N ° 1/2003
Buenos Aires, febrero 11 de 2003.-
La usual maquinaria de propaganda del estado argentino incapaz de pagar sus deudas, de pagar a los jubilados está gastando fortunas en “publicidad” sobre el éxito turístico del verano argentino.
Los medios con sumo cuidado se encargan de ocultar la información de los reiterados robos en balnearios y rutas para evitar que los argentinos sepan la inseguridad que la mejor policía del mundo nos da en la costa bonaerense. Los medios nos abruman con cifras de récord de turistas en las playas, cuyas arenas por calidad y precios han desplazado las sucias playas caribeñas, brasileñas, mejicanas, dominicanas, floridianas, etc. Nuestros cálidos mares han sido elegidos ante esas sopas que son los mares de las playas mencionadas.
Ninguno puede explicar, ni lo intentan que un país cuyo gobierno ha creado siete millones de nuevos pobres entre mayo y diciembre este lanzado a vacacionar, reviente los balnearios. Porque la explicación resultaría incómoda al repartidor de tanta publicidad oficial, es decir a Scioli, quien pretende ocupar altos cargos.
La verdad es que la gran mayoría de los argentinos no ha podido veranear, salvo por ejemplo los líderes piqueteros que se han llenado los bolsillos con sus extorsivas prácticas. Los argentinos que se volcaron a las playas tampoco las eligieron, sino que como sucedía hasta hace 10 años no tuvieron otra opción que quedarse encerrados en Argentina. Son los menos quienes pueden gozar de esas vacaciones, pero lo que es cierto es que no eligieron veranear en Argentina, sino que ya no pudieron elegir lo que antes podían.
Este aumento de la demanda ocasionó que se elevaran aún más los precios de los balnearios, alquileres, comidas, entretenimientos, etc. de forma tal que muchos que antes podía veranear en ellas ya no pudieron pagarse algunos días de descanso. Y los que debieron cambiar playas extranjeras disfrutaron de las colas y sobreprecios en la costa bonaerense, de los hurtos mientras ellos tomaban sol, de pagar por una carpa o sombrilla más que por un hotel sobre la playa mejicana.
Tampoco es una corriente masiva de turistas extranjeros. Aunque hagan esfuerzos por engañarnos cada semana las compañías aéreas internacionales anuncian reducción de vuelos a Argentina, o que simplemente dejarán de venir. ¿Por qué si vienen tantos turistas extranjeros ya no vienen Delta, Mejicana de Aviación? ¿Por qué American Airlines, United, Lufthansa, Pluna, etc. han reducido sus vuelos a prácticamente en un 50%?
Debe ser que vienen muchos turistas.
Y los que vienen disfrutan de los hoteles construidos en los años de Carlos Menem, de las inversiones que se hicieron cuando el modelo menemista llenaba el país de nuevos hoteles, aeropuertos, llegaban nuevas líneas aéreas, las que operaban aumentaban sus frecuencias.
Aun cuando Scioli tenga la “simpatía” de tantos medios agradecidos de sus generosas pautas publicitarias, la verdad es que las inversiones en turismo se hicieron durante la gestión económica que este gobierno al que hoy pertenece Scioli destruyó. Las demás cuestiones por las cuales muchos argentinos no pudieron siquiera pensar en viajar al exterior tampoco las hizo Scioli, entre ellas están las restricciones a comprar divisas extranjeras, el robo de los ahorros y depósitos en bancos, el default, la pesificación y la devaluación. Son todos desastres del desgobierno que integra.
Eso es lo que Scioli no hizo.
Lo que sí hizo Scioli es designar a su novia como asesora en la Secretaria de Turismo, hasta entonces Karina Rabollini era solo una ex modelo, que lanzada a producir ropa interior femenina había quebrado. Desde que Scioli obtuvo su cargo el noviazgo comenzó y ella se consiguió una designación como asesora por unos pocos más de $ 6.000 mensuales, y pudo lanzar una nueva compañía de productos de belleza.
También Scioli continuó con las generosas contrataciones publicitarias y de refacciones, de paquetes turísticos que hacía el sushi Hernán Lombarda en forma directa para evitarse la incómoda licitación pública.
Para poder continuar esa exitosa gestión sushi de Lombardi, Scioli tendría guardados ciertos expedientes de los organismos de control que recomendaban una investigación administrativa, la cancelación de los contratos y en muchos casos la promoción de acciones penales contra el “exitoso” amigo de Antonito.
Y ya que aspira a ser vicepresidente o jefe de gobierno de nuestra maltratada ciudad de Buenos Aires viene bien recordar que Danielito se había construido un “deck” en un aire y luz de un departamento en Avenida Callao. El “deck o balcón” era ilegal y termino su existencia en un incendio por una conexión eléctrica defectuosa. En aquel incendio si mal no recuerdo murió un portero que intentaba salvar a otra víctima del empuje del motonauta.
Los pasillos tribunalicios siempre recuerdan que la investigación penal tuvo cierto manoseo inexplicable para evitar que el dueño del “deck” tuviera que pagar alguna culpa.
Eso sí que lo hizo Scioli.
Debe ser por todo eso que el duhaldismo lo promociona tanto. Debe correr mucha plata en el periodismo para que todo esto sea un “éxito” del gobierno.