N ° 09/2002
Buenos Aires, agosto 09 de 2002.-
Hace unas dos semanas estaba de moda alabar las recomendaciones de los cuatro notables que el FMI mandó para encubrir su consejo a favor de la devaluación. Como ya expliqué en el número anterior estos cuatro notables solo defendieron a sus empleadores y su curro de consultoría, ya que no aportaron nada.
Extrañamente a nadie, a excepción hecha de Pedro Pou y Jorge Ávila, se le ha ocurrido preguntarse si la “convertibilidad” es la culpable de todos nuestros problemas anteriores porque Brasil que tiene moneda de libre flotación se halla en un proceso de semejante gravedad. Brasil ya disfruta de 3 años de devaluación y libre flotación, pero vuelve a necesitar una ayuda extraordinaria.
¿Fue la convertibilidad entonces el problema? No. Ha sido la desastrosa gestión que realizaron los gobiernos de De la Rua y Duhalde, y el default anunciado por Rodríguez Saa celebrado por el Congreso Nacional.
¿Es la libre flotación de una moneda nacional la solución mágica? Tampoco como demuestra el caso del Brasil.
Claro que estos dos contrastes no se discuten porque demuestran la imbecilidad de las palabras de los cuatro notables al rechazar la dolarización, el desastre de los consejos del FMI, y de las gestiones de los gobiernos desde el 10 de diciembre de 1999.