N ° 03/2002
Buenos Aires, mayo 13 de 2002.-
Además de su absoluta ignorancia en materia económica el usurpador Duhalde en el programa de Mariano Grondona se mostró como un mentiroso profesional. Claro que para ello tuvo la complicidad del mismo Grondona y su equipo, y sino fue complicidad son tan burros como el mismo Duhalde. Veamos:
Duhalde afirmo que había devaluado el mercado, no él, porque en los bancos no había suficientes dólares para cubrir los depósitos. A esta altura es sabido que los dólares de las reservas eran propiedad de los tenedores de pesos físicos, es decir de los billetes de recibo emitidos por el Estado vía el Banco Central que decían que por cada peso del billete había en depósito un dólar propiedad del tenedor del billete en cuestión.
El dinero bancario es fraccionario, es decir que existe un multiplicador en razón de las transacciones, créditos, depósitos, etc que suceden en el sistema bancario. En otras palabras cuando yo deposito en el banco, este se los presta a Juan que se compra un auto, y el concesionario lo deposita, paga a la fábrica que también deposita, etc. en otros bancos que a su vez vuelven a prestarlo y reiniciar la cadena multiplicadora.
Por eso la afirmación de Duhalde es falsa, jamás existieron esos dólares, eran fruto de la actividad y circulación económica y dineraria. No existen en los bancos argentinos, como tampoco en los bancos norteamericanos, ingleses, alemanes, españoles, franceses, israelíes. Si alguien quisiera que se devuelvan simultáneamente todos los depósitos del sistema bancario de cualquiera de esos países la situación se volvería tan grave como acá.
Por eso afirmar eso como justificación de su decisión de empobrecer al pueblo argentino y destruir el orden económico que permitía invertir, crear riqueza, pagar salarios e impuestos es una mentira inaceptable.
También Duhalde echo culpas a gobiernos anteriores de la situación que ha quebrado al sistema financiero sosteniendo que su gestión no tiene nada que ver.
Claro que para ello volvió a contar con el silencio cómplice de don Mariano y su equipo, quienes no preguntaron, ni comentaron lo más sencillo que existe ante esa mentira, me refiero al menos a la cuestión del “CER o no CER”. Y esto no es una broma de Shakespeare, ni un error de tipeo.
Todas las idas y vueltas de la pesificación y asimetrías han establecidas por el gobierno duhaldo alfonsinista frepasista terminaron vaciar el patrimonio de los bancos, de alimentar el pánico de los ahorristas. Con todo ello ya no habrá sistema financiero.
El corralito lleva poco más de cinco meses de vida, de ellos 4 corresponden a Duhalde, durante ese plazo se fugaron $ 14.642 millones de depósitos, en los meses de abril y marzo la caída fue de $ 4.096 y $ 4.597 millones. En los 6 meses anteriores al corralito el retiro de los ahorristas fue de casi U$ 17.378 millones. Debo advertir que ambas cifras deberían ser en dólares salvo que la pesificación lleva a esta falsa diferenciación.
La lista sería larga y aburrida, pero alcanza un poco para desnudar las mentiras del usurpador.
El programa al igual que todos donde aparecen él y su esposa mostró una amplia publicidad, perdón propaganda, del Gobierno Nacional. En otras palabras la complacencia de los periodistas es alquilada con nuestro dinero.
Deje para el final una mentira de la cual Duhalde no es el exclusivo irresponsable. Durante varios años se nos dijo que dos de los mayores problemas que producían recesión, pobreza eran la convertibilidad del peso con el dólar y el pago de la deuda pública (los zurdos la llaman externa aunque la mayor parte sea con argentinos)
Ya devaluaron, tampoco pagan la deuda pública. Además establecieron las retenciones a las exportaciones (apropiación indebida de dinero ajeno), y el impuesto a los créditos y débitos bancarios (el impuesto al giro de la rueda), con todo ello han obtenido tener un déficit fiscal igual al que existía antes. Eso si devengando deuda con proveedores, exportadores, jubilados actuales y futuros, acreedores, en suma han destruido la economía para estar peor.
Sin embargo siguen mintiendo y echando culpas a otros, a veces a los banqueros, otras al FMI, a los EEUU, a Banco Mundial, a los empresarios y especuladores.