N ° 10/2002
Buenos Aires, agosto 26 de 2002.-
La verdadera historia
El 15 de agosto de 1972 se produjo una fuga masiva de terroristas del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y Montoneros que cumplían condenas por entre otros delitos atentados, secuestros y homicidios condenados en juicios regulares, con asistencia de abogados defensores por jueces naturales conforme establece la Constitución Nacional, en el Penal de Rawson, Chubut. Fue una operación conjunta de las tres organizaciones terroristas, hecha con la participación inclusive de sus abogados defensores, que eran miembros activos de las mismas, como Abel R. Amaya entre otros. Esos abogados en traición de sus deberes profesionales introdujeron las armas y efectuaron los enlaces con el exterior para facilitar la fuga.
Se fugaron varios cabecillas importantes: Roberto Quieto, Marcos Osatinsky y Mariano Pujadas de Far; Enrique Gorriarán Merlo, Domingo Menna, Roberto M. Santucho con su esposa Ana María Villareal del Erp y Fernando Vaca Narvaja de Montoneros. Dejaron atrás a sus camaradas de armas de menor rango.
La fuga sucedió porque casi todos los guardia cárceles fueron extorsionados con amenazas de los terroristas contra sus mujeres e hijos. De hecho los terroristas por vía de esas extorsiones se transformaron en los dueños del manejo interno del penal. Al huir los terroristas algunos pocos guardia cárceles resisten y caen heridos dos de ellos cumpliendo con su deber, J. Galárraga y J.G. Valenzuela. Estos habían resistido a las presiones recibidas. Este último caído en el suelo inerme, fue rematado por Ana María Villareal de Santucho, con el clásico disparo en la nuca enseñado por la CHEKA, la GPU, la NKVD y la KGB, es decir por los organismos de seguridad comunistas de la ex U.R.S.S.
Los cabecillas terroristas se fugaron hacia el aeropuerto local, donde otro grupo terrorista había secuestrado un avión de Austral tomando de rehenes a los pasajeros. En ese avión parte de los terroristas escapan hacia Chile donde el régimen títere de Fidel Castro encabezado por Salvador Allende les da “protección y asilo”.
Al no esperar a sus camaradas de armas otros diecinueve terroristas que se atrincheraron en la aerostación con más rehenes. Rodeados por fuerzas de Infantería de Marina y de la policía se rindieron posteriormente, quedando detenidos por orden del Juez competente en la Base Aeronaval de Trelew ante la notoria falta de seguridad del penal de Rawson. En el aeropuerto de Rawson estaba también el coronel del Ejército César Perlinger, quien resultó ser integrante de la banda Erp.
Días después, el 22 de agosto de 1972 los terroristas detenidos en la Base Aeronaval de Trelew realizan un nuevo intento de fuga. Esta vez fallido. Convencidos de su impunidad ante la situación gozada en el penal anterior, promovieron un motín con gran desorden. Aprovechando un descuido fue desarmado y tomado del cuello como rehén por el oficial de la Armada Argentina Mariano Pujadas. Aprovechando la sorpresa del momento los terroristas se abalanzaron todos contra el atónito personal militar que les apuntaba con pistolas ametralladoras a corta distancia en ese local cerrado. El oficial Pujadas consigue desprenderse y arrojándose al suelo entre los terroristas, ordenó abrir fuego, aun con riesgo de su propia vida.
Por el fuego a quemarropa mueren dieciséis de los terroristas y quedan tres heridos graves, los cuales son trasladados al Hospital Naval de Puerto Belgrano donde fueron atendidos y salvadas sus vidas.
La inserción de algunos grupos terroristas en el sindicalismo hizo que algunos de los muertos fueron velados en la CGT de Bs. As. Poco más de dos años más tarde esos mismos terroristas asesinaron a José Ignacio Rucci, Secretario General de la CGT y fue velado en el mismo lugar.
En nombre de Renovación y Cambio de la UCR participó de los “homenajes terroristas” a sus camaradas Leopoldo Moreau.
Los tres terroristas heridos y salvados por médicos navales fueron Envar el Kadri, María Antonia Berger y Camps. Los amnistiaron en mayo de 1973 y al menos los dos últimos pasaron enseguida a la clandestinidad, en lucha contra el gobierno peronista constitucionalmente elegido por 63% de votos. Ambos perderán sus vidas en esa nueva etapa de la guerra revolucionaria argentina de los 70´.
Entre los terroristas muertos en el combate que ellos iniciaron estaba Ana María Villareal de Santucho, la reciente asesina del guardia cárcel Valenzuela. Por supuesto esta terrorista pasó a ser presentada como una víctima inocente según la falsa historia montada por el marxismo desde entonces. Para la propaganda marxista dichos acontecimientos pasaron a ser parte del folklore de la terrorista presentando la fuga como un asesinato premeditado de las FFAA.