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N ° 1/2003

Buenos Aires, febrero 11 de 2003.-

DESVERGÜENZA POLÍTICA Y EMPRESARIA

Siete millones de nuevos pobres no parecen alcanzar para que algunos pseudo empresarios sigan proponiendo políticas de privilegio, subsidio o en otras palabras de robo a los demás argentinos.

No les alcanza la brutal pesificación asimétrica, ni la brutal devaluación que empobreció a la gran mayoría. Siguen reclamando un dólar bien alto para mantener la “competitividad” de sus exportaciones. Las que cayeron un 7% solamente en el año 2002. No exportarán más pero si podrán tener un mercado de pobres cautivos que les paguen precios altos por muchas de sus porquerías.

Tienen dólar alto, altos aranceles aduaneros, restricciones cambiarias y aún lo quieren más alto y se cuidan bien de explicar que un dólar caro significa alimentos caros para los demás argentinos, inexistencia de crédito, inversiones, etc. En otras palabras que significa salarios más bajos, menos demanda agregada y más pobreza.

Tampoco explican muy bien que quieren cuando dicen mecanismos facilitadores de crédito, y no lo hacen porque lo que en verdad quiere decir eso es que la banca estatal los siga financiando con dinero ajeno, y refinanciando las deudas que jamás pagaron, ni pagarán. O fondos de “desarrollo” que se llevarán entre los amigos del gobierno de turno mientras no generan ningún desarrollo.

Claro que sus reclamos se conjugan con quienes quieren una economía cerrada que permita desarrollar el clientelismo político y echar las culpas de sus ideas equivocadas a los países extranjeros, al FMI (que se equivoca casi siempre, pero al que vamos para financiar las políticas socialistas de muchos votantes y políticos).

Se suman las ONG y consultoras, llenas de chantócratas que se hacen llamar técnicos, que viven de los dineros del estado y de los créditos de organismos multilaterales. Siempre con el dinero ajeno, el del pueblo, sea el que se roban vía impuestos injustos o vía dejarles mayor deuda pública.

Entre las políticas para cerrar la economía y ayudar a los empresarios amigos Aníbal Fernández suscribió en la sede de la UIA una resolución ilegal y delictiva por la cual estableció un sistema de preferencia en las adquisiciones del Estado por el cual las “empresas nacionales” tendrán que ser adjudicadas en sus ventas al estado si su precio es hasta un 7% más caro que una extranjera. Es de hacer notar que eso implica una malversación de caudales públicos ya que están disponiendo como regla que se pague más caro, sospechosamente la cifra parece reflejar el monto de las coimas que las empresas nacionales suelen cargar en sus precios. A Massuh y muchos de sus cómplices en la UIA ni les importa disimular, reciben al funcionario para que firme la resolución ante ellos, se abrazan, la celebran y ya “cuentan” sus ganancias futuras. No les alcanza el dólar recontra alto para ser competitivos, no ya a la hora de exportar sino a la hora de vender caro y malo al Estado Argentino.

Una herramienta de esta política de empobrecimiento es que la propaganda y lavado de cerebros sea realizada en forma sistemática, lo cual explica el decreto por el cual el Estado Nacional ha de salvar las “empresas del patrimonio cultural”, léase -en primera fila- Clarín, La Nación. Las cuales también serán acompañadas por muchas otras. Este es un nuevo escándalo de corrupción “legalizada” por el cual los funcionarios que intervengan y los empresarios que reciban beneficios deberían ser juzgados. El escándalo del fondo creado por el Decreto 2.705/2002 solo está disimulado por los beneficios que los dueños de los medios de comunicación esperan recibir.

Es de hacer notar que no existe ninguna obligación para los empresarios y directivos de las empresas culturales de primero capitalizarlas ellos mismos. Que los 19 millones de pobres de nuestra Argentina van a capitalizar y ayudar a pagar las deudas de personas que viven casas suntuosas, tienen los autos más caros, viajan en primera, toman y comen en los restaurants más caros, vacaciones a todo lujo, etc. ¿Porqué debemos pagarles su tren de vida a todo trapo, sus gustos, sus vicios, sus amantes –de ambos sexos-, sus viajes? ¿Porqué andan haciendo campaña como la “del hambre más urgente” como si realmente no fueran ellos también culpables de los 5 millones de niños y madres con hambre?

¿Qué derecho tienen de recibir dinero del Estado cuando su bancarrota es fruto de su pésima gestión? ¿Porqué debemos salvarlos y ellos seguir en sus sillones como si realmente fueran empresarios de verdad? Al menos deberían ser echados a patadas y exigírseles que aporten las indemnizaciones con el total de sus patrimonios.

Clarín por caso estaba en dificultades antes de la devaluación, mucho antes. Cuando se endeudo para comprar medios de comunicación a precios de locura para crear su monopolio. Luego impulso la devaluación, por lo tanto que sufra las consecuencias es lo justo.

El gobierno primero crea la dificultad –la deuda en moneda extranjera en el extranjero- que alega el decreto como causa que es la devaluación y luego aumenta tributos y endeuda aún más al país entero para pagarles la deuda a sus cómplices.

Es de destacar que además el sistema creado por el decreto 2705/2002 establece que el Estado a través del fondo fiduciario podrá “capitalizar las empresas y suscribir capital, comprarles activos, darles avales, fianzas, comprar y vender acciones, etc. Es decir un verdadero festival de corrupción que vendrá de las coimas para acceder a los beneficios, del valor a darle a las acciones y otros activos que malvendan al Estado Argentino, o de pasarle los clavos y quedarse con las unidades de negocios rentables, etc.

El capitalismo democrático requiere una ética adecuada al mismo y a sus fines, donde cada uno tiene la misma libertad para elegir, e igualdad ante la ley. Cuando los empresarios no la tienen, se dedican a obtener privilegios, prebendas, a no pagar por sus fracasos (quebrar) entonces existe un “capitalismo prebendario”, como en la Edad Media, cuando la pobreza y la inamovilidad social eran la regla. Entonces no existía la televisión, ni Hollywood, y es algo que esos políticos y empresarios deberían considerar porque las personas no han de tolerar su contubernio y desvergüenza

Cuando Kirchner, Carrió, etc. hablan de crear nuevas empresas estatales no hacen otra cosa que continuar la política de estatización y defraudación que ha comenzado con este decreto. Pero este decreto no es obra solo de políticos, sino de empresarios y lobbystas inescrupulosos, que no vacilan en seguir creando miseria y hambre para los demás argentinos.

Y ya que estamos en esta cuestión hay que destacar que las compañías de servicios públicos concesionadas que hoy critican algunos candidatos son justamente aquellas donde actúan “empresarios nacionales”, trenes, carreteras, aeropuertos (como el Jorge Newbery donde no hay toallas de papel para manos a pesar de la tasa de embarque), correos, etc. Son aquellas donde muchas veces hay “subsidios estatales”, o en forma permanente se discuten renegociaciones de los contratos. Mientras que las compañías privatizadas a capitales y empresarios extranjeros se las critica por otras cuestiones pero pocas veces por la calidad de sus servicios, aunque este gobierno y los de muchas provincias las están asfixiando y pronto la calidad de sus servicios serán bastante peores que en la actualidad.

En cuanto a crear nuevas compañías estatales es una soberana estupidez que un país que no puede pagar sus deudas, las jubilaciones, pensiones y que además existan políticos que quieran jugar a ser empresarios estatales otra vez, obviamente con el dinero ajeno. Son los políticos incapaces de manejar lo que deben, seguridad, justicia y defensa nacional que encima quieren hacerse los empresarios.

Esa propuesta es una inmoralidad absoluta. Gastarse el dinero en actividades económicas que se hacen con capitales privados mientras se deja de pagar salarios y jubilaciones, se aumentan impuestos, etc. para que ellos usen el dinero en crear empresas que siempre terminan además siendo fuente de mayor corrupción. Si alguien tiene dudas debe recordar que este gobierno lleno de sensibilidad social ha decidido pagar la deuda a los jubilados mayores de 85 años en 18 cuotas y a quienes tienen más de 80 años y menos de 84 en 36, y los que tengan menos de 80 con Boden 2007!

También cabe calificarla de nostálgica, estúpida e inoportuna, porque mientras negamos pagar deudas, reclamamos ayuda de otros países después decimos que usaremos el dinero para hacer empresas del estado, algo de lo que mucho costo salir, y que sobre todo trajo mucha pobreza y atraso, desinversión, etc. Las empresas del estado no toman sus decisiones en base a viabilidad económica, a rentabilidad sino a “criterios políticos”, léase pérdidas a pagarse por la ciudadanía para chapeo de los políticos.

Para quienes creemos en un país federal además estas propuestas contienen un grave peligro, ya que toda empresa estatal termina por ser usada “electoralmente” en las grandes ciudades empobreciendo al interior del país, sumiéndolo en el atraso y el desarraigo. No solo las alejan de la integración, las despueblan sino que también violan su autonomía federal. El caso del petróleo es ejemplar también para las provincias ya que la producción aumento un 61% desde la privatización de YPF, y ellas cobran anualmente en conjunto más de U$ 690 millones en regalías, cuando en 1993 de YPF solo recibían U$ 390 millones y cuando el gobierno quería, no cuando debía.

Para los más jóvenes no está demás recordar los años gloriosos de la electricidad estatal, cuando Terragno (ministro de obras y servicios públicos); Lavagna (secretario de Industria) y Alfonsín habían impuesto la “veda eléctrica”, y los diarios anunciaban los turnos de corte en cada barrio, o la televisión para evitar el consumo solo transmitía 3 horas por día. Los ferrocarriles perdían casi U$ 2 millones por día (incluyendo feriados), YPF también competía por esas pérdidas y encima absorbía el crédito que necesitaba la empresa privada, ENTel tenía como gran programa el Megatel (pague hoy U$ 1.000 un teléfono y espere 36 a 48 meses para recibirlo). Falta de gas en invierno, Aerolíneas Argentinas perdía más de U$ 1.000 millones cada 5 años y por su monopolio no existían líneas privadas, con lo cual los pasajes dentro del país eran inalcanzables para casi todos. Aunque estos son algunos de los ejemplos del éxito del Estado Argentino como empresario ¡Y aún no estábamos en default!

Hoy las compañías de teléfonos, Repsol YPF, las eléctricas no solo nos proveen los servicios en forma adecuada –aunque si esto sigue nadie sabe cuanto tiempo podrá durar- sino que son importantes pagadores de impuestos. Por cierto esta es una cuestión no menor porque si el Estado decide invertir el dinero de los impuestos en “organizarles” una competencia carecería de justificación moral y legal que se les cobre impuestos. Nadie en su sano juicio financia a su competidor, y obligarlo a punta de “jueces y leyes” no es constitucional.

Y para quienes andan por ahí diciendo que “se vayan todos” hay que hacerles notar que si los políticos crean empresas estatales en lugar de irse todos o algunos, vendrán muchos más.

 

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