N ° 3/2003
Buenos Aires, marzo 19 de 2003.-
No es la primera vez que en Argentina se proscribe a un candidato o a un partido político, ni tampoco es la primera vez que alguien denuncia que se los proscribe cuando no cumple los requisitos legales para una candidatura. Los últimos acontecimientos de Catamarca son un capítulo más de estas historias, pero algo ha cambiado porque ahora se usa la violencia.
Luis Barrionuevo no es una persona muy distinta del Luis Barrionuevo de hace 3 o 5 años, no ha dejado de ser un sindicalista que vive muy bien, hace buenos negocios, especialmente en el Pami, e influye mucho en ciertos sectores del poder
Lo relevante entonces es analizar que sucedió en estos años para que Luis Barrionuevo se anime a “anticipar que habrá violencia” en discursos, entrevistas y dos días después grupos de matones y violentos impidan una elección quemando urnas y desatando una fuerte violencia. Todos podríamos saberlo, reconocerlo, pero exige analizar los hechos de los últimos años con alguna mirada distinta de la que nos regala el grupo Pravda y sus satélites, los periodistas alquilados por el gobierno actual.
Lo que falta en Argentina es un gobierno con capacidad política de administrar e imponer el monopolio de la fuerza, algo que resulta esencial al concepto de la existencia del estado como tal. Primero fue el gran incapaz de Fernando de la Rua que dejó avanzar una escalada de violencia y declaro el “estado de sitio” para los medios. En lugar de ordenar la detención de los promotores de la violencia y los saqueos renunció y levanto el “estado de sitio”.
Luego Adolfo Rodríguez Saa intento gobernar sin estado de sitio, y los que se habían en la ira popular para aumentar la violencia y expulsar a de la Rua del gobierno, fueron por el derrocamiento del presidente provisional por cuatro meses. Se animaron a abrir desde adentro las puertas del Congreso e incendiar un poco el primer salón (no mucho para su verdadero candidato pudiera jurar pocas horas más tarde), lo amedrentaron en la residencia de Chapadmalal y así obtuvieron su renuncia.
Duhalde y sus bandas tomaron por asalto el poder de la Nación, montados en la ira popular que causó el corralito, se alzaron con la presidencia que el voto popular les había negado dos años antes. Bandas de empresarios corruptos que buscaban licuar sus deudas con una pesificación y seguros de cambio, adueñarse del mercado interno mediante la devaluación y caída del salario real, políticos que solo cosechaban derrotas nacionales en las urnas, que creen en la pobreza y la prebenda como medio de control del pueblo, piqueteros extorsionadores que no desean trabajar y se montan en el “nuevo modelo productivo”, sindicalistas que necesitaban una nueva licuación de las deudas y quiebras de las obras sociales compulsivas, agrupaciones universitarias que viven haciendo política del dinero que los argentinos pagamos para la educación, etc.
Cuando gobernaba Carlos Menem ninguno de todos ellos se animaba ni a mostrar su cara violenta, ni a practicarla aun en forma encubierta. Con de la Rua y Rodríguez Saa no mostraron la cara pero si desataron la violencia, enviaron sus “segundas y terceras” líneas y se alzaron con el poder. Ahora sabiendo que están en el poder, que nadie los ha juzgado y condenado por ello ni siquiera temen hacerlo a la luz del día, anticiparlo y luego ejercerlo.
Aun era joven cuando hace 30 años los argentinos votaban en marzo de 1973, no tanto cuando hace pocos días sucedían los lamentables actos para impedir la elección en la provincia de Catamarca. Lo curioso del caso es que en 1973 el Partido Justicialista tenía a su verdadero candidato, Juan D. Perón, proscripto por una cláusula que estableció el gobierno del General Lanusse por la cual se exigía una residencia mínima anterior e inmediata a la elección que el exilado no podía cumplir.
Perón no recurrió a la fuerza para impedir aquella elección de 1973. Buscó una solución política apoyando una fórmula –Cámpora, Solano Lima- quienes renunciaron al poco tiempo y así se abrió el camino para ser votado en septiembre de aquel año.
En 1994 al ser reformada la Constitución Nacional se sancionó una cláusula (la 9° disposición transitoria) que establecía “el mandato del presidente en ejercicio al momento de sancionarse esta reforma, deberá ser considerado como primer período”. Esta redacción fue realmente una proscripción personal de quien era Presidente entonces, el Dr. Carlos S. Menem, ya que no se refería a nadie más que a él. Una redacción constitucionalmente válida y no proscriptiva debería haber establecido por ejemplo “…… el presidente electo en 1995 no podrá ser reelecto en 1999…” así se hubiera referido a todos los argentinos y no solo a Carlos Menem. A diferencia de ello cuando el radicalismo reformó en 1985 la constitución cordobesa se ocupó que nada impidiera a Angeloz ser re-reelecto.
La defectuosa redacción de la mencionada cláusula exhibe sin tapujos la proscripción a Carlos Menem pero aún siendo ilegítima e inconstitucional por ese carácter, y de la intención de algunos de promover la re-reelección de Carlos Menem hacia 1999, como antes Perón tampoco Carlos Menem altero las reglas institucionales, ni generó violencia alguna para impedir el desarrollo de las elecciones.
Los dos líderes más importantes del justicialismo, los únicos que alcanzaron la presidencia mediante el voto popular, soportaron proscripciones legales sin recurrir por ello a la violencia para impedir las elecciones.
La constitución vigente de la provincia de Catamarca fue sancionada en 1998 por un gobierno justicialista. No proscribe a Luis Barrionuevo, solo establece un requisito legal para ejercer la gobernación de la misma que es la residencia inmediata anterior de 4 años para los nativos y 10 para los “no nativos” en su artículo 131. Lo que impide que Luis Barrionuevo sea gobernador es su pretensión de ser gobernador desde el puerto de Buenos Aires. Bastaría que deje de vivir en su casona de San Martín, Provincia de Buenos Aires y dentro de 4 años estuviera perfectamente habilitado para ser gobernador.
Barrionuevo pretende ser gobernador de Catamarca a pesar de, y contra la ley que debería cumplir en caso de ser gobernador. Pero no está proscripto, ni mucho menos, simplemente no cumple un requisito constitucional establecido hace ya muchos años. El Partido Justicialista está tomando la peligrosa costumbre de someterse a la voluntad omnímoda de algunos de sus caciques que por sus voluntades y odios lo auto proscriben en elecciones.
Unos porque no pueden ganar una elección interna, o no las ganaría su delfín. Barrionuevo porque quiere ganar desconociendo la constitución y la justicia de la provincia de Catamarca. El resultado es el mismo, han dejado a su partido sin candidatos en plena democracia.
Si mediante la violencia asaltaron el poder nacional ¿porque habrían de temer asaltar una provincia, querer violentar sus leyes y autonomías federales? Se trata del mismo grupo político que según la Corte Suprema ha abusado de su autoridad al decretar la pesificación Si se animan a violar los derechos de propiedad garantizados por la Constitución Nacional de millones de argentinos ¿porque no quemar unas cuantas urnas y forzar una nueva elección? Lo sucedido en Catamarca el 2 de marzo es la manifestación de un nuevo modelo de hacer política y consecuencia de la impunidad que ampara un gobierno designado, por quienes fueron derrotados por el voto popular en 1999.
El matrimonio Duhalde pretende hacerse el desentendido, como si las ambulancias y demás vehículos de la provincia de Buenos Aires que estuvieron en Catamarca meses haciendo campaña por Barrionuevo no lo hubieran hecho con su consentimiento, como si la Ministro de Trabajo, Graciela Camaño esposa del candidato Barrionuevo no hubiera repartido subsidios y planes trabajar a los militantes de la candidatura de su esposo. Como si Luis Barrionuevo y sus seguidores no hubieran estado repartiendo planes sociales y bienes llegados desde el gobierno nacional.
En 1973 y 1999 el Justicialismo siguió aquel principio de su fundador que dice “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”. En Catamarca hace 2 semanas bajo el liderazgo del Senador Barrionuevo se uso la fuerza para violar la ley. Lo de Barrionuevo es justamente aquello que también Perón condeno al decir “la fuerza es el derecho de las bestias”. Alguna vez Carlos Menem señalo que “la violencia es el recurso de los cobardes”.
El contraste es claro y terminante. Los Senadores Justicialistas solo necesitan recurrir a su historia y al ejemplo de sus dos máximos líderes, los únicos que lo llevaron a la victoria electoral nacional, para resolver la separación del cuerpo del Senador Barrionuevo.