído.

Antes quisiera hacer una aclaración importante ya que no me voy a referir a las “privatizadas”, porque si de revisar “concesiones e incumplimientos se trata, la primera privatizada que debería ser revisada es Canal 13, algo que Clarín, Duhalde y Kirchner jamás han de tocar. Me refiero a la cantidad de violaciones de las normas de transmisión que han sido sancionadas con multas por el Comfer y luego siempre “perdonadas” o canjeadas por segundos de publicidad oficial. Extrañamente Kirchner a quien tanto gusta revisar y anular decretos, resoluciones y otras normas jamás ha mencionado la posibilidad de revisar esos “canjes de penas por segundos de publicidad” que se iniciaron en la presidencia de Carlos Menem.

El uso del adjetivo “privatizadas” se ha convertido casi en una muletilla cuasi nazi, cuando escucho privatizada pienso que si dijeran “empresas judías” estaría escuchando las usinas de Goebbells. Una vez más aclaro que entiendo la diferencia de ser judío en cuanto a que se nace como tal y ser una “privatizada” es algo resultado de un acto voluntario, pero creo que si con buena fe el lector hace el ejercicio intelectual que señalo entenderá que me refiero a un sistema de odio colectivo dirigido por un gobierno como mecanismo de afirmar su poder, imponer su voluntad y sostener sus desatinos mediante el odio a una víctima propiciatoria.

Aclarado esto volvamos al anarco socialismo de Duhalde y K tomando esta discusión como punto de análisis. Las compañías para prestar servicios, vender productos necesitan amortizar sus equipos y reemplazarlos al tiempo de su vida útil, de esa forma y solo de esa, el servicio puede ser prestado. Para ello las compañías deben invertir capital, tomar crédito o reinvertir ganancias.

Todo lo demás que se nos diga es falso. Quienes ya tenemos algunos años hemos conocido la Argentina donde todo se reparaba con un alambre, con “la maña criolla”, pero sin ninguna inversión. Fue la Argentina sin teléfonos, donde la gente se moría porque no podía llamar una ambulancia o un médico, la Argentina con cortes de electricidad programados de seis horas diarias, televisión de tres horas para reducir el consumo de electricidad, personas mayores muriendo por golpes de calor ante la imposibilidad de tener siquiera un ventilador, o de frío en invierno por falta de gas.

Esa fue la Argentina hasta las privatizaciones y la que está volviendo a ser hoy.

El común denominador de esas dos Argentinas fue la falta de reglas claras, de respeto de los contratos por parte del Estado y sus gobernantes, como consecuencia de ello nadie invertía en nada que no fuera algo protegido, subvencionado y permitiera algún enriquecimiento a costa de servicios no prestados, o productos caros y de baja calidad que justificaban la protección aduanera alegando proteger los puestos de trabajo.

Como Duhalde destruyó todo el sistema jurídico, violo los contratos privados y manipulo inclusive las leyes electorales a su conveniencia, utilizó los dineros públicos para promover a su delfín y esté resulto presidente aun habiendo perdido la elección, y ha continuado con esa política anarco socialista ningún extranjero puede invertir dinero en nuestro país ya que los accionistas de sus compañías los mandarían ante un juez penal por “vaciamiento”. Y en el exterior en esos casos lo más probable es terminar en la cárcel y perder todo en reparaciones de los daños.

Entonces queda la segunda alternativa recurrir al crédito, pero como Argentina no tiene ni moneda, ni un sistema de crédito y justicia nadie quiere dar un crédito con semejante riesgo. Es ahora cuando vemos el daño que realizaron Duhalde y Héctor Magnetto, y demás cómplices de ruta,  con su defraudatoria reforma a la ley de quiebras, con sus demagógicas “suspensiones de las ejecuciones de sentencias”.

Sin leyes que permitan recuperar un préstamo no hay forma de obtener crédito para las personas honestas, es decir aquellas que toman un crédito para devolverlo, o en caso de no poder hacerlo aceptar las consecuencias judiciales que corresponden.

Ya estamos llegando a la tercera alternativa, es decir a reinvertir ganancias, las que no existen hoy gracias al congelamiento tarifario y el incremento de muchos costos.

Es decir que la falta de reglas, y la falta de respeto por el Estado de las existentes, su permanente modificación, la mayor parte de las veces con fines particulares, es decir corruptos, lleva a que no exista casi ningún capital que invertir.

Este es el resultado del modelo Duhalde-K, del anarco socialismo que estamos viviendo. Del modelo donde el gobierno cree que el motor de la economía será la obra pública y el gasto público, por lo tanto solo pretende expoliar a quienes trabajan, invierten y producen. Un modelo que el mundo desarrollado no utiliza y por eso es desarrollado.

Como demostración de la falta de reglas arbitrariedad del anarco socialismo la secretaría de Transportes dio nuevos subsidios a los “concesionarios ferroviarios” quienes hace solo unos meses eran los malos del batallón.

Por lo tanto la puja con las compañías de servicios, especialmente las eléctricas, el gobierno las maneja en términos típicos de una dictadura –socialista o prima hermana, es decir fascista- poniendo a las compañías en el lugar del “judío, del capitalista malvado y expoliador”, a quien todos deberíamos odiar por su maldad. Y el principal responsable es “il Duce Kirchner”, quien alimenta esa condena mediante el soborno a periodistas y empresas de medios de comunicación, alentando con sus declaraciones dramáticamente preparadas contra las presiones que no han de quebrarlo, etc.

Pero lo cierto es que objetivamente no lo han presionado, le han informado de las consecuencias que tiene el modelo que él gestiona.

No puede explicar porque con el modelo “neoliberal” las empresas invertían, había crédito y se multiplico el consumo de servicios en forma geométrica sin que hubiera cortes. ¿Qué cambio para que tengamos que volver cortes de servicios? ¿Porqué los empresarios y trabajadores que antes nos daban electricidad, agua, comunicaciones, gas, etc. se han vuelto malvados? ¿Qué cambió?

En el caso de la energía eléctrica debemos destacar la distorsión actual de los precios que benefician a los industriales “productivistas” no exportadores, no competitivos en especial. El precio del MWH (mega what hora) es hoy de U$ 13 en Argentina, cuando en Chile es U$ 36, en Canada U$ 33 y en los EEUU U$ 59. La electricidad costó históricamente un 12% de los costos y hoy es solo el 4%. No solo con la pesificación de sus deudas Duhalde ayudo a los grupos como Clarín, Techint, Massuh, etc.

Porque para quienes aun no están avisados la falta de inversión en el sector de hidrocarburos está haciendo caer las reservas y explotación de gas y petróleo también. ¿Cuándo falta para que Kirchner se pelee con sus hasta hoy amigos petroleros?

Un modelo que en lo económico solo trae atraso y pobreza, y en lo político e individual una restricción de la libertad personal.

Tal vez el experto bocaza del gobierno, el ex favorito de Carlos Menem, Gustavo Beliz pueda ayudarlo al Duce Kirchner a encontrar una fuente de financiación alternativa, lavando dinero del narcoterrorismo, total ya hemos ayudado a los narco piqueteros a derrumbar el gobierno constitucional de Bolivia.

En lo concreto el gobierno y las empresas podrían acordar soluciones de emergencia y usar “alambrecitos” para evitar cortes masivos y generales durante un tiempo, este verano por ejemplo, pero eso sería lo mismo que sucedía con Segba y culminó en un colapso general.

Además en caso de no hacerse las inversiones necesarias para el mantenimiento y la expansión de la oferta eléctrica lo cierto es que los “pseudo industriales” beneficiados hoy con una energía casi regalada mañana no la tendrán, por lo tanto su costo será infinito, y no podrán producir con lo cual quedará truncado el “proyecto pseudo productivo” también. El gobierno vera caer su recaudación por menor actividad económica, y menor facturación eléctrica de la cual entre el 40 y 52%, según cada provincia, son impuestos. Por lo tanto por mucho que grite, amenace el gobierno, empezando por el propio Kirchner, la solución civilizada y moderna pasa por tener un marco institucional estable donde cada uno haga lo suyo. Las empresas producir y vender, el gobierno asegurar el juego de contratos privados sin intervenir en ellos y regulando en forma general no especial.

Al fin toda esta “supuesta pelea” que el gobierno desarrolla contra las compañías eléctricas y de otros servicios, es una de sus pantallas más para disimular su falta de un programa constitucional de reglas de derecho, instituciones y económicas. Cada semana, cada mes el gobierno denuncia grupos de miserables, y cada vez su coro de perioterroristas sale a alentar el odio contra ellos. Hasta la sociedad se ha tragado el envenenado caramelo, pero habemos quienes sabemos de su mentira, de su peligrosidad.

 

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