N ° 14/2003
Buenos Aires, septiembre 25 de 2003.-
Con la cobardía usual del patotero un grupo de comunistas organizo un escrache y agresión física a Elena Cruz y Fernando Siro. Como resulta usual estos intolerantes encabezados por Vilma Ripoll quieren justificar su agresión con la “indignación” que les producen los pensamientos y palabras de Elena Cruz, a las que tildan de “provocación”.
Vilma Ripoll se presento a elecciones hace solo cuatro semanas y obtuvo solamente el 1,57% de los votos (Izquierda Unida), por lo tanto es bastante poco representativa, sus palabras por lo general no solo provocan mi enojo, sino que promueven el robo de la propiedad de los argentinos, es decir que si por provocaciones debiéramos andar pegando...........
Dicho sea que Altamira, dirigente de izquierda expreso en el mismo recinto legislativo que con los argumentos que sus colegas expresaban para impugnar a la señora Cruz “él tampoco podría en la legislatura”, señalo que Fidel Castro es un dictador y que a Cruz se la perseguía por el “delito de opinión” (distinta obviamente). Sus declaraciones en Crónica TV esa noche se inscriben en la mejor historia del socialismo argentino de principios del siglo XX donde no existía la intolerancia de la izquierda actual.
La verdad es que basta recorrer la triste historia de los totalitarismos izquierdistas del Siglo XX, (comunismo, nazismo, fascismo, socialismo, etc.) para saber que esta práctica intimidatoria y violenta condujo al genocidio de más de 150 millones de personas. Siempre el mismo método cobarde agredir a minorías, a personas aisladas, débiles por edad, situación y hacerlo en banda, acusar a la víctima de haber hecho algo que provoco a los “patoteros”.
Pero a la cobardía y gravedad de la situación se suman algunos hechos de mayor condena, empezando por el Ministro de Justicia e Inseguridad, Gustavo Beliz que no ha formulado ninguna acción, ni denuncia contra los delitos cometidos por esa patota, ni su jefe el Presidente Pingüino, ni ningún funcionario. Pero claro para ellos derechos tienen los “izquierdos” aunque ocupen secretarías de derechos humanos, eso es solo maquillaje de la neohabla orwellliana gubernista.
Luego viene otro grupo de personas de dudosa catadura moral que siguen siendo tolerados por los dueños de canales de radio y televisión. Los que no se animaron a echar a Lanata, Zlotowiazda, Verbitsky y Tenembaum cuando festejaron el “escrache y patoteada” a Roberto Alemann y entonces han permitido no solo el desborde de los agresores, sino que otros más sientan que pueden decir lo que quieran y festejar este tipo de agresiones.
Las dos mujeres de Televicio en Canal 9 festejaban la agresión, y Pancho Ibáñez ni atino a detenerlas. Petinatto también se anoto en la lista de quienes defendieron a los patoteros, y también Guillermo Andino, junto a una periodista que ni se su nombre, una rubia ex movilera de “Radio Mitre Desinforma primero” quien en forma histérica solo atinaba a decir que en Argentina no hubo ninguna guerra, sino un genocidio de 30.000 personas. Sin dejar hablar a la señora Cruz cuando le señalaba que ni la Conadep tuvo más de 8.500 denuncias (y muchas de ellas son anteriores a 1976 inclusive).
Lo grave es el desborde intolerante de la izquierda, el retome de la violencia, algo que antes de Kirchner no se animaron a realizar. El festejo de algunos microfoneros se suma a ese clima de violencia por quienes creemos en la libertad.
Muchos piensan que no es para tanto, pero si no quieren tomarse el trabajo de leer historia, de recorrer la historia del nazismo, del comunismo y del fascismo, piensen que acá en Argentina desde que los cobardes golpearon a Roberto Alemann él tomo la decisión de no opinar nunca más en público, que su familia le ha pedido que no lo haga para evitarse un disgusto.
Cuando muchos se callaron y toleraron la agresión a Roberto Alemann no pensaron que lo estaban silenciando, sin embargo paso, y ahora van por más. Es hora de hombres y mujeres que les digamos basta.