N ° 2/2003
Buenos Aires, febrero 28 de 2003.-
Hace algunas semanas los medios nos inundaron de imágenes de manifestantes que querían darle una “chance a la paz”, aunque deberían más bien habernos dicho que querían darle una nueva chance a Saddam Hussein. Porque el pacifismo no busca darle una oportunidad a la paz sino a la continuidad de la dictadura de Saddam Hussein. Los periodistas progresistas no olvidan su vieja militancia socialista y por lo tanto antinorteamericana.
Lo que están desarrollando hoy en sumar al prejuicio antisemita el prejuicio antinorteamericano, de convertir a los norteamericanos en los culpables de todos los males, en una forma “mística y oscura”. En su europeísmo poco les importa que Hitler, Stalin, Lenin, Heydrich, Himmler, Beria, etc. fueran europeos, no, los malos siempre son los cowboys de los EE.UU.
Lo cierto es que detrás de las organizaciones siempre aparecen los mismos marxistas rodeados de algunas personas de buena voluntad, muchos resentidos con el poderío de los EE.UU. La impecable organización de marchas con grupos ordenados al mejor estilo estalinista no debe extrañarnos, ellos no disimulan su pasado comunista, inclusive en muchas ciudades llevaban sus banderas rojas.
Un caso basta de ejemplo la UPJ (United Peace & Justice) en los EE.UU. está dirigida por el partido Workers World Party (WWP), cuya dirección es la línea estalinista del disuelto partido comunista norteamericano. Es bueno recordar que el WWP respaldo la invasión de la URSS a Hungría en 1956, al gobierno chino por la masacre de Tiananmen, apoya al régimen de Norcorea. Otro es el IAC (Action Center) cuyo líder Ramsey Clark sostiene que Jesucristo fue un terrorista.
Por cierto reclamaban a la vez que los EE.UU. y Gran Bretaña se sujetaran a las decisiones de las Naciones Unidas, repudiaban a esos gobiernos y sus ejércitos, que son casualmente los únicos capaces de hacer cumplir las resoluciones de la ONU.
Pero no quieren la paz, quieren convertir a los norteamericanos en una suerte de nuevos culpables de todos los males de la humanidad, esta vez por la supuesta guerra que iniciarían en Irak, antes por el hambre, el agua, los transgénicos, el petróleo, etc. la verdad es que quieren evadir la culpa de los fracasos del socialismo en todo el mundo. Echan la culpa de la pobreza del tercer mundo al primero, pero en realidad la pobreza fue la regla de la historia. Los mismos EE.UU., Canadá eran países subdesarrollados hace 200 años, si hoy son ricos no es fruto del saqueo a otros sino del modelo capitalista democrático y republicano. No tenían ni la fuerza, ni la población para imponerse a los países centrales de ese entonces lo que demuestra la falsedad de esta posición.
Los europeos no quieren reconocer el “suicidio político” de sus élites y estados, ellos se lanzaron a guerras que los destruyeron, que mataron millones de sus ciudadanos, destruyeron gran parte de sus países y luego renunciaron a defenderse, delegando ese gasto y función en los norteamericanos. Hace años que están derrotados y quieren disimularlo, han dejado de ser guía de mundo.
Pero no se trata de la verdad, sino de echar la culpa de todos los males y frustraciones, descontentos a los norteamericanos. Es una nueva forma de racismo, cuyo patrón es el antisemitismo, sigue la misma regla que se sigue con los judíos, se busca convertir al pueblo norteamericano en la causa de todos los males y descontentos. No buscan la paz, quieren derrotar a los EE.UU., quieren sostener en el tiempo las fracasadas políticas de Francia, Alemania, la ONU, etc. Quieren decir que están a favor de la paz, mientras ella es la guerra al pueblo iraquí por parte de su propio gobierno, el peligro para sus vecinos.
Quieren la paz pero olvidan que existen terroristas que han declarado una guerra hace ya muchos años, una guerra cobarde que no la declaran oficialmente. Que hay países donde se entrenan, refugian, reciben apoyo económico, cuyos gobiernos no se animan a declarar la guerra oficialmente a Norteamérica, no usan soldados con uniforme, sino soldados disfrazados de civil, mezclados entre nosotros para poner bombas, dañar nuestras economías, sociedades, matar nuestra gente.
Pero luego del 11 de septiembre de 2001 el gobierno de los EE.UU. fue bien claro, las naciones que dieran refugio a terroristas, que sirvieran de puerto, apoyo estaban en guerra con ellos. No se puede pedir una declaración de guerra formal cuando el enemigo ataca en esa forma artera y cobarde, pero no se puede querer estar en paz con quien quiere suprimirnos y se siente en guerra con nosotros.
Así de sencillo es. Si quisieran la paz en forma sincera esos manifestantes y periodistas deberían reclamársela a los gobiernos que alientan y promueven el terrorismo, no a sus víctimas.
Se puede querer la paz cuando las partes tienen un mismo sentido de la vida y la palabra paz, pero cuando una de ellas quiere someter a la otra, la paz es solo un acto de cobardía frente a lo inevitable. Así les fue a los europeos cuando querían la paz y se aferraban a ella frente al nazismo. El mismo Gandhi recomendó a los judíos alemanes hacer una resistencia pacífica al nazismo para combatirlo y así resulto de mal ello para los judíos. Cuando Gandhi utilizó ese método frente a los británicos dio resultado porque estos querían la paz y compartían ciertos valores de convivencia, pero si el primer ministro británico hubiera sido un Hitler el resultado hubiera sido un baño de sangre.
Por eso la posición de los pacifistas es falsa e inmoral, no puede traer la paz.
Detrás de los pacifistas están los socialistas y comunistas de antaño, que derrotados en su sueño quieren cobrarse la venganza en este movimiento. Otras excusas, muchos nombres conocidos, organización, banderas y consignas también conocidos.
También es un mito que representen al pueblo, o alguna mayoría. ¿Cómo comparar esto? Los cálculos más elevados de los propios protestantes hablan de manifestaciones que movilizaron 6 millones de personas. Pero cada domingo solo en los EEUU hay 50 millones de personas asistiendo a misa. En New York se registraron 100.000 manifestantes según el Washington Post (opositor al gobierno de George W. Bush) pero cualquier recital de un cantante de moda en Central Park reúne más de 750.000.
En cuanto al terrorismo y las guerras no declaradas los argentinos conocemos de esto. Aunque la “historia oficial” que desde Alfonsín nos quieren imponer intenta borrar que fuimos víctimas de una guerra no declarada por terroristas comunistas en los años 60 y 70. No teníamos el poder, ni la capacidad de invadir Cuba y otros santuarios del terrorismo comunista, solo de combatirlos aquí. Pero de haber podido invadir sus refugios deberíamos haberlo hecho. De haber podido combatir a las naciones que nos hacían la guerra sin declararla debimos haberlos combatido.
No hay que confundir la paz, el deseo de la paz con el pacifismo. La paz podemos desearla todos los seres humanos de bien, sinceros y tolerantes. El pacifismo es una ideología que ha demostrado su complicidad con cuanto genocida encuentra, en especial si los EE.UU deciden enfrentarlo.