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N ° 03/2002

Buenos Aires, mayo 13 de 2002.-

Mentiras y contradicciones por James Carter y Fidel Castro

      En Cuba según repiten Fidel Castro y sus acólitos por el mundo entero no hay presos políticos. Sin embargo cada vez que algún figurón importante visita la isla Fidel Castro le hace la “graciosa concesión” de liberar alguno.

      Esta vez Fidel Castro libero a Vladimiro Roca, quien estaba detenido hace ya cinco años. La causa ha sido congraciarse con el inefable Jimmy Carter, recordado ex presidente de los EEUU por aquello que no podía caminar y mascar chicle al mismo tiempo ya que se confundía.

      Sería hora que algunos colaboracionistas del corrupto y sanguinario dictador como Gabriel García Márquez por ejemplo, expliquen como puede ser que Fidel libere presos políticos si ellos no existen. También los progres, que encabezan Carrió, Alfonsín, Storani, Moreau vernáculos que insisten en no condenar las violaciones de derechos humanos de quien declaro la guerra a nuestra patria con su terrorismo guerrillero en las décadas de 1960 y 1960.

      El gobierno de los EEUU pocas horas antes que Carter anunciara su visita a Cuba incluyo a la dictadura castrista entre los países que elaboran armas bacteriológicas con fines terroristas. La respuesta de Castro fue demandar que se exhiban pruebas, algo que él bien sabe es imposible salvo que se pongan en peligro las vidas de quienes hayan informado de ello. Cuba se halla gobernada desde más de 43 años por un régimen totalitario, bajo el más absoluto manto de terror y violencia estatal, Castro se ha ufanado de los avances de su “industria” bacteriológica. Claro que ahora que resulta más peligroso el juego quiere hacerse el inocente.

      Del terrorismo castrista, más amplio que cubano, no se necesita mayores pruebas ya que muchos de sus militantes han reconocido y reivindicado sus crímenes como lucha de liberación. Entre ellos tenemos en Argentina por ejemplo a Horacio Verbitsky, Martín Caparros, Eduardo Anguita, et. Otros como Jorge Masetti (h) han manifestado su arrepentimiento y desnudado las terribles mentiras de la propaganda castrista. Para no recordar los ex “periodistas” que Verbitsky y Lanata tenían trabajando en Página 12 y estaban entre los guerrilleros del MTP que el 23 de enero de 1989 intentaron tomar el Regimiento de Infantería 3, de La Tablada para culpar a nuestro Ejército Argentino de estar envuelto en un “golpe de estado”.

       La reacción de Castro consiste en invitar a un inimputable como Jimmy Carter, o peor aún un colaboracionista de su régimen a visitar sus “centros de investigación” ¿Cómo si Carter pudiera distinguir una vacuna de un virus preparado para una bomba bacteriológica, o sepa si le ocultan algún otro? Carter también saboteo la política del gobierno de los EEUU en la crisis de Haití tomando iniciativas que condicionaron luego la gestión de Bill Clinton

   Carter es un extraño caso que se viene salvando de ser juzgado por algún fiscal norteamericano, sino por traición a su patria al menos por usurpación de poderes. Una de ambas cosas es que un expresidente en una república se dedique a sabotear políticas de los gobiernos elegidos constitucional y democráticamente. Tal vez lo salva ser un expresidente.

       Carter parece un caso grave de patología de alguien que extrañamente no se resigna a ser expresidente, que usurpa facultades de los elegidos democráticamente, y condiciona sus políticas. También resulta extraño que el pueblo y la justicia norteamericana toleren esta usurpación, que además hasta produce gastos del tesoro.

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