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N ° 02/2002

Buenos Aires, abril 30 de 2002.-

EL SOVIET DUHALDISTA

       Duhalde jamás hizo nada como no sea gastar dinero ajeno. Su fama de hacedor obedece a la complicidad del Grupo Clarín pagada con suculentas pautas publicitarias de la gobernación bonaerense, del quebrado grupo del Banco de la provincia de Buenos Aires, y un largo listado de periodistas alquilados bajo el mismo sistema.

       Por otro lado Duhalde solo ha hecho obras públicas muy caras con dinero de los contribuyentes. Duhalde con su dinero no ha construido, realizado nada.

       Este perfecto incapaz de gestionar, crear nada que no sea una estructura política de poder y opresión y financiada con el dinero del pueblo confiscado vía impuestos extorsivos.

       En demostración de su incapacidad primero esmerilo a su ministro de economía y luego obtuvo su renuncia, pero necesito más de cinco días para encontrar un reemplazante, ello en una situación que su desgobierno nos tenía sometidos a un feriado bancario soviético.

       El feriado bancario que ayudado a hundir más nuestras economías empresariales y personales fue establecido para impedir que se cumplan sentencias judiciales. En otras palabras el Banco Central de la República Argentina, el Congreso de la Nación, el Presidente de la Nación, e inclusive los fiscales y jueces que no los han imputado penalmente siendo su función implica una violación de la separación de poderes, el abuso de autoridad para violar los derechos de propiedad.

       Toda excusa tendiente a sostener la defensa del sistema financiero es una falacia y un absurdo. Argentina ya no tiene sistema financiero, solo tiene un lugar donde pagar servicios, salvo que se considere sistema financiero a un grupo de bancos que por disposición del dictador se han apoderado del dinero ajeno.

       Un sistema financiero necesita de la confianza de los depositantes, de libertad contractual, y con ello obtiene depósitos y otorga créditos. En Argentina nadie quiere depositarles ni un cobre, y ellos no dan ningún crédito. Toda solución dirigida y establecida por el Estado es otra estafa, el Estado es la causa del problema. El Presidente y su alianza mazorquera en el Congreso Nacional son los grandes culpables de la destrucción de lo que dejaron del ya debilitado sistema financiero los inútiles de la Alianza delaruinista y frepaso (que también incluía a los Federico Storani, Lilota Carrió, Leopoldo Moreau, Raúl Alfonsín, Chacho Álvarez, Juan Pablo Cafiero, etc.).

       En Argentina se está defendiendo un mito. Ya no existe sistema financiero. Pero aun cuando existiera, nadie puede justificar porque un banco tiene más derecho a la propiedad ajena que un depositante de su propio dinero. Salvo claro está que aceptemos que estamos sovietizados.

       Un paso importante para la destrucción del sistema financiero fue también la reforma de la ley de quiebras que ahora se la conoce como Ley Clarín pero también como ley de no quiebras. Si un acreedor no puede ejecutar a deudores insolventes no hay forma que se den créditos.

       Como datos de la inexistencia del sistema financiero que los políticos quieren defender, y algunos de sus alquilados voceros, perdón pseudo periodistas, veamos los siguientes:

$ 23.000 millones de pérdida patrimonial han tenido los bancos por la pesificación asimétrica de créditos y pasivos financieros.

$13.900 millones se han perdido de depósitos desde el establecimiento del corralito, equivalen al 17,4% de los existentes al 30/11/2001.

$ 150 millones diarios es la caída promedio de los depósitos bancarios desde el 03/12/2001.

$ 325 millones es la caída promedio de los depósitos bancarios en abril de 2002.

$ 6.800 millones ha otorgado el BCRA en redescuentos para atender el retiro de depósitos.

      En otras palabras el sistema financiero que se quiere defender está liquidado por quienes lo dirigen, que aceptaron prestar la mayor parte del dinero que tenían depositado al Estado y por los políticos que gastaron más de la cuenta, se endeudaron para sostener su demagogia y finalmente quieren dejar de honrar la deuda contraída. No menos grave ha sido la conducta de millones de argentinos que han votado a políticos que les prometen sueños irrealizables con un nivel de gasto público insostenible. Muchos argentinos se quejan del resultado de lo que ellos demandaron y votaron.

      En Argentina en diciembre hubo un golpe de estado, y el Congreso de la Nación está dominado por un grupo de “plutócratas” dirigidos por los dictadores llegados de la provincia de Buenos Aires, que permiten que el Banco Central y el presidente violen todos los derechos, violen garantías constitucionales, desconozcan sentencias judiciales y todo ello sin estado de sitio.

      Todo esto es consecuencia de la devaluación, la pesificación, la ruptura de contratos privados, la obra de Duhalde y Alfonsín, de de Mendicurren y Clarín, y sus cómplices, ¿cómo podrían ser ellos quienes den una solución confiable y honesta?

      Desde que los gobiernos decidieron abandonar las monedas de metal establecieron la llamada moneda fiduciaria, es decir un trozo de papel al cual la gente le cree su valor declarado por el gobierno.

      La alianza mazorquera está intentando un experimento único, nos robó los dólares depositados en el Banco Central en respaldo de los pesos que teníamos y en cambio nos quiere dar papel pintado llamado pesos no convertibles. Y eso lo hacen desde el default, es como que un deudor hipotecario nuestro que estuviera en quiebra nos quiera cambiar la hipoteca por un pagaré.

      Y como no aceptamos la estafa nos ponen una pistola en la cabeza para que disfrutemos el cambio de modelo.

      Como remate de la locura reinante don Raúl Ricardo Alfonsín, presentó un proyecto de ley para que las casas matrices de los bancos extranjeros que operan en la Argentina respondan con su patrimonio a las deudas contraídas en el país. Especialmente está referido a los plazos fijos de los ahorristas atrapados en el corralito. La iniciativa surge en defensa del patrimonio de millones de ciudadanos que pusieron su dinero en los bancos con casas centrales en el exterior

      Alfonsín es el ex presidente de la hiperinflación, el encarcelamiento de periodistas por decreto, del alineamiento con el sandinismo, con Fidel Castro, la destrucción de las FFAA argentinas, del poder judicial, de dos monedas (peso argentino y austral, establecida por decreto de necesidad y urgencia) de la violación de los derechos jubilatorios (emergencia previsional de 1986), del robo de dinero ciudadano con ahorros forzosos, cuenta de déficit cuasi fiscal viene a querer dar una demagógica solución.

       Alfonsín no ayude más. Usted es uno de los más grandes culpables del desastre actual.

       Alfonsín también es el socio, perdón cómplice de Eduardo Duhalde, si algo no necesitamos es la ayuda de este animal que no por casualidad sino por causalidad presento esta burrada el mismo día del animal.

       Pero Alfonsín es más que un burro, es un reverendo hijo de puta, que busca hacer emigrar a los bancos en forma definitiva, al menos hasta que él y sus seguidores están bien enterrados y despreciados por muchas décadas por el pueblo argentino, porque querer obligarlos a que lo hagan además de inútil, imposible de cumplir y ejecutar solo tiene por objeto engañar y confundir aún más al pueblo argentino, poniendo las culpas exclusivamente en las espaldas de los bancos, cuando es claro que quienes han destruido al sistema financiero y sovietizado la economía son Clarín, Duhalde, Alfonsín, De Mendicurren, Freddy Storani, Elisa Carrió, Leopoldo Moreau, Juan Pablo Cafiero, Servini de Encubría, mariano Bergés, Horacio Verbitsky, etc.

       Pero siguiendo la vieja estrategia socialista quieren que la culpa sea cargada por el capitalismo.

 

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