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N ° 01/2001

Buenos Aires, enero 08 de 2001.-

gasto público SIN CONTROL

      Mientras todos preguntan como bajar el gasto público y el gobierno nos explica que es casi imposible cada día asistimos a corruptos derroches progresistas.

      No otra puede ser la calificación a darle a la serie de recitales anunciada por Darío Laperfida y Aníbal Ibarra. No existe justificación alguna para rebajarle el sueldo a empleados públicos, aumentar impuestos y usar el dinero haciendo recitales. Ya no se trata de una función totalmente ajena al Estado, sino una burla a los ciudadanos todos.

      En el caso de los recitales nacionales hay que destacar que uno presentará a los Caballeros de la Quema, que deben su nombre a la quema de la marihuana. Es decir que mientras el estado gasta dinero diciendo que combate el consumo y la adicción a las drogas, el Secretario de Atropello Cultural, Darío Laperfida paga cachets y organiza recitales a artistas que promueven su uso.

      Pero volviendo al tema de fondo la inmoralidad de gastar dinero del pueblo en pagar a artistas que muchos no nos gustan se puede reflejar en un jubilado que debe pagar un sobre precio del 21% por el IVAS, otro del 3% por Ingresos Brutos, más previsiones por ganancias y otros tributos en los productos que compra para que Laperfida haga recitales de artistas que ningún jubilado vería, ni mucho menos escucharía.

      Esta es la prueba clara de la corrupción institucional que significa un estado progresista, que roba dinero para pagar cosas que el pueblo no desea. Si los artistas fueran realmente populares no haría falta hacer recitales pagados por el pueblo.

      A los recitales de Laperfida e Ibarra se suma la demostración de Ibarra de lanzar fuegos artificiales durante más de 35 minutos para celebrar la finalización del año 2000. Es cierto que fue tan malo y que el gobierno de la Alianza lo hizo parecer un siglo que todos queríamos que termine pronto, pero nada justifica que nos cobren impuestos para lanzar fuegos artificiales.

      Si tienen dinero que dejen de subir impuestos, si les sobra algo que paguen la deuda en lugar de seguir endeudándonos.

      Todo esto lo hacen porque se abusan de su poder, porque lo hacen con dinero ajeno, el nuestro.

      Y esta es la peor corrupción porque se disfraza de un bien “social”, porque creen que robarse dinero del pueblo para estos gastos es solidario.

      El gasto público se puede bajar y muy fácilmente, solo hay que terminar con la mentalidad corrupta de esta demagogia. Un camino es no asistir al “circo romano” montado con nuestro dinero arrancado por el estado. Cuando los recitales queden vacíos, cuando nadie vaya a ver los fuegos artificiales quedará demostrado que esta es la peor corrupción y así podremos exigir la baja del gasto público y los impuestos.

 

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