N ° 1/2003
Buenos Aires, febrero 11 de 2003.-
Mientras las usinas oficiales se empeñan en presentar las delicias del “veranito” económico, el ministro de Economía Lavagna ordeno confeccionar nuevas estadísticas para desmentir al INDEC y la metodología empleada por muchos años y aceptada por todos como válidas.
Sucede que por mucho que quiera el gobierno, desde mayo del 2002 en la Argentina hay siete millones de nuevos pobres. Gracias al éxito de la pesificación, devaluación, ruptura de contratos, confiscación de depósitos, emisión de nueva deuda, etc. en nuestra patria existen más de 21 millones de compatriotas (57,5%) que no pueden cubrir sus necesidades básicas. Y de ellos 9.960.000 viven debajo de la línea de indigencia.
Por otro lado lanzaron con bombos y platillos el superávit comercial de U$ 16.358 millones, pero al leer las cifras completas se advierte que las importaciones cayeron un 56% neto, y las exportaciones un 5%. Lo que demuestra que la devaluación y pesificación no fue ni competitiva, ni productiva.
Las ventas de computadoras cayeron un 65%, y la venta de autos fue igual a la de 1960. Pero Duhalde, Atanassof, Aníbal Fernández y Lavagna insisten en hablarnos del éxito de su programa económico. Presentan una recaudación fiscal récord en forma nominal de $ 5.400 millones (equivalen a U$ 1.600 millones) sin incluir que no pagan deudas, proveedores, que recaudan sobre impuestos que destruyen la inversión y la producción como el impuesto a los cheques, las retenciones a las exportaciones. Peor aún es que han generado una deuda de U$ 2.500 millones mensuales.
Este gobierno está creando deuda a una velocidad y montos que el próximo gobierno y muchas generaciones de argentinos tendrán que pagar con enormes sacrificios. En el año 2001 se debía poco más de presupuestos anuales, hoy se deben 13,6 presupuestos anuales, o se debía un 60% del PBI y hoy se debe un 160%. Han llevado la deuda pública de U$ 144.279 millones a U$ 186.478 millones, un 29% más, un récord del cual deberían avergonzarse, sino tienen el valor de suicidarse.
Otro punto para medir el éxito del plan pesificador es analizar el precio de algunas empresas que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires eso permite comprobar la brutal destrucción de riqueza que realizaron los gobiernos desde el año 2000 a hoy. A fines de enero todos los bancos que cotizan en ella tenían un precio total de alrededor de U$ 503 millones, me refiero a los bancos Galicia, Macro/Bansud, BBVA Francés y Río. Cuando en 1998 el Banco Santander adquirió las acciones del Banco Río de la familia Pérez Companc pago U$ 800 millones, a fines de 1999 se cotizaba el Banco de Galicia en más de U$ 3.000 millones.
Las compañías eléctricas desde las privatizaciones y concesiones han invertido más de U$ 11.000 millones, hoy Central Puerto y Capex valen juntas menos de U$ 27 millones, y si mal no recuerdo en la privatización por la venta de Central Puerto el Estado Nacional recibió varios cientos de millones de dólares.
Alindar, proveedora de acero de gran parte de la industria argentina vale U$ 84,5 millones, es decir menos que el pase de Gabriel Batistuta y Hernán Crespo.
No importa cuanto esfuerzo hagan por decirnos que estamos de veranito, de reactivación, son los números concretos los que muestran sus mentiras, la enorme tarea que aguarda a todos los argentinos, y la enorme importancia de nuestro voto el 27 de abril.