N ° 6/2003
Buenos Aires, mayo 14 de 2003.-
Hace algunas semanas la comunidad colombiana fue sacudida cuando las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), asesinaron a Guillermo Gaviria Correa (gobernador de Antioquia) y a Guillermo Echeverri Mejía (ex ministro de defensa) , que habían sido secuestrados el 21 de abril de 2002 cerca de la localidad de San Francisco, en Antioquia. En la misma operación, las FARC mataron a 8 soldados que también se encontraban secuestrados.
Gaviria y Echeverri fueron secuestrados cuando realizaban una marcha pacífica contra la violencia y los bloqueos de las FARC a distintos municipios. Su acción por la paz molestaba a este grupo terrorista vinculado al comunismo castrista y al narcotráfico.
De inmediato los medios comenzaron a sostener que el Presidente Álvaro Uribe fue culpable de las muertes por autorizar una operación de rescate.
Frente a semejante difamación es bueno saber que con los delincuentes terroristas un Estado no debe negociar, sino imponer su autoridad, los únicos culpables de esas muertes son los delincuentes terroristas de las FARC no las autoridades constitucionales. Fueron las FARC quienes secuestraron a esas 10 personas y las asesinaron a sangre fría solo para evitar que fueran rescatadas.
¿Que objetivo perseguían las FARC con los secuestros de Gaviria y Echeverri? Que el gobierno constitucional soltara nada menos que 3.000 terroristas. A quienes las FARC y los medios llaman “rebeldes” (que poco falta para que estos asesinos sean llamados jóvenes idealistas y las fuerzas armadas colombianas genocidas).
Pero para los progres del mundo es más fácil echar culpas al Presidente Uribe, es el blanco ideal, porque no negocia con el terrorismo, quiere aliarse con los EE.UU. para combatirlos.
Las FARC aun retienen centenares de secuestrados, entre ellos otro ex ministro, una ex candidata presidencial, 12 diputados regionales, cinco ex congresistas, 50 miembros de las Fuerzas Armadas y 3 estadounidenses.